poemas vida obra toni garcia arias

Poema Manos de Toni García Arias



Tomaste mi mano entre la tuya
de un modo casual
e inocente,
y, lentamente,
nos fuimos alejando del grupo,
unidos de ese modo invisible
en que dos
son uno.

Ocultos entre los almendros
buscamos la complicidad
de las miradas.
Yo, por un instante,
creí en la vida,
en el amor a pesar de los años.
Tú sonreías.

Alguien, tras varias horas,
vino a buscarnos,
y separamos las manos
con el vértigo doloroso
con que se separa
el sueño de la vida.
Volvimos a vernos en días sucesivos,
pero ya el aire
era distinto.

Fue hermoso. Aún lo recuerdo;
apenas unas horas para el mundo.
Tus manos, sin embargo,
aún acarician las mías en recuerdos,
como si tus huellas
quedaran ancladas a mis huellas,
como si no se hubiesen sucedido, al fin,
los instantes, las olas y los siglos.



Poema Los Espejos de Toni García Arias



Los ojos, almacén de imágenes,
van perdiendo lentamente
la nítida luz de los instantes.
También la piel recuerda,
como una hoja en blanco que se llena de voces, de roces,
de cálidas figuras.
También a esa hoja habrá de llegar la sentencia.
Lo que ayer fue un árbol es hoy
un pedazo de papel que adivina la ceniza.
Todo lo nacido surge de una matriz de polvo.
También mi cuerpo, joven, erguido,
como un árbol recio que se viste de palabras.
He aquí el espejo.
He aquí el cadáver.



Poema Lluvia de Toni García Arias



Ha comenzado a llover,
calladamente,
como si diciembre amenazase con perdurar por siempre
entre nosotros.
Las calles se han salpicado de nombres propios,
de recuerdos que discurren, como el agua,
recuerdo abajo.
Tal vez por eso,
hoy he rememorado mi infancia,
las páginas repetidas del pasado,
una noche frente al fogón,
calado de ingenuidad hasta los huesos,
escuchando sobre el tejado de pizarra
este mismo sonido monótono de la lluvia
golpeándolo todo,
regresándolo todo,
reprochándolo todo.



Poema Líneas de Toni García Arias



A la orilla de la carretera
hay amapolas
y campesinos recogiendo fresas
en una huerta cercana.

Hay gravilla y margaritas,
cristales rotos.

Hay líneas continuas y discontinuas
-a la orilla de la carretera-,
hay amigos por llegar, días futuros,
hay distancia y vacaciones en el mar y regresos con regalos.

Hay un ramo de flores, hay amapolas.

Hay líneas continuas y discontinuas,
días futuros.

Hay amigos que nunca llegan.



Poema Libros de Toni García Arias



Nada merece tanto un poema
como todo lo que desprendes a mi lado
y aunque ?posiblemente- necesites algo más sólido
que las palabras
en esta cuenta atrás de nuestra piel compartida,
quiero que sepas
que dejaré que me abras el corazón en páginas,
que escupas sobre mi papel tus miserias,
tu negra sombra.
que dejaré que me leas por dentro y me imagines
y te escribas
y me inventes.
que hagas de mí, sin urgencias,
tu libro de cabecera.



Poema La Casa Vacía de Toni García Arias



Uno habita una casa y está solo. Se han ido
lentamente los sonidos
como aves de otras latitudes que alzan el vuelo
y sin previo aviso
se llevan el sabor a verano, el desorden
de la risa, los verbos que otros ofrecen a nuestros labios.
Han vuelto las hojas a enredarse en el viento,
a arrastrase con pereza sobre Septiembre
y llenan de nombres la distancia.
Uno habita una casa y está solo. En una habitación vacía
ordena el aire
y pierde la precisión del lenguaje
desangrándose, como el mar,
en olas para nadie.



Poema La Casa De Mi Infancia de Toni García Arias



Los recuerdos de mi infancia
caminan sobre las baldosas frías de esta casa
que parece enferma,
arrugada como un anciano invadido de invierno
que aguarda con último quejido
la cálida luz de los veranos.
El abandono ha invadido las paredes
con alma de asesino y dibuja sobre las habitaciones
una cartografía gris, húmeda
que oscurece los recuerdos que apenas permanecen.
Por algún vidrio roto
se cuela furtivo el viento y revuelve la memoria
con voz desconocida.
Duele mirar esta casa,
su imagen aturdida, desangrada,
como nos duelen los años
en los cuerpos de aquellos
que nos son queridos.



Poema Juventud de Toni García Arias



Esta blanca noche de verano
se desvanece lentamente hacia la nada;
se desvanece y ya
no volverá a ser nunca.

Apenas el recuerdo podrá
derribar una puerta,
esculpir un espejo de sombras
sobre el que dibujar
-equivocadamente-
tu rostro y tus manos,
el acantilado aquel
donde nos hicimos mar,
el preciso instante en que,
jóvenes y nerviosos,
nos supimos,
pero no retornará con él
el aroma cálido de tu piel,
la quietud de tus huellas
sobre mis huellas,
el vértigo húmedo de tus labios sobre mi boca.

Ya no quedará nada;
el día de mañana
se alimentará de las cenizas de hoy.
Mudos quedarán los veranos venideros,
como un soplo de frío
estancado en mitad de mis sábanas.
Intentaré esculpir tus ojos
a golpe de recuerdos y fotografías,
intentaré recuperarte
desde esta lejana derrota de labios muertos,
de versos muertos,
de palabras y besos
sin retorno.



Poema Infancia de Toni García Arias



De mi infancia, sin embargo,
no albergo memoria alguna,
de tal modo que jamás
fui niño.
La vida tiene, al fin,
este modo perverso
de vengarse de nosotros.
Para reponer el hueco
de ese órgano sin vida
construí un niño semejante a mí,
con mis ojos y mis miedos,
un niño de papel
teñido de recuerdos
que otros me han contado.
Tuvo una infancia feliz ?aseguran-,
así que le dibujé una cicatriz
a modo de sonrisa,
lo invadí de amigos que no perduraron,
lo rellené de sentimientos que no recuerda.

A veces me levanto
con las manos salpicadas de años
y de ausencias y de derrotas,
agarro entonces mi muñeco infantil
como si fuera un madero en mitad del abismo.
Intento sobrevivir,
nadar con rencor hacia una playa
y, al llegar,
dibujo sobre mi rostro una sonrisa resignada,
una larga y oscura cicatriz
que viene a salvarme de lejos,
una larga y oscura cicatriz del tiempo
que el tiempo no borra.



Poema Historia de Toni García Arias



Él le cuenta falsas historias,
viajes que nunca sucedieron,
y le susurra al oído
cuánto la quiere,
mientras ella juega con sus anillos
tímida y nerviosa.

Ella mira apasionadamente
su boca carnosa,
y se deja seducir
por el cálido movimiento
que producen sus labios al moverse.
Le confiesa
que al llegar la noche
le mostrará su secreto.

Y él le susurra al oído
que nunca dejará de amarla,
que siempre la llevará entre sus venas;
y se estrechan las manos con más fuerza,
y bajan las miradas con vergüenza,
y se besan, y sonríen,
y de eso hace ya
miles de años.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad