Poema Alicia Liddell Abandona El País De Las Maravillas Para Contraer Matrimonio de Luis Alberto De Cuenca
Un pastel en los labios, un olvido con nata en la memoria de la frente. De chocolate y oro la pendiente del seno, las…

Poema Amour Fou de Luis Alberto De Cuenca
Los reyes se enamoran de sus hijas más jóvenes, Lo deciden un día, mientras los cortesanos discuten sobre el rito de alguna…

Poema Bebétela de Luis Alberto De Cuenca
Dile cosas bonitas a tu novia: «Tienes un cuerpo de reloj de arena y un alma de película de Hawks.» Díselo muy bajito,…

Poema Bienvenida de Luis Alberto De Cuenca
Bienvenida al palacio de la duda, a la casa del miedo. Cómo echaban de menos tus pisadas las baldosas del barrio…

Poema Casada de Luis Alberto De Cuenca
En el hombro la herida me latía como un segundo corazón. Si a ella le dolía también, no me lo dijo. La puerta se…

Poema Collige, Virgo, Rosas de Luis Alberto De Cuenca
Córtalas a destajo, desaforadamente, sin pararte a pensar si son malas o buenas. Que no quede ni una. Púlele los rosales que…

Poema Cómo Te Defiendes De Mí de Luis Alberto De Cuenca
en la tumba sin flores del olvido, donde mis huesos no conozcan la senda de tu cobardía…

Poema Conversación de Luis Alberto De Cuenca
Cada vez que te hablo, otras palabras escapan de mi boca, otras palabras. No son mías. Proceden de otro sitio. Me muerden…

Poema Cuando Vivías En La Castellana de Luis Alberto De Cuenca
muerto de amor, junto al antiguo hipódromo, y me sigue matando su veneno…

Poema De Tanto Amarte Y Tanto No Quererte de Luis Alberto De Cuenca
De tanto amarte y tanto no quererte te has cansado de mí y de mis locuras y le has prendido fuego a nuestra historia. Tu…

Poema Dedicatoria5 de Luis Alberto De Cuenca
La tierra estaba seca. No había ríos ni fuentes. Y brotó de tus ojos el agua, toda el agua…

Poema Deseada de Luis Alberto De Cuenca
Era su turno. Cuidadosamente dobló la gabardina sobre el brazo. Se echó el pelo hacia atrás, y su mirada se cruzó con…

Poema El Campesino Y La Princesa de Luis Alberto De Cuenca
Embrujado jardín. En un estanque, desnuda, te recojo. Me parece que tengo entre los brazos otro jardín…

Poema El Desayuno de Luis Alberto De Cuenca
Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego…

Poema El Espejismo de Luis Alberto De Cuenca
Alguien me dijo que se había ido fuera de la ciudad. Y volví a verla cuando no estaba ya. Volví a entregarme al dolor…

Poema El Fantasma de Luis Alberto De Cuenca
Cómeme y, con mi cuerpo en tu boca, hazte mucho más grande o infinitamente más pequeña. Envuélveme en tu pecho. Bésame. Pero…

Poema El Libro De Monelle de Luis Alberto De Cuenca
Se llama Marcel Schwob. Tiene veintitrés años. Su vida ha sido plana hasta el día de hoy. Pero el relieve acecha en…

Poema El Mensajero de Luis Alberto De Cuenca
a fernando González de Canales -No lo revelaré. Te lo juro…

Poema El Olvido de Luis Alberto De Cuenca
La olvidé. Por completo. Para siempre (o eso creía entonces). Me cruzaba con ella por la calle y no era ella quien se paraba…

Poema El Otro Barrio De Salamanca de Luis Alberto De Cuenca
Debajo de los parkings hay mundos subterráneos que muy pocos conocen. Los habita una raza de príncipes y reyes, de bardos…

Poema El Resplandor de Luis Alberto De Cuenca
la luz proyecta un resplandor perlado sobre la pendiente de tus senos, apenas contenidos en la escasa pechera de tu vestido….

Poema Este Aroma No Es Tuyo de Luis Alberto De Cuenca
Este aroma no es tuyo. No es el olor tan suave de tus manos, ni el perfume que anuncia tu llegada. Tampoco viene de la infancia, ni…

Poema Evocación De Francisco Salas, Cosmógrafo de Luis Alberto De Cuenca
No olvidaste jamás la impenetrable claridad de aquella tarde. Llovía y navegaban hacia el Sur los navíos con algo de…

Poema Farewell de Luis Alberto De Cuenca
Entre las ramas de tu cuerpo no puedo ver el mar, amor. Palomas y abedules. Embarcar de grumete en un barco negrero con…

Poema Gudrúnarkvida de Luis Alberto De Cuenca
Carmen en estos casos se supera. Se dispone a sufrir sin una lágrima. No se golpea el pecho con la manos, ni gime, ni…