poemas vida obra s

Poema Sabidurías De Gallinero I de Delia Domínguez



La cosa es saber sin abrir los ojos sólo al tanteo
si el huevo está producido o esta huero,

porque si está huero
seríamos nonatos yemas de culebrón
y el poema que estoy escribiendo
no se escribiría nunca, a no ser, que
el propio Resucitado empollara
y entonces:

creo en Dios Madre todopoderoso…



Poema Si Recordaras Amor Mío de Ana Rossetti



Si recordaras, amor mío, qué es lo que te aguarda tras las
seguras paredes de la espera.
Si recordaras cómo ¡y qué cruelmente! el deseo atendido
oculta su puñalada de decepción.
Si recordaras que, una vez que la pasión estalla, el secreto
deja de ser escudo y huída,
no me insistirías para que te mostrara, para que te ofreciera,
para que te otorgue.
Sino que te resignarías a sobrevivir dentro de mí en el dúctil
territorio de los sueños, donde todos los modos de ternura
que puedas inventar son permitidos, toda tempestad música
y ningún temor es irrevocable.
Si recordaras, Amor mío, qué es lo que te aguarda tras las
seguras paredes de mi corazón,
no me obligarías a levantarme en armas contra ti, a detenerte,
a desmentirte, a amordazarte, a traicionarte…
antes de que te me arrebaten, dulce silencio mío,
mi único tesoro, insensato e irreductible sentimiento.

De «Punto umbrío» 1995



Poema Saber Sin Estudiar de Nicolas Fernandez De Moratin



Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».



Poema Si La Casualidad Es La Más Empeñosa Jugada Del Destino de Olga Orozco



Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino,
alguna vez podremos interrogar con causa a esas escoltas de genealogías
que tendieron un puente desde tu desamparo hasta mi exilio
y cerraron de golpe las bocas del azar.
Cambiaremos panteras de diamante por abuelas de trébol,
dioses egipcios por profetas ciegos, garra tenaz por mano sin descuido,
hasta encontrar las puntas secretas del ovillo que devanamos juntas
y fue nuestro pequeño sol de cada día.
Con errores o trampas, por esta vez hemos ganado la partida.



Poema Si Mis Sábanas Hablasen de Nacho Buzón



si mis sábanas hablasen…

si un día decidieran contar todo lo que
han visto y oído…
contarían por ejemplo lo suave que era mi
piel cuando era niño.
contarían también la cantidad de veces
que se bañaron en mi agüita amarilla.
todos los lloros todos las pesadillas todos
los dientes bajo la almohada contarían.
¡la cantidad de cuentos y de oraciones a
mi jesusito de mi vida que eres niño como yo
que han escuchado!
mis sábanas han visto unas cuantas mudanzas
y paredes de distintos colores.
me han visto dormido y despierto
enfermo y sano
solo y acompañado.
mis sábanas han sido pisoteadas
recuerdo cuando con mis hermanos saltábamos
sobre ellas
seguro que les partimos algún diente.
conocen mi voz y cada uno de los pelos que la adolescencia
quiso regalarme.
han sido mi confesor y mi psicólogo.
fueron mudas testigos de mis primeros amores de mis
primeras borracheras de mis primeras eyaculaciones.
nunca protestaban si las despertaba a las
cinco de la madrugada.
mis sábanas me han visto desnudo
han visto todos mis pijamas
han visto una lavadora por dentro y también
el patio de luces de mi edificio desde
el tendedero.
podrían hablar de sudorosas noches de verano y
de gélidas mañanas de invierno
podrían cantar todas las melodías que le compuse a
la vecina del tercero
podrían dirigir diez películas de terror con todas
las pesadillas que he tenido por
tan sólo una de amor
también podrían dirigir alguna que otra película porno.
mis sábanas han leído todos los libros que yo he leído
han escuchado todas las canciones que yo he escuchado
han llorado todas las veces que yo no
pude hacerlo
han hecho el amor menos veces de las que yo lo
he hecho
afortunadamente.
han pasado noches enteras esperando
a que llegara para darme ese
beso de buenas noches.
ahora mis sábanas ven como me hago
mayor
sienten mi piel más áspera.
ya no me meo pero aún así las riego
les doy vida.
ellas también se hacen viejas
hace años que no oyen cuentos ni
escuchan rezos a jesusitos
cada vez llevan peor las resacas post-lavadora
y las quemaduras de la plancha.
yo noto que se cansan por todo.
alguna noche que llego tarde están dormidas
no han podido aguantar para darme el beso
no importa yo se lo doy a ellas.
me conocen desde siempre
las conozco desde siempre
son mis amigas mis amantes incluso alguna
noche desesperada han sido mis putas de
ocasión.
si algún día muero quiero hacerlo
sobre mis sábanas para emprender el viaje a
lo desconocido con su último beso de buenas
noches

si mis sábanas hablasen…



Poema Silencios de Mónica Albizúrez Gil



mi palabra es de pronto el vacío
la inhóspita biblioteca por las tardes
los corredores hondos del metro
las esperas con asepsia de martirio
y la pantalla negra
spéculum inconfundible
de un tiempo para siempre perdido



Poema Serpiente de Mónica Albizúrez Gil



Repto en mi cama

me enrosco

tiro el veneno

cambio de piel

y duermo

porque aquí está el paraíso

y no hay evas ni adanes

ni dioses

sola yo

y mi deliciosa

manzana



Poema Sobrevivir Ocho Estrofas De Comentario A Las Palabras Del Buda de Mirko Lauer



