Poema Cuando Asedien Tu Faz Cuarenta Inviernos… de William Shakespeare



Cuando Asedien Tu Faz Cuarenta Inviernos... de William Shakespeare. Te invitamos a recorrer los poemas de William Shakespeare. Disfruta también de nuestros poemas del alma, de amor, de amistad , de familia, etc. Otros poemas que pueden interesarte son: A Un Día De Verano Compararte, Cuando En Sesiones Dulces Y Calladas..., Cuando Pienso Que Todo Cuanto Crece..., De Los Hermosos El Retoño Ansiamos..., Derrochador De Encanto, Las Horas Que Gentiles Compusieron..., Aquí puedes acceder a los mismos o ver toda la poesia de William Shakespeare


Poema Cuando Asedien Tu Faz Cuarenta Inviernos... de William Shakespeare

Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos
y ahonden surcos en tu prado hermoso,
tu juventud, altiva vestidura,
será un andrajo que no mira nadie.

Y si por tu belleza preguntaran,
tesoro de tu tiempo apasionado,
decir que yace en tus sumidos ojos
dará motivo a escarnios o falsías.

¡Cuánto más te alabaran en su empleo
si respondieras : – « Este grácil hijo
mi deuda salda y mi vejez excusa »,

pues su beldad sería tu legado!
Pudieras, renaciendo en la vejez,
ver cálida tu sangre que se enfría.





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Poema Cuando Asedien Tu Faz Cuarenta Inviernos de William Shakespeare



Cuando Asedien Tu Faz Cuarenta Inviernos de William Shakespeare. Te invitamos a recorrer los poemas de William Shakespeare. Disfruta también de nuestros poemas del alma, de amor, de amistad , de familia, etc. Otros poemas que pueden interesarte son: Amor Verdadero, Cuando En Sesiones Dulces Y Calladas, Cuando Infeliz, Postrado Por El Hombre, Cuando Pienso Que Todo Lo Que Crece, De Los Hermosos El Retoño Ansiamos, Derrochador De Encanto, Aquí puedes acceder a los mismos o ver toda la poesia de William Shakespeare


Poema Cuando Asedien Tu Faz Cuarenta Inviernos de William Shakespeare

Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos
y ahonden surcos en tu prado hermoso,
tu juventud, altiva vestidura,
será un andrajo que no mira nadie.

Y si por tu belleza preguntaran,
tesoro de tu tiempo apasionado,
decir que yace en tus sumidos ojos
dará motivo a escarnios o falsías.

¡Cuánto más te alabaran en su empleo
si respondieras : – « Este grácil hijo
mi deuda salda y mi vejez excusa »,

pues su beldad sería tu legado!
Pudieras, renaciendo en la vejez,
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