poemas vida obra h

Poema Hogar de Gottfried Benn



Cuando resistes la noche solo
algo bebido pero no borracho
a través de nieve y polvaredas y chispas
viniendo de Dios sabe dónde
andas por el camino que va a casa

por el camino-del-adónde,
la gente está tumbada y mira fijamente
en el vacío, pero naturalmente podrían llenarse
de reminiscencias, discursos, apostillas
con los que el tiempo se abre como presente,
pero detrás de él, y delante, está el abuelo
como también los nietos, alternando y compartidos:
¿piensas que en ti había otra cosa,
con mirada e imagen, que la antigua locura?

Versión de Eustaquio Barjau



Poema Hacia La Perspectiva De Las Dunas de David Escobar Galindo



Hacia la perspectiva de las dunas,
esa ilusión comienza a dibujarse.
Una mancha de lluvia en movimiento.
Un volumen de insólitos cristales.
Una escultura onírica de sal.
Y un soplo de repente, humana ráfaga.



Poema Hastío de Juan José Domenchina



Hastío -pajarraco
de mis horas-. ¡Hastío!
Te ofrendo mi futuro.

A trueque de los ocios
turbios que me regalas,
mi porvenir es tuyo.

No aguzaré las ramas
de mi intelecto, grave.
No forzaré mis músculos.

¡Como un dios, a la sombra
de mis actos -en germen,
sin realidad-, desnudo!

¡Como un dios-indolencia
comprensiva-, en la cumbre
rosada de mi orgullo!

¡Como un dios, solo y triste!
¡Como un dios, triste y solo!
¡Como un dios, solo y único!



Poema Hundimientos De La Costumbre de Juan Liscano



Hundimientos de la costumbre.
Brotes. El viento construye ciudades
(quien las ve no las ha visto).
Silencio: súbita elocuencia.
Y una luz inmediata
que no deja tomar aliento.

*

No es el tiempo el que corre
somos nosotros quienes pasamos
iluminados por un lado o en sombras
ahogados o clamorosos.
Somos la referencia del tiempo
la irremediable certidumbre de destrucción
las ruinas por venir las contingencias
y la memoria que de pronto cesa
se expanden la ausencia el vacío
palpita el recuerdo entre los que nos miran morir
empiezan el despojo
las liturgias del luto
los vestigios devorados día a día por el olvido
las descomposiciones activas
el polvo
el pasaje desconocido hacia el enigma.

*

Debe haber algún lugar en nosotros mismos
donde cesa el combate de los contrarios
y no se juega más a cara o cruz
donde las cosas brillan con propia lumbre
y la mirada resplandece en el silencio
dominios de doble blanco
donde se unen el agua y el fuego sin violencia
y nieva en el trópico sin cambiar de clima
y los hielos eternos calientan el cuerpo
y podemos vernos nacer y morir
en un movimiento de duna que se desliza
o viajar en constantes de años-luz
hacia ayer para corregir las desgracias
o hacia mañana para anticipar los trabajos
detener los vencimientos
antes de hundirnos en algún núcleo
en algún hervor en alguna inmanencia
sustraídos al tiempo
máscara de la eternidad.



Poema Haces De Luz de Esther Giménez



Recuerdo que una vez te di un poema
con los ojitos prietos y asordado,
que aún no llegaba a ser, que era un poema
en estado embrionario.

Se haría de mayor un buen soneto.
Qué habría sido de él si a cada paso
torpe y atropellado, si al boceto
de cada simple hallazgo

no lo esperara un molde de sorpresa,
de asombro rescatado, tu crisol
tallando calabazas en calesa
como quien ve algo nuevo bajo el Sol.

Y al fin creció y se alzó de entre el tumulto;
se irguió luciendo altivo el capirote
de las maneras propias del adulto:
a ser sin ser y a hacer sin que se note.

Pero cuando la luz de la mesilla
-tu lámpara genial, tu falsa luna-
se apaga a largo trecho de la orilla
y vuelve El Coco raudo hacia la cuna,

le apremian veinte toques en el hombro:
¿por qué no das la luz de un nuevo asombro?



Poema Historia Póstuma de María Eugenia Vaz Ferreira



Todo me lo diste, todo:
el ritmo azul de las cunas
en cuentos maravillosos
glosados de suaves músicas…

Las palabras melodiosas
divinas como el silencio,
las rosas de nieve y oro
perfumadas de secretos…

Las albas anunciadoras
de los venturosos días
henchidos de primaveras
refulgentes de sonrisas…

Las pálidas nebulosas
de los cielos taciturnos,
la soledad, el olvido
y la paz de los sepulcros.



