Poema Oficio De Olvido de Gonzalo Márquez Cristo



Una mujer se besa en el espejo, se oculta con su alma, el agua es su soledad.
Un niño escondido en un armario intenta morir.
Las lágrimas de un hombre caen en su taza de café.
Una adolescente con el índice detiene la manecilla del reloj y se estremece.
En el viento hay un mensaje que no comprenderemos.
Tu sombra se rebela.
Nos preparamos para huir de todo lo que amamos.
Quien no parta será olvidado.
El viento dialoga con el fuego.
Espero mi voz.
Viajar también es lo contrario a la muerte.
Mientras la semilla engañe al pájaro no estaremos perdidos.
Nos amaremos en otros rostros.
Nadie se oculta en la memoria.
¿Vendrá alguien a enterrar nuestros nombres?



Poema Cae Impenitente Una Lluvia De Palos Una Virgen Se Lamenta de Luisa Castro



De noche cuando el eunuco
duerme
soñando con mi tercera muerte y mi corazón
divide el oro de la sangre
un pequeño temblor me habita por la boca.

Pulsar útiles arpas
entonces,
templar cálido hierro, cerrar
sobre algún sexo las manos aún gritando
sólo puedo morir, sólo puedo morir,
quizás signifique
estar cerca
de mi soledad con un nudo.
Quizás signifique verter fotografías en una zona
a menudo extranjera
golpeando una arena cimentada.

Pero cuando duerme o se empeña en la venta de
mis bienes,
en mi rostro sobre el palo, sólo queda
morir, sólo
queda morir, lo doloroso
es la mañana con himno y camareras,
lo doloroso
es mi cuerpo con andamiaje de ola como edificio
de
aire.

A las cinco se llena de mujeres como
un parque.

A las seis un viento que oscurece
lo recorre como un
sable.

De «Los versos del Eunuco» 1986



Poema Elegía Para Decirme de Carilda Oliver Labra



Yo le recuerdo aquí: donde me duele
el color que le trajo a mi esperanza;
y le recuerdo aquí porque soy triste
y ya no puedo echarme entre sus lágrimas.

¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha;
si no me pareciera tanto a mis ojeras,
ni a esta tarde de invierno, así doblada!

Pero me acuerdo aquí de que anda lejos
el que vivió a la vuelta de mi espalda.
Me acuerdo de su nombre perezoso
que casi no quería ser palabra.
Me acuerdo de su risa mal abierta
riñéndole por dentro a la mirada,
y de su frente que crecía;
y de su voz inútil como el alba
y de un secreto que quedó inconcluso
aquel domingo en que amó la nada.

¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha!
Pero me duele aquí, donde me canso,
aquel hombre agobiado por crisálidas.
Pero me duele aquí, donde soy sola,
esta verdad metida entre dos alas.
Qué corazón saldría de este insomnio…

Pero soy todo el blanco que se acaba,
y no me porto bien con la alegría
por lo que traigo al sur de mi garganta.



Poema Cristales de Blanca Luz Pulido



Oculta en su prisión de sombras,
labra la luz
su sueño
de constancia en los cristales.

I

El granate
es un ejercicio de sangre derramada
en el profundo mármol
de tu cuello

El granate y su memoria de opulencia
son, en la enramada de tus venas,
la herida luminosa de la tierra
que se mira surgir,
de nuevo líquida,
en tu pecho.

II

El zafiro
habla el idioma
de las profundidades
solo el zafiro sabe
lo imposible
de su azul en la sombra adormecido.

Tal vez la noche
que el zafiro esconde
oculta
en sus reflejos
el mar
que en sus cristales
detenido
avanza.

III

Arde el ópalo
en sus cavernas de fuego,
de tiempo suspendido,
de líquidos cielos improbables.

Finge la luz,
el agua,
el mediodía,
un lento azul de insomnio
y el verde que no alcanzaron los jardines.

Yo no sé
los pensamientos
que sus colores cautivan y condensan,
pero me entrego al desvelo
a la sed
de imaginarlos.



Poema Manifiesto Del Amor de Víctor Corcoba Herrero



Quise medir el amor
con los labios del mar,
y el mar me bañó de versos
con los labios de tu boca.

Tu boca es el olvido del yo
y la memoria del alma
que se funde y se confunde.

Porque el amor
es la necesidad de salir
de uno mismo
y de entrar en el otro
como luna en la mar.

Y el mar con el amor
es un poema de vida,
en busca de soles y de sales,
un aire de rosas en llama.

Una llama que se enciende
con los ojos del alma,
que crece con los oídos del pulso,
y con el tacto de la poesía.

La poesía como el amor
nunca pasará de moda,
siempre nos resucitará
todas las bondades
y todas las virtudes.

Si quieres ser correspondido
con el beso del amor,
ama tú y espera,
que la espera aviva y revive.

Revive y aviva la rosa del amor,
que lo es todo en todos,
y que nos vuelve nada en la nada.

Que cada cual verse al amor
como quiera verse y abrazarse.
Que cada cual verse al amor
como quiera morir y renacerse.

Que cada cual verse al amor
como el amor versa a la vida,
donde los acantilados encantados,
conciertan la desnuda sonata
del gusto en el gesto del goce,
tan anudado como anidado,
tan acompasado como acompañado,
y tan compartido como repartido.



Poema Odiar El Amor de Roque Dalton Garcia



La luna se me murió
aunque no creo en los ángeles.
La copa final transcurre
antes de la sed que sufro.
La grama azul se ha perdido
huyendo tras tu velamen.

La mariposa incendiando
su color, fue de ceniza.
La madrugada fusila
rocío y pájaros mudos.
La desnudez me avergüenza
y me hace heridas de niño.

El corazón sin tus manos
es mi enemigo en el pecho.



Poema La Noche de Víctor Hugo López Cancino



Oscura la noche que vigila
senderos de nostalgia y de añoranza,
con la luna de plata que ilumina
al buho que no duerme y sí descansa.

Radiantes las estrellas danzarinas
bailando con el cántico del viento,
oleadas de hermosas golondrinas
nutriendo de belleza el firmamento.

Imagen nocturna tan divina,
fachada de misterios y confianza,
amor que se desprende cual neblina,
zurcido de pasión y de esperanza.



Poema Celebración De La Memoria (iii) de Jorge Ruiz Dueñas



Siempre allí
Siempre atroz
Siempre acechante
Tras lagos de salmuera
el odio lacera la tarde



Poema Lectura de Ida Vitale



Al silbo de las sílabas subía
de siete en siete vuelos
hasta alcanzar un cielo

de sílaba serena,
que esconde lo que sabe que te espera,
la sílaba no sierpe
en donde el alma siempre
se concierne.

Cruza discreta por salteadas muertes,
vacila ante el adusto
mirar del desamor.

Susurra como el agua de corriente
dócil y sazonada,
cuando a su breve brazo brevemente
te aferras, si es que nada,
con otra forma del soñar te engaña.



Poema Casida De La Alta Madrugada de Félix Grande



Cuando te acuerdes de mi cuerpo
y no puedas dormir
y te levantes medio desnuda
y camines a tientas por tus habitaciones
borracha de estupor y de rabia

en algún lugar de la Tierra
yo andaré insomne por algún pasillo
careciendo de ti toda la noche
oyéndote ulular muy lejos y escribiendo
estos versos degenerados.



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