poemas vida obra r

Poema Representative Democracy de Tirso Canales



Vive a gusto perrado ciudadano
(pues tú perras)
La libertad la miden tus verdugos Te esqueletas
La forma tú la eliges No es mendiga tu lengua
Santísima miseria
A diario nos metemos en las piernas
La democracia como cazoncillos!
Adúltera ojerosa democracy kra-kra
Mueca rufiana de los parlamentos
Estrella nuevecita de hace siglos
En cuáles saliveros diputas eunuco?

Un día te escucharon delirante
Era un huevo histérico
Denudo
Oficiando de dios como una droga
Utopía puercosa copulada ¿por qué ya no sabemos nada de eso?
Dimos gritos de loco adolescente tomamos la bandera cantábamos
Llorábamos
Nos olía el sudor a buen tabaco
Juramos por tu madre
Cuánta cosa!

Teníamos el rostro enmarañado
Nos creció la nariz aregamos
(en serio)
Pulimos nuestros gestos a qué punto
Que recordaron
La belleza clásica Armonizamos brazo voz y todo?
Y éramos el marido de la idea Ahora te dejo: me perdí de cuarto
Estrella de la tarde
Vieja loca?



Poema Racimos De Cielo de Teresa Domingo Català



La noche llora racimos de cielo
en su pliegue, de su sangre,
en el vértice mismo de su manto
con llamas negras como lágrimas.

La noche besa en incierto paso
al tiempo que surge entre la niebla.

Recóndita, la voz oscura
se asoma al precipicio.
Camina en círculos,
abrasando el nivel del agua.
Crea líquenes
al respirar su mismo aire.

Su piel es la fiebre que asola las luciérnagas,
el latido manso
de un árbol que cimbrea tempestades,
el matorral confuso de las horas.

Inclemente,
se arroja al disturbio de las voces,
palpa los pechos cenagosos del ayer,
irrumpe con el gatillo de la nada.

Y duerme,
perdido el miedo a la tiniebla,
en la pureza de sus días.



Poema Retorno de Teófilo Cid



Nadie podría interrumpir el reposo de la bóveda terrestre
Aquí el silencio ha juntado sus labios para nunca pronunciar palabra
Que pudiera profanar la ostensible flor que cae
Como un junco en la ribera de los sueños.
Un sol amarillento acaricia el pórtico
Mientras haya aún verdad para la muerte y queden hombres
Por caer hacia su túmulo
Como caen los costados de los ríos en las sórdidas vertientes sin celaje
El tiempo está temblando
Temblando como un ópalo en la mano
De este día jubiloso
Yo sé que este día, sin embargo, no puede interrumpir el curso
De los muertos que aquí yacen
Esparcidos como frutas
Aunque el gallo en su plumaje de guerrero etrusco y asoleado
Borre con la esponja de su canto
La indescifrable desdicha de la vida
Y los gorriones veloces y las cautivas golondrinas
Impongan un blasón de idilio a la comarca
La tierra está sorbiendo nuestras lágrimas
Bebiendo la salud que se nos va
La alegría que perdemos a medida que vivimos
La tierra está atrapándonos la sombra que el sol proyecta mediante nuestros sueños
Ella combina con su química dorada la esencia de la luz
El aroma de la esbelta peripecia que añoramos
A las fórmulas más dulces de la ciencia de la vida.
Y esa causa de inocencia nos induce a perpetuar la reverencia
Que sentimos por la dulce redondez de sus regiones
Donde cálido el amor anida a veces
Y se teje la aureola del deseo
Más amado cuanto más eliminado
No existe ungüento parecido al eco de la vida
Cuando cae sobre el cáliz
De la flor de los que callan
Ellos escuchan envueltos en terrestres ropajes de sonoridad
Detenidos ante las vagas conversaciones,
Como ante una llave de sol
Escuchan el paso de los caminantes
Escuchan el hastío de sus voces taladradas de terror
Y conocen el origen de sus nieblas musicales
Los muertos son sabios porque no andan
Porque no buscan porque no anhelan
Y conocen además la soledad
La que tanto nos asusta cuando faltan las palabras
Y un esplendor de musgo nos crece entre los párpados.
Los muertos carecen de sentido propio
Ni hablan ni opinan pero tienen no obstante
Valor, personalidad
Para herir con su acento extranjero
El idioma que hablamos cuando hablamos de amor