La realidad entera está en llamas, y no puedes mejorarla como frase. En los límites de la pérdida la realidad completa se aglomera en un hacinamiento volátil. Lo tuyo y lo de otro se consumen reclinadas contra la retina, puesto sobre la lisa palma de tu mano. Sólo el amor es la cosa grave, la gravedad la gravitación universal
del mundo,
en que con peso igual se queman Isaac Newton y una manzana. Nadie se baña dos veces en el mismo río, y tampoco puedes
mejorarlo como frase.
El mundo carece de sombra propia, la realidad es aceite en el que
flota tu corazón.
Hay puertas que se abren en el agua hirviendo: sales de un río
y entras a un río;
tus huesos tiritan de ignorancia bajo todos los umbrales, mientras
tu alma incauta
navega sustentada por desconocimientos y por plumas.
El silencio reúne elocuencia y peligrosidades del primer grado, con posibilidades de palabras que son florecimientos de la epidermis, llagas y colores varios apilados formando una torre negra. Tus
hermanos
los cadáveres se calcinan en ese silencio, y las estalagmitas
atraen relámpagos babeantes que nadie osa empuñar para el
sacrificio
de la realidad que se precipita sobre sí misma, con sus crepitaciones
y sus llamas.
Una playa de toallas secas a la orilla de la ducha rememora
crujiente
el paso de agua en que la realidad entera se comprime y entrega al enmugrecido inmóvil la ablusión de existir en dos instantes: en alabastro y en ónix, en la onomatopeya y en el miráculo, en la vida metafórica y en la muerte literal, en la cuna y en la cuja, llenas sus orejas del encajado frufrú de esas combinaciones. Las aves vuelan con las plumas encendidas, perforadoras del aire
combustible,
por cuyo sesgo cruzan sus demorados cuerpos hexagonales.
En los desiertos del sur la luz horada el polvo y levanta columnas
frágiles
que el viento se lleva en llamaradas. Y aun lo irreal apoya la cabeza contra la de un fósforo que estalla ante la fisión de la mirada,
presa también ella en un fuego inextinguible.
Perdonado por lo imperdonable, blasonado tu pecho con las
húmedas flores,
clorofilas y cadmios de tu ramo: agua que eres y que empuñas, fluir en que te miras y eres, impecablemente a la deriva,
conculcado.
Y sales absorto de la bacanal, con las manos lavadas y un velero rotando contra el viento de tu sueño. Esponjas que son dardos
buscan tu pecho,
y encuentran tu pecho, y cruzan tu pecho, y olvidan tu pecho en
sus huidas.
Nadie se ríe dos veces en el mismo baño, ni frota un cuerpo con
otro
sin multiplicarlo. La conclusión banal y trágica es que la soledad es imposible sin la ayuda de un espejo. Y sales perplejo de la
ermita, con las sienes heladas:
y sales del escritorio anonadado, con los fémures calados;
y sales del río y entras al río y sales del río,
por un abismo de expiación compuesto de trampolines y de pórticos.
Hay una hoguera en las doradas vísceras del cuy, la realidad
entera sufre
la mancha caliente de esa inacariciable mansedumbre. Tu casa
arde mientras duermes,
el mundo grita mientras reflexionas, los hornos gimen con las
bocas abiertas
agobiados por una ceniza que lacera tu frente perpleja, y flota
hacia el suelo verde
donde un millón de briznas se consumen para hacer una pradera.



Poema Siembra de Miguel Otero Silva



Cuando de mí no quede sino un árbol,
cuando mis huesos se hayan esparcido
bajo la tierra madre;
cuando de ti no quede sino una rosa blanca
que se nutrió de aquello que tú fuiste
y haya zarpado ya con mil brisas distintas
el aliento del beso que hoy bebemos;
cuando ya nuestros nombres
sean sonidos sin eco
dormidos en la sombra de un olvido insondable;
tú seguirás viviendo en la belleza de la rosa,
como yo en el follaje del árbol
y nuestro amor en el murmullo de la brisa.

¡Escúchame!
Yo aspiro a que vivamos
en las vibrantes voces de la mañana.

Yo quiero perdurar junto contigo
en la savia profunda de la humanidad:
en la risa del ñiño,
en la paz de los hombres,
en el amor sin lagrimas.

Por eso,
como habremos de darnos a la rosa y al árbol,
a la tierra y al viento,
te pido que nos demos al futuro del mundo…



Poema Sonámbulo Siniestro Y Solitario… de Miguel Labordeta



sonámbulo siniestro y solitario
a través de una larga noche sin consuelo
van y vienen y van
los sucesos las olas los peces de tu alma

quién te dará su alivio
atormentada senectud en vilo?
quién
adónde
eres tú mismo?

llorabas al nacer
sentiste el frío del espacio
invisible el tiempo de los lémures
los terrestres soportes
imaginarios dones de tristeza
de combate de ardor
de muerte en suma

pero te irás un día
en un momento y qué?
qué has hecho?
vivir y eso qué es?

qué pretendes ser
en el universo y pico
del instante profundo
y sin memoria?

todo pasa y esto calma
volveremos quizá
quién sabe si hasta luego
quién sabe si hasta dónde

son las cenizas horas de tu llanto al nacer
pero al partir sonríe quedamente
en la penumbra querida criatura
despreciable y pequeña

podía haber sido
tenías que haber sido quizá
abrazo para siempre
jamás
en el olvido
hasta otra aurora



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