Poema Señales de María Eugenia Brito



I

Caer en la locura como la blanca virgen
cegada en los altares.
Tocar la realidad:
los pies heridos grieta por grieta.
Ser desollada
en el límite exacto de la piel para evitar el desvarío
que su perfil obstinadamente diseña.

II

Inversión del rostro en esa conversa.
Cifra del nombre. Piedad de los espejismos
que la desdeñan.

La que sólo fuera la anónima la olvidada
fue el estupor fue lo perdido
la lujuria del calvario.

III

Ahora lucha por conquistar la realidad.
Nadie le cree.

IV

Ciegan tus párpados:
la luz ya no vendrá a reeditar el día
Bajar los párpados:
ser un depósito un remanente
un paria.

Conceder a la tierra el alarido.



Poema Renunciación de María Enriqueta Camarillo



Sacó la red el pescador, henchida,
y en tanto que, feliz, del mar se aleja,
en voz más dulce que la miel de abeja
el Señor a seguirle le convida.

-Quien por buscarme, su heredad olvida,
será en mi hatillo preferida oveja-,
dice, y el pescador las redes deja
y vase tras Jesús con alma y vida.

Yo que ni redes ni heredades tengo,
que no sé de riquezas ni de honores,
que ignoro los orgullos de abolengo,

yo dejo, por seguirte, mis amores…
Eran mi bien, Señor… A ti ya vengo
más pobre que los fieles pescadores…



Poema Sexo Mecánico Con Litografía de María Eloy – García



la abstracción metódica de tu cuerpo
no necesita hermenéutica
porque no puede interpretarse
tu científica sonrisa
mi horizonte dilatado
no puede con el coro de tus miembros trágicos
exarconte de sexo cantando/
ni necesita justificación histórica
tu culo electrónico
es por eso la extrañeza del miedo
que ataca la planca metálica
de la neurosis
y me graba una litografía bestial
pero
ah octanos de tu cuerpo
sobre mi pérfido diagnóstico
por cada uno de los centímetros cúbicos
que mi cabeza puede
accésit siempre de tu premio
soy lo que no tocarás
pero déjame ser sílaba en tu esplendor
de inmenso campo semántico
déjame ser bilabial
y entonces
pronúnciame



Poema El Hombre Medio Raya En Medio de María Eloy – García



se plantea el hombre medio raya en medio
la aceleración constante de su esposa
tras haberla arrojado desde el quinto
se plantea ella -también media y nadie media-
o el suelo sistemático o el hacha
la muerte acelera más de nueve metros por segundo
descoyunta el fémur
la planta de la calle diseñada
a abiertos espacios de arboleda
el miedo desciende cambia a cero
el hombre medio de la raya en medio
rellena el marco de la ventana
se acomoda a la vista de los edificios
y quién sabe si ya está pensando en el radio
de alguna plácida circunferencia



Poema La Pena De Muerte de María Elena Walsh



Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primera piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos.
Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.
Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.
Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.
Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la Justicia.
Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.
Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.
Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.
Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.
Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.
Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.
Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.
Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común.
A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable. Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar. Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.



Poema Casas De Agua 1[celimar] de María Elena Blanco



la certeza del mar a sus espaldas
diseñó su perfil

la niña solitaria tiende un cerco obsesivo
a cada esquina

la acosa desde el parque o la grama

olvida alada el miedo y la hora
hasta que la despierta el aire de la tarde

veloz como si la espantara un hado
pedalea hacia el ma



Poema Carta A Papá de María Del Carmen Colombo



miserable estratagema
para tenerte: parecerme
a vos

ser en espejada lejanía
lo que brilla por ausencia
una estrella

¿sabías? ausencia es ese algo
de nada que hace falta
en el mar

como los muertos
en corazón sensible

no me llames ilusa, no me mires
con cara de víctima
nerviosa, estoy arriba
reina de la nada
ardiendo en mis heridas

soy tu pequeño espejismo
qué peor atadura

ah, si quisieras llegar hasta aquí
y entraras en esta luz vacía

en todo caso, si así fuera, querido mío
la luz hiere, la luz es realidad



Poema Al Partir(maria Cruz) de María Cruz



Zarpó el buque, adiós dijeron los pañuelos y las manos
el adiós desde la orilla repitieron mis hermanos ….
El navío majestuoso lentamente se alejó.
En el cielo se borraron horizontes y riberas;
así en mi alma se borraron ilusiones y quimeras …..
Sobre el mar y sobre mi alma densa noche descendió.

Sobre el mar lucirá el día, y del sol los resplandores
jugarán entre las olas formando haces de colores;
brillará mañana el cielo con su manto de turquí.
El navío vagabundo entrará quizás al puerto;
pero tú en el mar perdido quedas ¡ay! corazón
muerto, y la noche es, alma mía, noche eterna para tí!

Vagarás sin tregua y sola en glacial región de nieblas,
anhelando vanamente en las lóbregas tinieblas
de las sombras impasibles, invisibles ir en pos;
corroída por ocultos, áureos sueños que abortaron,
por recuerdos que sangrientas, hondas huellas te dejaron,
obsediada por los ecos que doquier gimen ¡adiós!

Ah! si el tiempo fugaz corre, en su rápida carrera
nos arrastra, y mientras tanto cual imagen embustera
realidades e ilusiones van borrándose detrás.
Si es mentira lo pasado, lo presente ficción vana,
¿para qué buscar placeres irrisorios, que mañana
no serán sino un recuerdo añadido a los demás?

En la noche, el alma llena de congoja y desaliento,
rememora antiguas causas de pesar o de contento,
disipadas como el humo, para nunca más volver,
y contemplo con espanto el trayecto recorrido,
no por mí, por una sombra exhumada del olvido
que hoy apenas reconozco y llevó mi nombre ayer.

Y angustiada me pregunto: ¿es la vida sólo un sueño?
Y cavilo, dudo, creo y vacilo, en loco empeño
el misterio tenebroso intentando elucidar.. .
En estériles combates mi cerebro se anonada,
y aguardando sigo inquieta, a la fuerza resignada,
que la muerte al fin me venga a dormir o a despertar!

South Amplou, 6 de agosto de 1902



Poema Herencia de María Cristina Orantes



Heredé vieja sangre contenida
en odre añejo pero no por ello
falto de aroma dulce y del destello
que en mi voz ha encontrado nueva vida.

un árbol de papel en cuya herida
cabe la antigua historia, el mismo sello
estampado en la sombra de un cabello
oculto en una joya adormecida.

Retratos, libros, óleos y papeles,
un nicho que resguarda rosas, mieles,
el nombre, las cenizas desterradas,

un legajo de notas musicales,
amarillas de tiempo y las señales
de la vida y la muerte entrelazadas.

S.S. Julio 18/03

(Poemá inédito proporcionado por la autora)



Poema Niño Laborable de María Cristina Azcona



?Hoy será un domingo más que agradable
Sin duda.? Afirma el diario matutino.
Para José, quien es aún un niño,
No es esta expresión muy razonable.

Su padre lo obliga con voz de sable
A cubrir la esquina, a que revenda flores.
Su madre se ha ido, a huir de dolores
Que le hacían la vida insoportable.

?Deme una moneda, señor, vecino.?
Cómpreme una solita, sea amable.?
?Es para el pan y no para el vino.?

Pero la gente sigue imperturbable
Sin ver que José carente de amores
Es hoy un niño más que laborable.



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