poemas vida obra f

Poema Fuera Del Mundo de Jorge Guillen



6

Cuanto nosotros somos y tenemos
Forma un curso que va a su desenlace:
La pérdida total.
No es un fracaso.
Es el término justo de una Historia,
Historia sabiamente organizada.
Si naces, morirás. ¿De qué te quejas?
Sean los dioses, ellos, inmortales.

Natural que, por fin, decline y me consuma.
Haya muerte serena entre los míos.
Algún día ?¿tal vez penosamente??
Me moriré, tranquilo, sosegado.
No me despertaré por la mañana
Ni por la tarde. ¿Nunca?
¿Monstruo sin cuerpo yo?
Se cumpla el orden.

No te entristezca el muerto solitario.
En esa soledad no está, no existe.
Nadie en los cementerios.
¡Qué solas se quedan las tumbas!



Poema Fauna Marina (1) de Jorge Ernesto Olivera



a cuarenta y dos horas de tu distancia
mi rastro huele a maníes deshechos
alfombras de la desventura mi cuerpo
dibuja espacios en el lugar

exacto milímetro de tu ausencia
periférico sentimiento aturde sombras

la esquina,
borrosa imagen late tu cuerpo,
ganando la ausencia.



Poema Flashes En El Brick Oven de Jenaro Talens



Qué me ofrece el silencio de esta noche,
este amor sin excusa, vuelto aprendizaje?
Paseo por las calles
de esta ciudad extraña
donde incluso las flores tienen dueño.
Miro las nubes grises,
el aire iluminado por una luna artificial,
y escucho el parpadeo de los claxons en la carretera.
Los grajos llueven en bandadas,
vierten su humosa niebla sobre las ardillas,
pero el olor que brota de la hierba
no es un olor distinto
del olor con que noviembre ahora interrumpirá en tu cuarto
diciéndote que empieza a amanecer,
aunque sea otro el mar, otros los árboles
y otro el azul que inunde tu mirada.
El día muere en Austin y estoy solo.
Aquí, de pie, junto al Brick Oven,
pienso en tu cuerpo, en ti.
¿Qué podría ofrecerme esta noche de otoño
que no me ofrezcas tú?



Poema Fruto Somos de Jeannette Lozano



Van los hombres y las cosas
hacia la estancia primera.
La travesía es la voz.
Del monzón de arenas
emerge lo olvidado,
el polvo se levanta
en pequeños círculos.
Van a la entrada
del silencio.
A lo largo
la quietud,
la sagrada quietud
del sueño que los sueña.

*

Los alminares ciegan de resplandor
pero Brueghel encuentra la puerta de Dios.
Almagre de guijarros, limo y olvido.
Entre la visión del Paraíso y el santuario
los leones azules buscan el agua en el lecho del amor.
En esa agua los cimientos,
en su manto de fuego
resonancias,
melodías de otra lengua.

*

Tú curas la ceguera
en aguas del Lagash
y el corazón
es noche
configurando el sueño.

Buscas perdón
y la palabra río
abre hasta el fondo la voz:

Aún escucho su inmensidad.

*

En tus ojos
la historia desgarrada,
las luchas, los animales fieros.
Busco salvarte:
No persevere el enemigo oculto,
no sea su sangre en tu vasija.
Rostro sin velo,
cuanto has temido
cada tarde
regresa
mientras das sorbos en la demitasse.

*

Una flecha en el barro con la inscripción ti
alumbra (?enliti? es palabra) a los elegidos
bajo el reinado del león.
Los dioses resguardan Tell Brak
cuando el oscuro jadeo del viento.

Mi cuerpo es ramas
y el cielo
insostenibles portones borrosos.

*

Penumbra en el alabastro,
montes de limo bajo las frondas,
maderos de cedro
y tú,
espejeante entre las dunas.

Ciega a tu destino
de la mano vas
hacia el abismo del conocimiento.

*

El oro de las nubes se desliza
en la espesura
de tu paso, paquidermo, por Siam.
Piedras preciosas ornan tu cabeza,
accedo al árbol de purpúreas hojas
que me hablan de aquella luna
sobre tu piel. En tu trompa
ramas
recién arrancadas
son cielos de plegaria.

