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Poema Yo Te Doy Gracias, Amor de Angelo Poliziano



Yo te doy gracias, Amor,
de toda pena y tormento,
y de hoy más estoy contento de todo dolor.
Contento estoy de cuanto he podido sufrir,
Señor, en tu hermoso reino;
ya que por tu merced, sin mérito mío,
me has dado tan gran prenda,
ya que me has hecho digno
de tan bienaventurada sonrisa,
que al paraíso ha llevado mi corazón.

Yo te doy gracias, Amor.
Al paraíso mi corazón han llevado
los bellos ojos risueños,
donde yo te vi, Amor, estar escondido
con tus llamas ardientes.
¡Oh, lindos ojos lucientes
que el corazón me habéis quitado!

Yo te doy gracias, Amor.
Ya temía yo por mi vida:
Mi señora vestida de blanco
con sonrisa amorosa me socorrió
gozosa, bella y honesta:
Matizada tenía la cabeza
de rosas y alhelíes,
y sus ojos al sol vencen en su esplendor.
Yo te doy gracias, Amor.

Versión de Carlos López Narváez



Poema Yo Soy El Fuego Oscuro Que Penetra de Ricardo Peña



Yo soy el fuego oscuro que penetra
tu bosque de alas y esmaltados peces.
Yo soy la clara sombra proyectada
sobre tu sombra de silencio y muerte.

Soy la tierra que abraza tus rodillas,
la exaltación de tu garganta en llamas.

Oigo cantar, por dentro, el agua de oro
que corre entre los árboles; los pétalos
del aire en la espesura; el murmullo
de hogueras en un mar, raudo de miedos.
Oigo cantar las flores, y mis labios
respiran el perfume de sus alas,
enlazadas al silbo de tu muerte.



Poema Ya Lo Sabes, Amada de Aníbal Núñez



Ya lo sabes, amada
ahora podemos
realizar nuestros sueños imposibles
esa luna de miel en cielo exótico
viaje todo incluido
vistas al mar crepúsculos
íntimos revisados por expertos
a nuestro alcance todos
los silencios románticos
con el nuevo sistema de cómodos
pagos a plazos: a escoger
islas privilegiadas o lugares
de gran mundo -aquel sueño
ya es una realidad-
(o bien quedarse aquí junto a la brecha
al lado de la lucha que aún hay tiempo
de jugarse el pellejo para algo)
una de dos, amada mía, no olvides
que elegir es el único problema
que este sistema ofrece.

«Fábulas domésticas» 1972



Poema Yo Estoy Solo En La Tarde de Rafael Montesinos



Yo estoy solo en la tarde. Miro lejos,
desesperadamente lejos. Quedan
por el aire las últimas palabras
de los enamorados que se alejan.

Las nubes saben dónde van, mi sombra
nunca sabrá dónde el amor la lleva.
¿Oyes pasar las nubes, dime, oyes
resbalar por el césped mi tristeza?

Nadie sabe que amo. Nadie sabe
que si llegó el amor trajo su pena.
Yo estoy sólo en la tarde y miro lejos.
No sé de dónde vienes a mis venas.

Te me vas de las manos, no del alma.
Nos separan montañas, vientos, fechas.
El amor, cuando menos lo pensamos,
se nos viste de ausencia.

Estoy en soledad. Miro a lo lejos
oscurecer la tarde y mi tristeza.
Estoy pensando en ti y estoy pensando
que acaso en soledad también me piensas.



Poema Yo Te He Querido Bien de Ricardo Molinari



1
Yo te he querido bien. Nunca lo sabrá el polvo
de tu cuerpo,
ni tu cama desolada, sin noche entera.
-Tampoco sabe el hielo si la montaña siente,
cuando le oculta las nubes
una rama de tierra muerta-.

Yo amo como en un sueño perdido.
Me agrada sentirme vivir;
mi cuerpo es torpe porque llevo el pensamiento lejano,
y la soledad rodea mis latidos
con su calor sin mejillas.

Hoy es día de mi cumpleaños, y deseo estar todo para ti
-como si estuviera muerto –
lejos del otro mundo, sin azul, sin hombres que metan sus palabras
en mi cuerpo distraído.

Tal vez ya no te acuerdes de mí. Qué importa.
El recuerdo es igual a una llovizna
sobre un largo acueducto.

El viento del Otoño mueve las hojas de los árboles
y el frío abre sus manos en una pampa de ceniza.

Yo quisiera estar en el campo junto a un río,
o al lado de un amigo verdadero,
porque estoy melancólico.

Mi corazón desearía quedar dentro de tu pecho.
¡Quién entiende el amor
sin un lirio morado entre las cejas,
sin un bronce húmedo apretado en el cuello!



Poema Yo Quisiera Ser Feliz de Ricardo Molinari



A Victoria y Enrique

Yo quisiera ser feliz como un pie desnudo en una playa;
como un reno frente al mar;
como la cinta llena de muerte de la gorra de los marineros;
como la hoja de ciprés que guarda el horizonte de las estatuas;
como duerme el Condestable de Castilla en la Catedral de Burgos;
como la hoja y la corona del laurel;
como tu sombra de plomo, dormida entre columnas y peces;
como el aire desierto.

¡Pero yo estoy con tu muerte sin pronto!
Con un cielo que se cansa de mirar los pastos;
con un cielo que vuelve hacia sí la mirada
de piedra y nieve
que llevo colgada de los dientes. Yo sé que él consuela a algunos,
pero a mí me destemp!a el corazón, de flor apretada,
de espuma sin raíz, de gemido impedido.

Pero tu muerte es tu muerte: sin murallas, con todo el tiempo
distante en la boca.
¡Como el aire desnudo!



Poema Y Nunca Te Canté de Juan Lozano Y Lozano



¡Y nunca te canté! Con graves
palabras me dirás: «Yo no te inspiro».
No, no es que falte inspiración, tú sabes,
es que las cosas que a decirte aspiro
son de aquellas tan hondamente suaves
que, menos que una voz, son un suspiro.



Poema Yo Me Muero De Amor, Que No Sabía de Lope Félix De Vega



Yo me muero de amor, que no sabía,
aunque diestro en amar cosas del suelo,
que no pensaba yo que amor del cielo
con tal rigor las almas encendía.

Si llama la moral filosofía
deseo de hermosura a amor, recelo
que con mayores ansias me desvelo
cuanto es más alta la belleza mía.

Amé en la tierra vil, ¡qué necio amante!
¡Oh luz del alma, habiendo de buscaros,
qué tiempo que perdí como ignorante!

Mas yo os prometo agora de pagaros
con mil siglos de amor cualquiera instante
que por amarme a mí dejé de amaros.



Poema Yo Dije Siempre, Y Lo Diré, Y Lo Digo de Lope Félix De Vega



Yo dije siempre, y lo diré, y lo digo,
que es la amistad e bien mayor humano;
mas ¿qué español, qué griego, qué romano
nos ha de dar este perfecto amigo?

Alabo, reverencio, amo, bendigo
aquel a quien el cielo soberano
dio un amigo perfecto, y no es en vano;
que fue, confieso, liberal conmigo.

Tener un grande amigo y obligalle
es el último bien, y por querelle,
el alma, el bien y el mal comunicalle;

Mas yo quiero vivir sin conocelle;
que no quiero la gloria de ganalle
por no tener el miedo de perdelle.



Poema Ya No Quiero Más Bien Que Sólo Amaros de Lope Félix De Vega



Ya no quiero más bien que sólo amaros,
ni más vida, Lucinda, que ofreceros
la que me dáis, cuando merezco veros,
ni ver más luz que vuestros ojos claros.

Para vivir me basta desearos,
para ser venturoso, conoceros,
para admirar el mundo, engrandeceros,
y para ser eróstrato, abrazaros.

La pluma y lengua, respondiendo a coros,
quieren al cielo espléndido subiros,
donde están los espíritus más puros;

que entre tales riquezas y tesoros,
mis lágrimas, mis versos, mis suspiros,
de olvido y tiempo vivirán seguros.



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