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Poema San Bernardo 10 de Víctor Jiménez



Donde hoy una ventana,
hubo ayer una puerta
de par en par abierta
al sol de la mañana.

Donde hubo una campana
tocando a vida cierta,
hoy sólo se despierta
mi pena y se desgrana.

Ansiar tanto el encuentro.
Correr sin que se acabe.
Llegar bajo la luna.

Y está mi infancia dentro.
Y he perdido la llave.
Y no hay puerta ninguna.



Poema Soneto De Los Misterios Dolorosos de Víctor Botas



Ciertos andares levemente hombrunos;
un diente que ahí está? descolocado;
la nariz regordeta, o bien, alzado
su arco un poco más de lo que algunos
puristas (pienso en Fidias) aconsejan.
Aquella piel tan pálida que muertos
ya sus pies te parecen; los inciertos
pasos adolescentes que se alejan
(¡y, oh Dios, con qué torpeza!) de ti; esa
diabólica sonrisa? Cuántos años
y no entender aún de qué extraños
ardides usa el Ciego con su presa.
¿Tras qué desastre, pues, tras qué impostura
te esperará la fiera, insomne, dura?



Poema Sábado de Víctor Botas



Más de una hora inquieto,
tratando de encontrarla por las calles, apostado
en sitios estratégicos ?esquinas
en teoría casi inevitables, húmedos
bares de tres al cuarto, paradas
de autobuses? qué se yo?
y ahora,
ahora estaba ahí,
tranquila,
tan campante, guapísima, del otro
lado del cristal.
La había visto
de lejos ?de muy lejos
diría,
para estos ojos miopes con que ando?
Ahí está
ahí está, pensé,
y se agitó mi espíritu lo mismo
que se agitan las aguas tristes de los lagos
con la brisa de otoño.
Era el momento,
esa ocasión que ni pintiparada, única: bastaría
con empujar la puerta,
mentir
un simple encuentro fortuito,
entrarle al quite, buenos
días caramba, vaya una
feliz casualidad, y todo hecho,
todo;
y luego, ya se sabe, cada uno
debe tener su arte de enrollarse, su ars
amandi, como ya dijo Ovidio.
Era el momento
sí.
Pero pasé de largo
igual que un apestado, como un perro
con pulgas
y el rabo bien metido entre las patas,
jadeando,
sin osar tan siquiera echarle una mirada de reojo:
apijotado, vamos.
Pasé de largo
como las aves pasan en los cielos
y el sol sobre los días
y las flores
que quieren reposar en sus cabellos
y morirse en sus manos,
y no saben.



Poema Somnia de Vicente Núñez



Decías que querías llevarme entre tus manos
-yo besé esa locura, yo la lloré y la quise-,
como a un frágil lucero de amor alucinado;
casta palma y abierta que irradiase en tu noche.
Y vi cómo la alzabas, cómo su luz se erguía
frente a los farallones férreos del mundo, contra
las turbias embestidas de lo oscuro y lo incierto,
ante esa furia cárdena que rugía en tu ergástula…
Pero el mal fue más hondo. No dimos la batalla
por falta de enemigo. Todo está consumado.



Poema Sombra de Vicente Huidobro



La sombra es un pedazo que se aleja
Camino de otras playas

En mi memoria un ruiseñor se queja
Ruiseñor de las batallas
Que canta sobre todas las balas

Hasta cuando sangrarán la vida

La misma luna herida
No tiene sino una ala
El corazón hizo su nido
En medio del vacío

Sin embargo
Al borde del mundo florecen las encinas
Y la primavera viene sobre las golondrinas



Poema Solitario Invencible de Vicente Huidobro



Resbalando
Como canasta de amarguras
Con mucho silencio y mucha luz
Dormido de hielos
Te vas y vuelves a ti mismo
Te ríes de tu propio sueño
Pero suspiras poemas temblorosos
Y te convences de alguna esperanza

La ausencia el hambre de callar
De no emitir más tantas hipótesis
De cerrar las heridas habladoras
Te da una ansia especial
Como de nieve y fuego
Quieres volver los ojos a la vida
Tragarte el universo entero
Esos campos de estrellas
Se te van de la mano después de la catástrofe
Cuando el perfume de los claveles
Gira en torno de su eje



Poema Señora de Vicente Huidobro



Señora hay demasiados pájaros
En vuestro piano
Que atrae el otoño sobre una selva
Espesa de nervios palpitantes y libélulas

Los árboles en arpegios insospechados
A veces pierden la orientación del globo

Señora lo soporto todo. Sin cloroformo
Desciendo al fondo del alba
El ruiseñor rey de setiembre me informa
Que la noche se deja caer entre la lluvia
Burlando la vigilancia de vuestras miradas
Y que una voz canta lejos de la vida
Para sostener el espacio desclavado
El espacio tan lleno de estrellas que se va a caer

Señora a las diez huele a tabaco de artista
Amáis el nadir a cuerpo de pájaro
Sois un fenómeno ligero
Me voy solitario hacia el ocaso de los turistas
Es mucho más bello



Poema Sobre Un Tema De Moreno Villa de Vicente García



Quizá porque termine nuestro mundo,
Quizá porque perdimos
Una oportunidad en otro tiempo,
Nos llegará la hora del olvido.

Escribimos palabras en la arena.

Nos llevarán las olas, y también
Irán borrando todas las palabras.



Poema Septiembre,2 de Vicente Gallego



Es ahora la vida
esta extraña y frecuente sensación
de sopor y distancia,
y es también una luz que vela el mundo:
salir del caserón tras la comida,
recorrer bajo el sol la carretera
con los ojos ardientes del verano
y sentarme en la roca frente al mar.
Abandonarme entonces
al sonido sin pausa de la tierra
mientras me vence el sueño algún instante
y me moja las sienes con su agua bendita.
Descubrir con asombro renovado
al pescador que vuelve cada tarde,
como vuelven las olas,
como vendrá la brisa con la noche.
Y esperar otra vez sobre la roca,
abrumado en el centro de la vida,
a que la sombra inunde
lentamente mi sombra.



Poema Septiembre, 22 de Vicente Gallego



Me dices que es absurdo el universo,
que la vida carece de sentido.
Pero no es un sentido lo que busco,
cualquier explicación o una promesa,
sino el estar aquí y a la deriva:
una simple botella que en la playa
aguarda la marea.
Sí, la palabra justa es abandono:
una dulce renuncia que me nombra
señor y dueño al fin de mi camino.
Queden hoy para otros
los afanes del mundo,y que mi mundo sea
la magia de esta casa
tomada en su quietud por la penumbra,
saber que nadie llegará
a interrumpir mi tarde,
que no habrá sobresaltos,
ni voces, ni horas fijas,
porque ahora es tan sólo transcurrir
mi gran tarea.



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