La memoria es presencia,
fruto de lo vivido,
en equilibrio avanza, vidente,
hacia el verdor.

*

Más allá de tu piel, más
hondo que tus huesos,
el dolor, el dolor.

Boca de este canto,
espejo eres.



Poema Fósiles (iv) de Jair Cortés



Dicen que las alas son un instante,
una mueca gris,
tardía,
y son quizá el destino vegetal de la libélula,
los brazos de una nave antigua,
los remos de la barca perdida en el fallido cálculo
de su destino.

Yo digo que las alas
en algún tiempo fueron campanas,
volaron alto
y descendieron para morir en los oscuros pozos.

Yo digo que las alas no existen,
porque la tarde es un instrumento de la memoria para recordar la vida.
Un espejismo.
Una silueta en el colmo de la mente.

Dicen que las alas son quizá el último beso en la frente del náufrago.

Dicen de las alas,

y de nosotros,
viejos sueños,
fósiles y sin alas,
nadie,
nadie dirá nada.



Poema Fósiles (iii) de Jair Cortés



Tarde se descubre la primera arruga.
Tarde, demasiado tarde,
cuando demasiado es un don en lo fugaz.
Tarde es en la nuca
de quien se recuesta para morir profundo
sobre el pecho de su tumba.



Poema Fósiles (i) de Jair Cortés



Para Omar Martínez Verde

Atardecemos.
El arco de la luz se disuelve lento.
¿Qué son las alas y para qué sirven?

Por la piel escurre el ámbar,
la edad que llegará cuando dejemos al frío en simple sensación,
cuando los trópicos existan sólo para los hijos de nuestros hijos,
cuando el dinosaurio sea la escama de la tierra
y nosotros fósiles,
cuna de petróleo;
acaso cuna de nostalgia.



Poema Fuga de Jaime Torres Bodet



¡Huyes, pero es de ti!
J. R. Jiménez

Huías… pero era en mí
y de ti quien huías.

¿Cómo? ¿Adónde? ¿Para qué?
Por todo lo que es vial,
ascensor, tragaluz, puerto
para fugarse del hombre
en el hombre: por la voz,
por el pulso, por el sueño,
por los vértigos del cuerpo…

Por todo lo que la vida
ha puesto de catarata
-en el alma y en el alba-
huías… Pero era en mí.



Poema Fácil Palabra de Hugo Lindo



1

Fácil seria la palabra
sin hojas.
Fácil como un vacio.
Como una sombra.
Pero ocurre al contrario: te arrimas al silencio
y ella te acosa
llena de ideas,
de memorias,
siempre con algo entre las manos.
Y simplemente no la logras
desnuda, sola.

4

Teníamos que decirnos muchas cosas
y no hallábamos cómo.
Era mejor así. Corría el tiempo
y envejeciamos con él.
Y eso era hermoso.
Porque pensando apenas, o sintiendo y pensando,
o nada más sintiendo,
adivinábamos
lo que es el zumo de este testimonio:
teníamos que decirnos muchas cosas,
pero ¿cuáles?
¿Y cómo?

11

Amor amor amor amor setenta veces,
setenta veces siete veces.
Amor amor amor amor. Nadie habrá que lo olvide.
Siempre quién lo recuerde.

27

Los ojos fueron el primer idioma
y las tímidas manos el segundo,
la palabra, el tercero, y es el cuarto
este callar sencillo, pero juntos.

55

Y si a mí me preguntan por tu fuerza
de enredadera en flor, de irresistible
fragancia, de rocío refrescante,
de amoroso follaje y sombra firme,
¿cómo responderé lo que no puede
sin menguar, decirse?



Poema Fin De Otoño de Hjalmar Flax



(al regresar de East Hampton,
luego de visitar al poeta David Ignatow
)

Un hombre ataja por un campo abierto.
Su abrigo es color tierra.
Le florece el aliento a cada paso.
El viento lo despeina.

El campo abierto es ancho para el hombre.
Para los astronautas es pequeño.
Y si de cerca es una cosa triste,
también es cosa triste desde lejos.

Desde lejos el hombre se confunde
con la tersa textura del terreno.
Y desde cerca el hombre se confunde
con sólo atravesar un campo abierto.

Esto no piensa el hombre que camina.
Piensa que ha de llegar hasta su fuego.



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