Poema Para Llegar A Amarme… de Yanira Soundy



Este día en el ascensor, la inquietud ha vedado nuestro beso. A pesar de vernos llegar sin el usual cargamento de miedos y quimeras, con los ojos de ópalo y la sed que arde en nuestros cuerpos.

Estás frente a mí , como un jardín de tallos en mis venas, donde estallan flores encendidas. Ardorosa maraña de historias en este suelo de sombras y pájaros de espumas.

Estas en mí, con la pompa del follaje eterno..

Déjame llenar mis labios de sonrisas, entender que mi vida esta hecha para las cumbres y no para los abismos. Quiero alejarme a la estación anónima y acariciar tu cabello de lunas.

Este día la inquietud ha vedado nuestro beso. Se abre el ascensor y un áureo polen cae sobre mi corazón desnudo. Mientras tú permaneces callado y frío.

Es el misterio que abre nuestras manos, es el amor que se fue y no vino. Un viento en los naranjales, donde tiembla el cantar de los ayes…

Miro tu rastro en los caminos vividos: firmando en el silencio, mesas de manteles blancos, noches de castos proyectos, sueños de ramas nerviosas, perfumes verbales, bailes y compases… miro en tu noche: la galantería indiscreta, los donativos a la iglesia y los acentos medidos de tus palabras.

¿cómo encontrar los dóndes, los cómos, los porqués? Como articular lo perdido y aquello que es solo un instante de quien juega a divagar, a soñar… a tener un paisaje irreal y un piano de hojas. Es andar y desandar con los párpados cerrados.

Para llegar a amarme es necesario aprender a estrenar las alas de los pájaros y entregarte sin la embriaguez de las cañadas abiertas.

Hoy te miro como el niño que corre para no asustarse, con su otoño prendido como sol a mi silueta; seguro de vivir para olvidar la vida. No escuchas el ruido de los sueños, la dulce hierba que cae , acaricia y se va, ni la orilla fresca donde los pies desnudos ignoran al viento. No rompes el frío ni salpicas las flores con las palabras.

Tu luna aparece en el cielo al contraluz de la tarde…

La sombra espesa ha callado nuestras bocas, amarrándonos las manos intactas.

He llegado a casa, veo de lejos el tráfico imponente, y destellos de luz sobre las cabezas de los automovilistas. Me siento frente a la computadora, suspendida en el tiempo y conjugo el rojo, el índigo, la plata, la dulzura del otoño, el amarillo.. la música nueva y las estrellas marchitas.



Poema Otra Vez de Yanira Soundy



La luz cae como una hoja seca para iluminarte todo…estás
largamente desnudo.
Otra vez tus dedos ansiosos traspasan mi pecho y el amor sube
en sílabas de humedad hasta mis senos.
Tus labios erizan el manto de mi piel hecha de lunas, mientras el
timbre de tu voz pone sonido al viento.
Otra vez tú y yo, campo y selva, bebemos del olvido en este
impulso de serlo todo, con el deseo de extendernos por encima
de la más alta pregunta, para traspasar las metas de los siglos.
Otra vez acortamos las rutas para vernos y cerramos el paso del
tiempo.
Mañana la noche estará vacía en tus brazos abiertos…mi
corazón se desprenderá como una campana entre tus dedos.
Déjame amarte de nuevo, y enterrar los miedos en los astros
quietos.
Quiero arrancar la tristeza, y extraviarla entre mis versos.



Poetas por nombre – letra «d» – poemas para enamorarse




Poema Niños De Escarcha de Yanira Soundy



Carta a Pulgita

PULGITA:
¿Que haces sentado dejando escapar tu vida entre pedazos de vidrio?
Descubre tu rostro en el agua oscura y mira tu sonrisa por primera vez.
Deja escapar tu alma de niño, entre los sueños y colorea el canto de las ranas.
No hay árboles torcidos ni tristes, no hay días sin luz. Sólo tu miedo a los caminos solitarios, a las personas extrañas, a la tortura de pensar.
No todos los seres humanos somos malos ni complejos. No todos arrojamos piedras a los sentimientos.
Hay otros cielos que no están hechos de estrellas de papel y estaciones que no abren ventanas a la ausencia.
Y por allí en cualquier parte, en los pueblos perdidos en los montes, en las ciudades bulliciosas, hay quienes regresan jubilosos, después de haber terminado sus estudios.
Pulguita, existen otros caminos, campanas que suenan en los patios abiertos.
Verdes recién nacidos casi amarillos y verdes oscuros en las hojas maduras de los árboles.
Un mundo distinto, con un especial sentido de vivir.

