Poema República De Poetas de Pablo Antonio Cuadra



Mi bandera pretende
como el cielo,
unir el azul y el blanco.

Equivocados los próceres
quisieron juntar abajo
lo que solamente arriba
se hermana y no siempre.

Pero algo logras, paisano,
izando el cielo en tu mástil,
¡somos un millón de hombre
con la cabeza de pájaros!



Poema A Mis Hermanas de Leopoldo Panero



Estamos siempre solos. Cae el viento
entre los encinares y la vega.
A nuestro corazón el ruido llega
del campo silencioso y polvoriento.

Alguien cuenta, sin voz, el viejo cuento
de nuestra infancia, y nuestra sombra juega
trágicamente a la gallina ciega;
y una mano nos coge el pensamiento.

Ángel, Ricardo, Juan, abuelo, abuela,
nos tocan levemente, y sin palabras
nos hablan, nos tropiezan, les tocamos.

¡Estamos siempre solo, siempre en vela,
esperando, Señor, a que nos abras
los ojos para ver, mientras jugamos!



Poema Gacela Del Niño Muerto de Federico García Lorca



Todas las tardes en Granada,
todas las tardes se muere un niño.
Todas las tardes el agua se sienta
a conversar con sus amigos.
Los muertos llevan alas de musgo.
El viento nublado y el viento limpio
son dos faisanes que vuelan por las torres
y el día es un muchacho herido.
No quedaba en el aire ni una brizna de alondra
cuando yo te encontré por las grutas del vino.
No quedaba en la tierra ni una miga de nube
cuando te ahogabas por el río.
Un gigante de agua cayó sobre los montes
y el valle fue rodando con perros y con lirios.
Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos,
era, muerto en la orilla, un arcángel de frío.



Poema Qué Suerte Que Tu Falda Sólo Tapa Tu Sexo de Otoniel Guevara



y no tu boca
porque así puedo adivinar las historias
que un beso desdibuja

Qué suerte
porque tapa tus nalgas
pero deja al descubierto tu mirada

Qué suerte
porque sus cerraduras no detienen al viento:
lo que tu falda prohibe lo inventa mi deseo

Qué suerte que tu falda
sólo tapa tu cuerpo sólo ciñe tu talle
sólo insiste en misterios

Qué suerte que tu falda
no te tape de mí.

10 de dic 94



Poema En Las Tinieblas de Efrén Rebolledo



El crespón de la sombra más profunda
arrebuja mi lecho afortunado,
y ciñendo tus formas a mi lado
de pasión te estremeces moribunda.

Tu cabello balsámico circunda
los lirios de tu rostro delicado,
y al flotar por mis dedos destrenzado
de más capuz el tálamo se inunda.

Vibra el alma en mi mano palpitante
al palpar tu melena lujuriante,
surca sedosos piélagos de aromas,

busca ocultos jardines de delicias,
y cubriendo las flores y las pomas
nievan calladamente mis caricias.



Poema Alta Mar Y Gaviota de Julia De Burgos



Por tu vida yo soy…
en tus ojos yo vivo la armonía de lo eterno.
La emoción se me riega,
y se ensancha mi sangre por las venas del mundo.
No doy ecos partidos.
Lo inmutable me sigue
resbalando hasta el fondo de mi propia conciencia.
En ti yo amo las últimas huidas virginales
de las manos del alba,
y armando lo infinito
te quiero entre las puertas humanas que te enlazan.
En ti aquieto las ramas abiertas del espacio,
y renuevo en mi arteria tu sangre con mi sangre.
¡Te multiplicas!
¡Creces!
¡Y amenazas quedarte
con mi prado salvaje!
Eres loca carrera donde avanzan mis pasos,
atentos como albas
al sol germinativo que llevas en tu impulso.
Por tu vida yo soy
alta mar y gaviota:
en ella vibro
y crezco…



Poema Al Salir De La Cárcel de Fray Luis De Leon



Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa,
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.

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Poema Este Sabor De Lágrimas (36) de Julia Prilutzky



En el agua empozada te apareces.
Tu imagen se empecina
y el viento la sacude sin borrarla
y el rumor de las hojas
vuelve a clamar tu nombre,
mientras tu rostro surge como máscara
sobre todos los rostros de la tierra
y tu caricia brota en toda mano.
Perfiles desgarrados
en el agua tiritan:
¿cómo llamarte ahora, con qué nombre
-muerto de toda muerte,
sonrisa desterrada,
inviolado temblor que se desliza-,
si ya no queda nada más que arena?
Y nada más que cielo
sobre el dormido estanque
donde voy rastreando
qué queda de tu vida. Y de la mía.
¿Cómo clamar tu réplica perdida,
tu lapidado corazón en llamas,
tu aventada ceniza,
tu amor que no fue entero ni entregado,
la no ardida pasión, no devorada,
la piel que ya no existe,
el detenido impulso de la sangre
y la petrificada melodía
de tu voz sin matices?



Poema Paradoja de Juan Calzadilla



Según los griegos, un atleta vale más por lo que pudo hacer después de recibir el premio que por lo que se le reconoce con el premio. De modo que lo mismo da que lo haya recibido o no si siempre tendrá que merecérselo.

Comparen esto con la rebatiña actual.



Poema Habla También Tú de Paul Celan



Habla también tú
sé el último en hablar,
di tu decir.

Habla-
Pero no separes el No del Sí.
Y da a tu decir sentido:
dale sombra.

Dale sombra bastante,
dale tanta
cuanta en torno de ti tú sabes extendida entre
medianoche y mediodía y medianoche.

Mira en torno:
ve cómo alrededor todo se hace viviente
¡En la muerte! ¡Viviente!
Dice la verdad quien dice sombra.

Pero se estrecha ahora el lugar donde estás:
¿Adónde ahora, despojado de sombra, adónde?
Asciende. Tanteante, asciende.
Te haces más sutil, más irreconocible, más fino.

Más fino: un hilo
por el que quiere descender la estrella
para abajo nadar, al fondo,
donde se ve brillar: sobre móviles dunas
de palabras errantes.

Versión de José Ángel Valente



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