Poema Oración de Santa Teresa De Ávila



Nada te turbe;
nada te espante;
Todo se pasa;
Dios no se muda;
la pacïencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Sólo Dios basta.



Poema Las Morillas De Jaén de Federico García Lorca



Tres moricas me enamoran
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Tres moricas tan garridas
iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Y hallábanlas cogidas
y tornaban desmaídas
y las colores perdidas
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Tres moricas tan lozanas
iban a coger manzanas
y hallábanlas tomadas
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Díjeles: ¿Quién sois, señoras,
de mi vida robadoras?
Cristianas que éramos moras
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.



Poema Del Viejo, El Consejo de Jose Maria Gabriel Y Galan



Deja la charla, Consuelo,
que una moza casadera
no debe estar en la era
si no está el Sol en el cielo.

Tu hogar tendrás apagado,
y al mozo que habla contigo
le está devorando el trigo
la yunta que ha abandonado.

Mira que está oscureciendo,
que en las riberas lejanas
ya están cantando las ranas,
ya están las aves durmiendo.

Que tocan a la oración,
y hay gentes murmuradoras
cuyos ojos a estas horas
cristales de aumento son.

Y es que los oscureceres
son unas horas menguadas
que han hecho ya desgraciadas
a muchas pobres mujeres.

Mira, muchacha, que ha sido
la tarde muy bochornosa
y va a ser fresca y hermosa
la noche que ha producido.

Mira que son muy contadas
las fuerzas de la memoria;
mira que huelen a gloria
las mieses amontonadas.

Y está tu galán delante,
y está tu hermanillo ausente,
y está el amor en creciente
y está la Luna en menguante.

Y a luz tan débil yo creo
que sola a salir no atinas
del laberinto de hacinas
donde metida te veo.

Tal vez si el mozo me oyera
pensara que esto es perfidia,
creyera que tengo envidia,
que tengo celos dijera.

Pues con la venda de amor
no viera que soy un viejo
que solo con un consejo
puedo acercarme a tu honor.

Vete, muchacha, y no quieras
llorar prematuros gozos,
que sé lo que son los mozos
y sé lo que son las eras.

Y en tales oscureceres
pláticas tales de amores
dicen los murmuradores
que son de tales mujeres…

Y tienen razón, Consuelo,
que una moza casadera
no debe estar en la era
si no está el Sol en el cielo.



Poema El Alfanje Secreto (xv) de Santos Domínguez Ramos



Hasta la alcaicería la madrugada arrastra
por acequias sonoras estrellas con hinojo,
aliagas con espinas y rastros de planetas.
Desde la alberca oscura en donde los cipreses
como ciervos de vidrio se ensismisman y tiemblan.



Poema Una Vez Más Tu Piel… (31 De Diciembre/1 De Enero De 1944) de Juan José Domenchina



camisa de culebra en el camino
J. J. D.

Una vez más tu piel, tu desprendida
piel de reptil, se pudre en el sendero,
junto al descamisado pordiosero
que nos viene a vender la nueva vida.

Con plantas sin raíces, mal prendida
a la derrota de su derrotero,
va el paso peregrino del romero
extático en su punto de partida.

El curso ?intemporal, intempestivo?
de este tiempo que pierde su andadura
queda absorto en instantes sin motivo.

…Tu amanecer difuso nos augura
otro permanecer, otro cautivo
tiempo en espera, por la noche oscura.



Poema Naturaleza Muerta de Néstor Martínez



He alzado mis desnudos brazos
hacia el cielo
rogando agua,
sin respuesta.
He hundido en las entrañas de la tierra
mis nudosos dedos
en busca de la fuente,
inútil.
He alzado mi delgado cuello
oteando el horizonte
en busca del oasis
y sólo veo arena.
Muero de sed
esperando la lluvia milagrosa
mientras
sigo cayendo
bajo el filo del hacha?



Poema Desvelo de Néstor Martínez



Luz fantasmal
se posa sobre el jardín
sobre el techo de las casas
en la altura de los árboles
quietud de luna llena
inunda mi cuarto
retroceden las sombras presurosas
mi rostro en la ventana
atestigua la magia nocturna
el hechizo de las estrellas
portal del misterio
abierto a mis sueños
avanza la noche
hacia la muerte luminosa
que asoma, tímida,
con sus rayos de muerte…



Poema Allí Estamos de Néstor Martínez



En el calor del trópico
En el silencio de la noche
En el murmullo del mar
En el rozar del viento
En el sol ardiente
En el canto del ave
En el rosado amanecer
En el apacible ocaso
En la turbulencia del huracán
En la brisa matinal
En la ausencia de nuestra voz
En el recuerdo de nuestro tiempo
En la monotonía de la lluvia
En la espera de la esquina
En el latir acelerado del corazón
En la carcajada limpia
En el trepidar del fuego
En la hierba salvaje
En la selva perdida
En el rugido del jaguar
En el silencio cuando nos miramos
En el tacto de nuestras manos
En el camino que lleva a casa…



Poema Lianas, Peces Y Algas de Nancy Morejón



Camino sobre el río.
La luz del sol alumbra suavemente.

Mecida por un haz de extrañas flores,
lianas, peces y algas, voy bogando.
Una fuerza me empuja y no lo sé.
Un marino de cobre me contempla desnudo.
Mecido por un haz de extrañas flores,
voy bogando entre peces, lianas y algas.
Estamos, lado a lado,
mirando hacia la orilla.
Unas mujeres hablan. Otras mujeres cantan.
Tú y yo, marino, nos dejamos llevar,
nos dejamos llevar.
Camino sobre el río. Caminas sobre el río.
Aquellos ojos nos señalan,
sus pupilas desprenden el fuego más profundo.
Una fuerza me empuja y no lo sé.
Una fuerza del agua nos arrastra.
Allá vamos hundidos,
allá vamos hundiéndonos,
allá vamos, hermosos,
entre las dulces aguas del río.



Poema Venecia, 1983 de Nadia Consolani



Aquí estoy, ya dispuesta al sacrificio.
Al preludio se abrieron los salones,
bandos de aves volaron y pasaron,
Los reflejos verdosos de la laguna en los tapices
y el ruido de la seda color antiguo,
los retratos helados, las paredes salobres,
la luz azul de un diamante.
El vacío del pasado.



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