Poema Hoy Quisiera de José Antonio Labordeta



Hoy quisiera olvidarme del mar,
del mar en las ventanas,
del dígale usted a todos buenos días,
seguimos por aquí,
así como siempre, muy buenos de salud
y de agonía.
Hoy quisiera
no saber las palabras,
olvidarme los ritos, las maneras,
ser tan libre como la mano de una niña,
o el ojo de un pájaro en la niebla.
Hoy quisiera
-queremos siempre y para nada sirve-
decir palabras lentas,
melodías colgadas de la sombra,
sueños que se entrecruzan, heroicas campanas.
Pero somos de aquí,
del billete señor,
la carne va subiendo
y el hígado del viejo se estropea.
Somos
de las tardes de fútbol.

Hoy quisiera
-quieres tantas cosas-
cerrar de una vez esta ventana
y descansar del ruido de allá afuera.
Pero entran el mar,
el ruido y el regusto brutal
de toda esta tierra.
Somos de ahí,
de enfrente, justo al lado
donde se ama y crea.
Somos
-y hoy yo quisiera…-
del urbano paisaje de la tierra
y aquí no hay quien se salve
de la hoguera.



Poema Huida Hacia El Amor de Rosana Acquaroni



Crecí nativa de laureles abiertos
y figuras de sombra.
Aún ahora,
tras las verjas de nadie me levanto.
No imagináis mis manos de silencio,
mi ronco corazón de sombra ante el salvaje
jardín de mansa arena estremecida,
mar que pesa desde el viento,
lluvia,
y en esa voluntad de luto próximo
comenzar.

Cristal y perro perseguido,
pájaro que entra domesticado en la jaula
de alpiste y de rosal.
Y os voy amando,
puedo veros caer de muerte sin río ni sonrisa,
tan magullados por lo oscuro y solitario.
Puedo veros
con fijeza de párpado que ama,
caer como montañas,
buscar los cuerpos apretados y tiernos
?para la piedra ingrávidos?
y sin deciros nada
aprender a caer de los desiertos hasta el mar.

Acompañaros
en esa república de realidad amarga.
Miradme cuando vuelva
?eso me gustaría?,
volver sin esperanza de encontraros.
Como la lenta flor sin paraíso
definitivamente prendida a sus palabras.



Poema He Metido Las Manos En El Fuego de Aníbal Núñez



He metido las manos en el fuego
por saber si era cierto su suplicio
y supe -el si era o no lo supe luego-
que el saber esperar ya no es mi oficio.

Y lo es desesperar, quiera o no quiera,
y es el seguir no hallándote en lo oscuro
de esto que llaman llanto por ahí fuera
y yo de que es mi vida estoy seguro.

Y aunque tu mano tarda, a mí me duele
como si no llegara nunca. ahora
me entretengo en trenzar melancolía.

Después vendrá la pena como suele
venir: para avisarme que es su hora;
y el estar solo a hacerme compañía.

Enero de 1962



Poema Hechizo De Las Palabras de Andre Cruchaga



Hierbas como lámparas
Tragando luz
Pájaros azules
Absorbiendo
Los mástiles del viento
Geografía donde anido mi pecho
Y nombro la memoria
Diosas comulgando siempre
Palabras que inventan distancias
Palabras que encienden los párpados
Palabras que desvisten los poros
Palabras que abren el delirio
Palabras que nos llenan de sed
Arcas
Oleajes
Golpes
Rayos
Laberintos
Poyetones del sueño
Palabras que nos ciegan
Cristales que nos miran
Diosas que cercenan lo íntimo
Vapores que aspiran la piel
Manos que prolongan
Espesas anatomías
Acorralan
Ocultan
Plumas persiguiendo hormigas
Garganta de fosforescencias
Tragando peces rojos
Extrañas como las manos
Como los barcos que se queman
En la espuma
Secretas
Extrañamente secretas
Como el hechizo de las semillas
Susurran en el fuego
Erótico del follaje
En el bosque de la cópula
Atestiguan las tinieblas
Lágrimas
Extrañas trampas del abismo
Donde la combustión de los cuerpos
Parece una maquinaria
De erizados
Sobresaltos
Burbujas
Labios constelados
Relámpagos de vértigo
Sentidos sacudidos sobre el césped
Al filo de la piel desnuda

Las palabras
Fugitivas chiltotas
Cuchillos y brasas
Pétalos miserablemente perseverantes
Mártires anónimos
Aliento transparente del cierzo
Donde humea el musgo
El temblor de los fantasmas
La paciencia que nos sobrevive
El hocico invulnerable de las rocas

Las palabras
Plantaciones de luciérnagas
Multiplicando la epifanía
El exorcismo de la hierba
Horizonte de huesos
Retablos del tiempo
Aliento que a ciegas beben los cuerpos
Cuando pasan sobre la sal de los muelles.

Septiembre 29 de 2003.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad