Poema Versos Compuestos En Una Sala De Conciertos de Samuel Taylor Coleridge



¡Oh! Dadme, libre ya de esta escena sin alma,
escuchar a aquel músico viejo, ciego y canoso,
a quien, desde los brazos del alma, besé un día:
sus aires escoceses y sus bélicas marchas,
a la luz de la luna, en perfumada noche
de estío, mientras danzo junto al heno esparcido,
con chicas que sonríen entre un brillo de bucles.
O, si el ocaso pone su púrpura en remansos
del lago en calma, terso, dejadme que me esconda,
sin ser visto ni oído, tras los alisos. Flota,
atada a sus raíces una lancha de pesca,
y en su asiento atildado descansa Edmundo y deja
que le mezca la lancha perezosa, y arranca
a su flauta una música tan ardiente y tan triste,
que unas lágrimas dulces en el rostro le tiemblan.

Y si corre, Ana mía, el viento de la noche
y la ráfaga hiciese crujir el cobertizo
y chillar agriamente al gallo, entre la lluvia,
¡qué bueno oírte alguna balada triste, triste,
de un náufrago perdido, que flota en la tormenta
y a quien, bajo la arena, su viejo amor sepulta!
Oírte, ¡oh, delicada mujer! , pues tu voz guarda
todas las melodías y goces melancólicos
de la Naturaleza: de pájaros y de árboles,
del quejumbroso mar en las cavernas verdes,
y música y murmullo de donde tiembla, rígida,
al súbito airecillo, la hierba en los brezales.

Versión de Màrie Montand



Poema Cómo Mengua Mi Propia Arquitectura… de Marina Romero



¡Cómo mengua mi propia arquitectura
saber que no te tengo contenido,
y sentir el querer disminuido,
disminuyendo mi inicial postura!

Yo quisiera vivirme en piedra dura
gigante de mi mal, en el olvido,
aunque llorara con dolor crecido
en oculto raudal, mi desventura,

que vale más querer y haber perdido
y poder reclamar como alimento
el parco grano del tronchado trigo,

que pasar la vida sin amigo
levantando murallas contra el viento
en un alarde de valor fingido.



Poema Romance Heróico En Que, Sirviendo De Literales Símbolos Todas Las Dicciones, Comienzan Con La Letra A, Con Que Empieza El Excelso Apellido De Su Excelencia de Pedro Peralta Barnuevo



Alto Armendaris, afectuoso alabas
austal Alcides al amado Atlante,
armoniosos acentos, animado,
ardiente anhelas, apacible aplaudes.
Antes, arduas acciones azañoso
acababas, armado, ahora admirable,
al austro, agusto adoras abrazado
el alma, ardores aumentando amante.
Aquiles, aterrabas animoso,
antes avasallando, armadas aces;
ahora anuncias auspicios, alegrías,
atractivo anfión, Apolo amable.
Antes acometiendo, aleves armas
al abismo, atrevidas, arrojaste
almas, afectos, alentando aplicas
ahora aplausos armónicos al aire.
Antes, astutos Anglos asustabas,
abatías atroces alemanes;
armada, animabas, afamado,
abrías, acertado, amplios ataques.
Arrojadas azañas aspirando
afrentaste Alejandros, Anibales;
advertido arrogante, aun asombraras
Adrastos, Alcibíades, Ayaxes.
Al águila activa, aunque ambiciosa
avergonzada, atónita, ahuyentaste,
al advrsario allá aun atravesado
apretaste, amenaza agonizante.
Acá auxilias a Astrea, acá a afligidos,
amparas, apiadado, ablas afable;
agudo, atento, atropellando agravios,
austero asombras, amoroso atraes.
Aterrorizas ánimos avaros
aunque ajenas arpías amenazan,
armada aprestas, aunque adversos ados
afectuosos alientos ahora atrasen.
Al año aclamas al augusto amado
al alto Adonis, as alzado altares
áureos adornos, apiñados astros,
añades a Acroamas, agradables.
Afecta acción al arte acomodados,
airosas arias, ajustados aires,
absortas atenciones atraído,
admiraron activos arrogantes.
Al árbol apolíneo autorizando
a Agamoé acreditas, ahora alabe,
ahora anime academias, ahora aplausos,
anegue amena al ánimo anhelado.
Aglaya, Amor, acompañados ambos
arrojen azucenas, azahares;
arpones, agotando arcos, aljabas,
agradados afectos ahora abrasen.
Al Ártico, Antártico asistiendo
acabas, afamado, arduos afanes,
alígeros acentos avivando,
archivos amplifica, alumbra anales.
Alabanzas admite aprisionadas,
así al asunto aspiren admirable,
admite atrevimiento acorbadado,
ardiente afecto, adoración amante.
Ama, anhela, adora.



Poema Baladas Del Dulce Jim (fragmentos) de Ana Maria Moix



Lo descubrí con la frente apoyada en el escaparate de la pastelería y en los ojos blancos, increíbles, le reconocí: era Dios y estuve a punto de decírselo: Te ves más viejo desde la última vez. Pero me pareció tan triste que hice como si no lo conociera.

*

Un pájaro azul y el horizonte lejos. El mar que regresaba despacio a mis espaldas, sin alcanzarme nunca. Recogeré las flores en la arena como si fuera la primera vez que sueño sobre la playa.

*

Las gaviotas volvieron al mediodía y bajo el sol nos asesinaron con razón: habíamos echado a perder la playa con tantos sueños.

*

Tembló el mar como una golondrina cuando por fin comprendimos que no podíamos hacer otra cosa que vivir. Pero las ciudades estaban lejos y, como si una gran heladería hubiera caído a mis espaldas y me fuera imposible regresar, no puedo decir cuántos días tardé en averiguar que todas las calles desembocan en los muelles y qué triste es tener que abandonar las casas para que las paredes y los libros no nos ven llorar.

*

Ay madre, ya soy como la España; ni chicha ni limoná, loquita del corazón y dura como la caña.



Poema El Nombre Arbitrario De Este Objeto Que Te Desvela… de Esteban Moore



?al sonido de su nombre? *

el nombre arbitrario de este objeto que te desvela
botella, tornillo, o piedra/ que si lanzado de voces
declina la invisible trayectoria de alturas/ entrega
al esfuerzo de tu oído/ el hueco eco de la colisión
la característica de los cuerpos, peso, tamaño, etc.

* ?al sonido de su nombre?
Rodolfo Alonso
?El paseo?, revista Ficción (43/44), 1963.



Poema La Perla De La Mora de José Martí



Una mora de Trípoli tenía
Una perla rosada, una gran perla:
Y la echó con desdén al mar un día:
?«¡Siempre la misma! ¡ya me cansa verla!»
Pocos años después, junto a la roca
De Trípoli… ¡la gente llora al verla!
Así le dice al mar la mora loca:
?«¡Oh mar! ¡oh mar! ¡devúelveme mi perla!»



Poema Alicia En Mi Ciudad de Minerva Salado



Los espejos ocultos están frente al Paseo del Prado
para que tú los atravieses.
Del otro lado esperan todas las ilusiones
las piedras en el centro de otro orden
los rastros y los pasos.
Los espejos descubren los caminos
sin saber demasiado hacia dónde
penetran en las estridencias de los sueños
fantásticos como nunca antes
ilusorios
reales para los que olvidaron la esperanza.
El azogue de los espejos parece
una tentación a la que pocos renuncian
los otros yacen sobre las baldosas
sin tiempo para más
esperando en la raíces de una ciudad
que cada día se evade
sin dejar de ser ella.
Suplantada
acartonada
enmascarada
y sin embargo ella bajo toda escenografía
creada
encallecida
abandonada
hermosa para siempre



Poema Lo Que Dice Elsa de Louis Aragon



Me dices que estos versos son oscuros, y acaso
lo son, sin embargo, menos de lo que he querido.
Cerremos nuestra ventana sobre la felicidad robada,
por miedo a que entre el día,
y vele para siempre la foto que deseaste.

Me dices nuestro amor si es que inaugura un mundo,
es un mundo en el que la gente gusta de hablar
sencillamente.
Deja allá a Lancelot, deja la Tabla Redonda,
Ireo Virnana Esclarnionda,
que por espejo tenía una espada deformadora.

Lee el amor en mis ojos y no en las sombras.
No trastornes tu corazón con sus antiguos filtros.
Las ruinas a mediodía son solamente escombros.
Ésa es la hora en que tenemos dos sombras
para mejor estorbar el arte de los románticos.

Tendría acaso la noche más encanto que el día.
Vergüenza para aquellos que ante el puro cielo no
suspiran.
Vergüenza para aquellos que, un niño de golpe no
desarma.
Vergüenza para aquellos que no tienen lágrimas
para un canto callejero una flor en los prados.

Tú me dices si tú quieres que te ame y te ame.
Es preciso que ese retrato que vas a pintarme
tenga como un verde nido sobre fondo de crisantemo.
Un tema escondido en su tema.
Y une al amor el sol que ha de venir.

Versión de: María Dolores Sartorio



Poema Pecios De Sombra de José Hierro



Hablaban con bocas de sombra,
susurraban sucesos mágicos,
historias de herrumbre y de musgo
(no sabían que estaban muertos,
y yo no quería apenarlos).
Fui reconstruyendo sonidos
que en el sueño significaban
para interpretarlos despierto
y atribuirlos a unos labios.

(Quería conocer el nombre
de quienes me hablaban en sueños:
la rosa no olería igual
si su nombre no .fuese rosa.)
Rescaté, lúcido y sonámbulo,
los vestigios que la marea
llevó a mi playa de despierto;
con ellos construiría un puente
desde el soñar hasta el velar:
así tendrían consistencia
las palabras impronunciables
que yo escuché cuando dormía,
fantasmal materia de sueño.

De «Cuaderno de Nueva York» 1998



Poema El Amor De Mis Amores (fragmento) de Carolina Coronado



¿Cómo te llamaré para que entiendas
que me dirijo a ti, ¡dulce amor mío!,
cuando lleguen al mundo las ofrendas
que desde oculta soledad te envío?…
… … … … …

Aquí tu barca está sobre la arena;
desierta miro la extensión marina;
te llamo sin cesar con tu bocina,
y no pareces a calmar mi pena.

Aquí estoy en la barca triste y sola,
aguardando a mi amado noche y día;
llega a mis pies la espuma de la ola,
y huye otra vez, cual la esperanza mía.

¡Blanca y ligera espuma transparente,
ilusión, esperanza, desvarío,
como hielas mis pies con tu rocío
el desencanto hiela nuestra mente!

Tampoco es en el mar adonde él mora;
ni en la tierra ni en el mar mi amor existe.
¡Ay!, dime si en la tierra te escondiste,
o si dentro del mar estás ahora.

Porque es mucho dolor que siempre ignores
que yo te quiero ver, que yo te llamo,
sólo para decirte que te amo,
que eres siempre el amor de mis amores.
… … … … …



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