poemas vida obra dulce maria loynaz

Poema Juegos De Agua de Dulce Maria Loynaz



Los juegos de agua brillan a la luz de la luna
como si fueran largos collares de diamantes:
Los juegos de agua ríen en la sombra…Y se enlazan
y cruzan y cintilan dibujando radiantes
garabatos de estrellas…
Hay que apretar el agua
para que suba fina y alta…Un temblor de espumas
la deshace en el aire; la vuelve a unir…desciende
luego, abriéndose en lentos abanicos de plumas…

Pero no irá muy lejos…Esta es agua sonámbula
que baila y que camina por el filo de un sueño,
transida de horizontes en fuga, de paisajes
que no existen…Soplada por un grifo pequeño.

¡Agua de siete velos desnudándote y nunca
desnuda! ¡Cuándo un chorro tendrás que rompa el broche
de mármol que te ciñe, y al fin por un instante
alcance a traspasar como espada, la Noche!



Poema Creación de Dulce Maria Loynaz



Y primero era el agua:un agua ronca,sin respirar de peces, sin orillasque la apretaran…Era el agua primero,sobre un mundo naciendo de la mano de Dios…Era el agua…Todavíala tierra no asomaba entre las olas,todavía la tierrasólo era un fango blando y tembloroso…No había flor de lunas ni racimosde islas… En el vientredel agua joven se gestaban continentes… ¡Amanecer del mundo, despertardel mundo!¡Qué apagar de fuegos últimos¡¡Qué mar en llamas bajo el cielo negro¡ Era primero el agua.



Poema Poema Lxi de Dulce Maria Loynaz



En el valle profundo de mis tristezas, tú te alzasinconmovible y silencioso como una columna de oro.Eres de la raza del sol: moreno, ardiente y olorosoa resinas silvestres.Eres de la raza del sol, y a sol me huele tu carne quemada,tu cabello tibio, tu boca oscura y caliente aún como brasa recién apagada por el viento.Hombre del sol, sujétame con tus brazos fuertes,muérdeme con tus dientes de fiera joven, arranca mis tristezas y mis orgullos, arrástralos entre el polvo de tus pies despóticos.¡Y enséñame de una vez -ya que no lo sé todavía-a vivir o a morir entre tus garras!



Poema Yo Te Fui Desnudando de Dulce Maria Loynaz



Yo te fui desnudando de ti mismo,
de los «tus» superpuestos que la vida
te había ceñido…

Te arranqué la corteza -entera y dura-
que se creía fruta, que tenía
la forma de la fruta.

Y ante el asombro vago de tus ojos
surgiste con tus ojos aún velados
de tinieblas y asombros…

Surgiste de ti mismo; de tu misma
sombra fecunda, intacto y desgarrado
en alma viva…



Poema Soneto de Dulce Maria Loynaz



Quiere el Amor Feliz -el que se posa poco…-
arrancar un verso al alma oscura:
¿Cuándo la miel necesitó dulzura?
¿Quién esencia de pomo echa en la rosa?

Quédese en hojarasca temblorosa
lo que no pudo ser fruta madura:
No se rima la dicha; se asegura
desnuda de palabras, se reposa…

Si el verso es sombra, ¿qué hace con el mío
la luz?… Si es luz… ¿la luz por qué lo extraña?
¡Quien besar puede, bese y deje frío

símbolo, el beso escrito!… ¡En la maraña
del mapa no está el agua azul del río,
ni se apoya en su nombre la montaña!…



Poema Si Dices Una Palabra Más de Dulce Maria Loynaz



Si dices una palabra más,
me moriré de tu voz,
que ya me está hincando el pecho,
que puede traspasarme el pecho
como una aguda, larga, exquisita espada.

Si dices una palabra más
con esa voz tuya, de acero, de filo y de muerte;
con esa voz que es como una cosa tangible
que yo podría acariciar, estrujar, morder;
si dices una palabra más
con esa voz que me pones de punta en el pecho,
yo caería atravesada, muerta
por una espada invisible,
dueña del camino más recto a mi corazón.



Poema Selva de Dulce Maria Loynaz



Selva de mi silencio,
apretada de olor, fría de menta.

Selva de mi silencio, en ti se mellan
todas las hachas; se despuntan
todas las flechas;
se quiebran
todos los vientos.

Selva de mi silencio, ceniza de la voz
sin boca, ya sin eco; crispadura de yemas
que acechan el sol,
tras la espera
maraña verde… ¿qué nieblas
se te revuelven en un remolino?
¿Qué ala pasa cerca
que no se vea
succionada en el negro remolino?

(La selva se cierra
sobre el ala que pasa y que rueda.)

Selva de mi silencio,
verde sin primavera,
tú tienes la tristeza
vegetal y el instinto vertical
del árbol. En ti empiezan
todas las noches de la tierra;
en ti concluyen todos los caminos.

Selva apretada de olor, fría de menta.

Selva con tu casita de azúcar
y su lobo vestido de abuela;
trenzadura de hoja y de piedra,
masa hinchada, sembrada, crecida toda
para aplastar aquella,
tan pequeña,
palabra de amor…



Poema Rosas de Dulce Maria Loynaz



En mi jardín hay rosas:
Yo no te quiero dar las rosas
que mañana…
mañana no tendrás.

En mi jardín hay pájaros
con cantos de cristal:
No te los doy,
que tienen alas para volar …

En mi jardín abejas
labran fino panal:
¡Dulzura de un minuto…
no te la quiero dar!

Para ti lo infinito o nada;
lo inmortal o esta muda tristeza
que no comprenderás …
La tristeza sin nombre de no tener que dar
a quien lleva en la frente algo de eternidad …

Deja, deja el jardín…
No toques el rosal:
las cosas que se mueren
no se deben tocar.



Poema Quiéreme Entera de Dulce Maria Loynaz



Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!

si me quieres, no me recortes:
¡quiéreme toda… o no me quieras!



Poema Precio de Dulce Maria Loynaz



Toda la vida estabaen tus pálidos labios…Toda la noche estabaen mi trémulo vaso…Y yo cerca de ti,con el vino en la mano,ni bebí ni bese…Eso pude: Eso valgo.



Página siguiente »


Políticas de Privacidad