Ellos saben por qué el olvido nos está acechando
Y por qué el amor sin el olvido atroz sería
Ya que los muertos, muertos son porque vivieron
Y el tiempo les dejó su huella para tenderse
Una huella que el deseo ha cubierto con sus árboles nativos
Una huella en donde el viento sopla como sobre un páramo
Y en donde el rostro de la vida pierde su sombría intensidad
Así los muertos escuchan por medio de las hojas entreabiertas
El marítimo rumor de la sangre humana

La cascada de pesar
Que espuma la corriente del lenguaje
Si vosotros estuvierais siempre atentos
Al llamado de sus cuerpos ataviados para el llanto
Las palabras sonarían como pompas de silencio

Ante la bóveda terrestre
La barbarie transparente se ha poblado de bocinas
Y de túnicas ardientes
¿Cuántas veces la estación primaveral
Ha hecho el júbilo del mundo
Provocando una ilusión de eternidad?

Si recuerdo aquel verano
No es por gusto de su fértil geografía
Ni por ser aquel verano
La enjoyada pedrería
Del deseo jubiloso

Fue tal vez porque soñaba
Con hallar tu rostro puro desvestido
Tu rostro sin candor y sin fiereza
Apoyado en el estambre
De una étnica embriaguez
Solitario
Con sus ojos temblorosos cual batallas
Entregado al dulce sino de callar

Conmovido sin embargo hasta la médula natal
Rostro abierto de vendimia
Sobre el riente tornasol
Centellante en los enigmas que propone
Devorado por la altura de la luz
Que lo emigra, de período en período,
De una época a otra época fugaz

Si recuerdo aquel verano
Con sus púberes manzanas y sus árboles cautivos
No amaba amar en ese tiempo
Cuando era cual vosotros un pigmento de familia
Raza humana o bandera nacional

Tenía demasiados dones que ocultar
Mucha luz que obscurecer
Munido estambre de jardín electrizante
El sol llegaba a mí desde los dedos
Que lo iban despojando
De su cólera carnal

(Era un sol como el que miran
Los bañistas ejemplares
Y que embebe de verdor los viejos céspedes)

Pero ahora los caminos
Han perdido su papel de antiguo encanto
Tal secas lanzas sus veredas se han hundido
En mi costado

Poseer acaso el único resabio
La piel que cubre el cuerpo de los versos
Es todo lo que hallo
Cuando trato de saber lo que poseo

Despojos ya sin sangre
Es todo
Yo he sentido a veces que el amor
Como un cabello caía ante mis ojos
Nublando la esencia del paisaje
Gris en que me muevo
Por forzoso automatismo

He sentido en la mirada el nacimiento
De un cristal preconizante
En cuyos finos lóbulos de cuarzo
Un huevo angélico nacía

Precioso de ese don yo estaba triste
Sin embargo de sentir
El grave peso de un emblema
Cuya enorme lucidez no comprendía
El amor me ataba el sol a las espaldas

Poniendo distancia de soledad
Entre cada arterial presión de las palabras
Por eso me embargaba el deseo generoso
De hablar con todo el mundo
De abrazar alguna orden extranjera
A los dominios conocidos de mi imperio personal

El amor me convertía en vaso roto
Y en fisura estrellada mis pensamientos
Por donde me derramaba
En un fluir constante de medusas
Y compactos traumatismos de la infancia

No
Es tal vez porque el verano aquí presente
Nada dice nada canta nada oculta
Y en vértice de amor y sufrimiento
Abro un ángulo hacia el tiempo irremediable

Por amar lo que he perdido
Vivo a tientas despojado de la luz
Vivo ciego en un transcurso mineral transfigurado
Por un hálito de piedra y de cemento.



Poema Ritual de Susana Giraudo



La danza nace en el misterio
Algo allí desborda y crece crece
crece por todo el cuerpo, cantando un son
que puja que tiembla
que lucha por brotar en ritmo y movimiento.

Y es danza después.
Danza-risa del ser que se libera riendo,
dibujando con los pies su voluptuosidad.

Ríe el cuerpo su declarada pasión.
Ríe la piel en su lubricidad esplendorosa.
Ríe danzando el que escucha
un batir de alas que lo pueblan.

¡ Danza amado, baila tu risa!
Reina sobre los giros de tu danza.
Ellos te mostraran los laberintos del Amor
que sabe de todos los amores.

¡Danza,danza!
Baila hasta el éxtasis.
Allí verás El Rostro,veras la máscara,
verás el espectro enloquecido de tus sueños,
verás La Verdad como la vieron
aquellos que danzaron en rituales antiguos.

¡Danza amado, danza como si
con tu cuerpo intenso y único pudieras
fundir el principio y el fin,
el primero y el ultimo de los dias!
¡Danza amado! ¡Danza!

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Rituale

La danza nasce nel mistero.
Qualcosa lo trabocca e cresce cresce
cresce per tutto il corpo, cantando un suono
che spinge che trema
che lotta per spuntare
in ritmo e movimento.

E dopo è danza.
Danza-riso dell´essere che si libera ridendo,
disegnando con i piedi la sua voluttuosità.

Ride il corpo la sua dichiarata passione.
Ride la pelle nella sua lubricità splendente.
Ride danzando chi ascolta
un battere d´ali che lo popolano

Danza amato, balla il tuo riso!
Regna sui giri della tua danza
Essi ti mostreranno i labirinti dell´Amore
che sa di tutti gli amori.

Danza! Danza!
Balla fino all´estasi.
Lì vedrai il Viso, vedrai la maschera
vedrai lo spettro impazzito dei tuoi sogni,
vedrai La Verità come le videro
quelli che danzarono in rituali antichi.

Balla amato, danza come se
con il tuo corpo intenso e unico potessi
fondere il principio e il finale
il primo e l´ultimo dei giorni!
Danza amato! Danza!



Poema Rosa Divina, Que En Gentil Cultura de Sor Juana Ines De La Cruz



Rosa divina, que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,
ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida,

de tu caduco ser das mustias señas!
con que con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas.



Poema Resuelve La Cuestión De Cuál Sea Pesar Más Molesto En Encontradas Correspondencias: Amar O Aborrecer de Sor Juana Ines De La Cruz



Que no me quiera Fabio al verse amado
es dolor sin igual, en mi sentido;
mas que me quiera Silvio aborrecido
es menor mal, mas no menor enfado.

¿Qué sufrimiento no estará cansado,
si siempre le resuenan al oído,
tras la vana arrogancia de un querido,
el cansado gemir de un desdeñado?

Si de Silvio me cansa el rendimiento,
a Fabio canso con estar rendida:
si de éste busco el agradecimiento,

a mí me busca el otro agradecida:
por activa y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer y ser querida.



Poema Redondillas de Sor Juana Ines De La Cruz



Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.



Poema Ruego de Silvina Ocampo



Quiero otras sombras de oro, otras palmeras
con otros vuelos de aves extranjeras,
quiero calles distintas, en la nieve,
un barro diferente cuando llueve,
quiero el férvido olor de otras maderas,
quiero el fuego con llamas forasteras,
otras canciones, otras asperezas,
que no haya conocido mis tristezas.



Poema Renuncia A Tu Cuidado, Bien Lo Sé de Severo Sarduy



Renuncia a tu cuidado, bien lo sé: tras
ese dolor que tu embestida aqueja,
en alivio y placer muda la queja,
más sosegada cuanto más penetras.

Cerveza transmutada o sidra añeja,
del oro tibio la furiosa recta
su apagado licor suma y proyecta
sobre el cuerpo deseoso que festeja

tanto derrame. A bálsamos o ardides
que atenúen la quema de tu entrada
nunca recurras. Mientras menos cuides,

unjas, prevengas, o envaselinada
disimules, mejor. Para que olvides
el mudo simulacro de la nada.



Poema Repudia La Razón de Sergio Cordero



La razón es inútil,
no es humana.
Es la ínfima parte que nos toca
de Dios.
Y lo demás, lo nuestro,
está en los sentimientos,
la flaqueza.
Porque saberte débil es sentir que estás vivo,
porque la perfección te da la fuerza
y el poder matar.
Te da la muerte,
la muerta perfección.

Estamos vivos.
Nuestra única culpa es seguir vivos.



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