Un mundo que no pone límites al esfuerzo, una carga de años que nos hace un poco filósofos de la vida cotidiana.
Pocas horas me quedan para marcharme, volveré cualquier día, llena de lágrimas y sonrisas, para verte una vez más y descubrir tus manos limpias.
arta a Pulgita



Poema Niño Lanza Fuego de Yanira Soundy



A ese pequeño dragón que habita las calles del boulevard Los Próceres…

¿Quién deshizo tu vida con el fuego?
El secreto de la piedra o el hambre…
Niño moribundo en las ciudades, cuerpo desnudo que toca a nuestras puertas.
Es la hora de morir entre las llamas.
Es la hora de orar por el pan que no tendrás.
Con la lengua apretada y seca entre tus dientes, te dolerá la cara y los ojos
de tanto sostenerlos,
cogerás entre tus manos una antorcha y te aguantarás el miedo.
La tarde ha empezado y las llagas encienden de nuevo tus pulmones.
Te mojas con gasolina y los sueños crujen incendiando con un cerillo mi silencio.
Niño marginado y solo, es la hora de morir entre las llamas.
No madurarán los colores en tu campo…
¡Es la hora de rezar a Dios en las aceras!



Poetas por nombre – letra «c» – poemas de familia



Poema Niño De Viento de Yanira Soundy



Volví a estremecer mis entrañas. Era la hora de la
estrella, la hora en que llegarías a mi vida, desde un
barco peregrino cargado de deseos.
Era la hora y así llegaste, acariciándome el corazón con
el milagro de un latido, que se llenó de asombro con mis
sueños.
Volví a estremecer mis entrañas y en mi vientre creció tu
amor prisionero, era la hora de la estrella, la hora en que
llegarías a mi vida desatando la luz en la sonrisa de los
cielos.
Era la hora de volar y posarte sobre mis alas, para
dejarte ir en los ríos del viento y encontrar mis huellas en
universos de flores y campos sonoros.
Para jugar a ser noche, cielo y sol. Para bañarte de luz y
aprender palabras entre hojas.
Para conocer mi voz y sentirte mi dueño, bebiendo los
colores como vino de lluvia.
Era la hora y así llegaste, amor silencioso que se
perpetúa fundiendo sus ansias en las mías. Anclado en
mi puerto con la eternidad del agua y el recuerdo.



Poetas por nombre – letra «b» – poemas de amistad y amor




Poema Moza de Yanira Soundy



¡Qué osadía el querer abrir los velos de la muerte!…
En las hojas pálidas, y en las aves de los nidos. Idolatrando dioses de hojalata y placeres prometidos.
En un jardín envenenado por flores amargas, donde el sol se apaga y los grillos repiten sus notas tristemente.
Niño de miedo, procura estar quieto y silencioso, mientras lanzas a volar tu carroza de impotencia que chispea en los espacios tu reflejo.
¡Que osadía el querer abrir los velos de la muerte!…
De apretarla en tus delgados brazos y acariciarle los cabellos de algas.
De perseguirla hasta darle alcance y caer rendido a sus pies, embozado en una capa de oscuras nubes de humo.
Perdido en un olor a pega que muerde tu memoria. Quebrado en múltiples cristales, desplomas los sueños.
La muerte te alarga su mano de niebla y tú hinchas la voz y gritas.



Poema María de Yanira Soundy



La muerte llega con un gesto de burla, a quebrar su nombre entre las fábulas.
María, más pequeña que un dedal, detiene el paso.
Al verla, los árboles se empinan sobre sus raíces, con una curiosidad que los agiganta. Y ella, traslúcida, descalza, débil, recién desgajada en la noche, cae contra el suelo.
Todo su mundo está dentro de un bote de vidrio, donde desaparecen los aromas frutales y el canto áspero de los grillos.
María no conoce más que las hilachas de un harapo perdido, la basura de un parqueo, las moscas, las navajas, y de como apagar la sed de los perros callejeros.
Derrotada, torva y trágica, desanuda el miedo en las luciérnagas.
Le tiemblan las rodillas, mientras su vientre se contrae. Vuela entre sus piernas un cometa de luz.
No hay carruajes de princesas, sólo una niña sin sonrisa con puñales hendidos en los sueños, y una impotencia que ahoga mi palabra.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad