poemas vida obra u

Poema Un Alto En El Bosque Mientras Nieva de Robert Frost



(otra versión)

De quién es este bosque, saber creo
-en el poblado su morada veo-
no habrá de sorprenderme contemplando
cubrir su bosque el invernal blanqueo.

Mi caballito se dirá extrañado
que, sin granja cercana, hemos parado
de este año en la tarde más oscura,
entre el bosque y el lago congelado.

Sacudiéndose, agita su cencerro
preguntando quizá: -¿será algún yerro?
Sólo el cierzo y los copos rumorean
blandamente del bosque en el encierro.

Yo, el bosque hondo y fusco veo risueño…
Mas, en cumplir promesas tengo empeño,
y millas debo andar antes del sueño,
un largo andar para llegar al sueño.

Versión de Agustí Bartra



Poema Un Día De Conversaciones Con Algunos Personajes Venecianos de Carlota Caulfield



Nanna le dice a Pippa
que
nuestra prudencia es
un teatro de cartón
lleno de memorias
que nos regala Giulio Camillo.

En tus transformaciones
hoy me pareces un ready-made
y ayer una hoja en blanco
a punto de ser escrita por muchas plumas.

Pietro Aretino me ha dicho, y hablo de 1548,
que te vio cerca de la iglesia de San Juan.



Poema Un Manifiesto: Febrero 1848 de Carlos Sahagun



Fue en la calle de Liverpool, en Londres,
en las prensas de un tal Burghard. Aquel día
la tinta estaba aún fresca, recién creado
el libro, el arma.
Cómo llamarle, cómo referirse
a tanta sangre pobre en junto, qué decir del olor
a herramienta humillada y campo entre sus páginas.
La vida trae a veces brisa ligera, palabras
que sólo son palabras, íntimos coloquios
de enamorados bajo los olivos.
Pero aquel documento decía palabras de más peso, traía vientos
mundiales, solidarios.
Como un doble latir ante la historia,
dos hombres lo escribieron, pusieron su pecho
frente al invierno de aquel año.
Y desde entonces,
no como flor, sino como exigencia
de mano de obra,
generaciones de violenta espuma
de idioma a idioma traducían
el mismo impulso, iguales certidumbres.
Porque una cosa es cierta: era la luz, la letra impresa clareando
caminos que antes fueron noche injusta, tiempo
de esclavitud.



Poema Un Largo Adiós de Carlos Sahagun



Ese tren que cruza Castilla
de madrugada, ese tren largo y perezoso
que se detiene acá y allá, en lugares previstos pero desconocidos,
que se mueve en la noche
como si se incendiara un bosque entero y amplio,
no puede ser el del olvido.
A través de lo oscuro, de las obligaciones
deprimentes,
tú puedes comprobarlo. Estamos lejos
uno de otro y todo sirve
para marcar bien las distancias;
y sin embargo, el aire de la noche,
el sueño, el despertar de tanta ausencia,
me traen recuerdos vivos, restos puros
de todos los naufragios:
el mar mediterráneo en calma (en mi ciudad o en Nápoles),
un pinar castellano, o bien
un día de junio a pleno sol entre mis brazos.

¡Tanta dicha no puede ser
irrepetible!

Yo busco tu silencio de otros días,
tus palabras de entonces, la belleza
de un gesto tuyo, el resplandor seguro
de aquellos instantes.
Busco las cosas ciertas,
las que me salvan de no estar contigo
día a día, por siempre.
y te pregunto desde esta hora triste:
los momentos felices
¿han de partir con ese tren
que ahora cruza Castilla, han de perderse oscuramente,
sin piedad, en la noche?



Poema Uno Y Ninguno de Carlos Marzal



Él cree saber quién soy, y se equivoca.
Tú puedes desandar, paso por paso,
toda la historia, todos los detalles
que dibujen un rostro, pero no seré yo
quien esté dibujado en ese rostro,
aunque sea mi rostro el dibujado.
Cualquiera que no sepa de mí lo sabe todo.
Yo no sé quién soy yo, pero estoy en lo cierto.

Esta acumulación de paradojas
exige un comentario y una pausa.
(Las palabras se pueden urdir y desurdir,
hasta no decir nada, queriendo decir todo.)
Cualquier hombre es ninguno, y es legión
y es nadie y uno mismo.
Y ahora que ya lo sabes, date cuenta:
estás equivocado por completo.

De «Los países nocturnos» 1996



Poema Un Mar De Lágrimas de Carlos Marzal



Sufrirás. Ya has sufrido.
Tal vez estés sufriendo.
Y aunque sepas por qué (si es que lo sabes),
ese conocimiento no será tu consuelo.

El adiós a los tuyos; el azar,
implacable; la incógnita del cielo,
todo lo que se pierde
hechos y vida abajo, tiempo abajo,
o también vida arriba, hacia lo que te espera,
todo, configura el sabor de tus lágrimas,
un sabor sin sabor, ya que no lo comparte
quien te ha visto sufrir
-no puede compartirlo-,
un sabor que no entiendes,
un cúmulo de lágrimas que trazan,
no sé dónde,
un mar por el que bogan,
y no sé para qué,
inútiles por siempre, inconsolables,
quién sabe desde cuándo,
su alma,
tu alma
y la mía.

De «Los países nocturnos» 1996



Poema Ubi Sunt de Carlos Marzal



Todo está en donde estuvo, todo late
en el primer latir
de la primera aurora cautivada,
y en su cautivo corazón en pálpito.
Todo fluye
en el mismo fluir de un mismo río,
por el agua tenaz de un cauce idéntico.

¿Acaso es que no sientes en tu piel
la salvaguardia de otra piel pretérita,
las sangres centinelas de tu sangre,
las sombras que fecundan a tu sombra?

¿No sabes escuchar bajo la voz
los coros primordiales de las voces,
ni el ser de la palabra en cuanto somos,
ni el eco de vivir en lo que hablamos?

Lo que antes eran hombres hoy es tiempo,
las mujeres que han sido son del aire,
la arena vagabunda, nuestros hijos.

¿En el volar, no ves el vuelo inmune?
¿No amas, en el amar, el amor único?

A fuerza de mudarse, nada cambia;
de tanto discurrir, todo está inmóvil.
Hay una sola frente pensativa
que entiende la hermandad de cuanto existe
y en cuanto ha muerto ve lo que no muere.

¿Qué se fizieron, pues. ¿Dó los escondes?

Cierra los ojos para ver más claro
y sal fuera de ti para morar contigo.



Poema Un Granizo Muy Blanco de Carlos Lopez Degregori



He debido esperar muchos años para que al fin
me recibieras.
Probé todos los filtros. Me hice de cajas de cuerda,
flores, talismanes
que dejaba en tu casa sin que lo notaras.
Recuérdame corriendo el picaporte.
Oculto entre los árboles enanos y rojos
que dan vueltas al jardín
o en el clavo que sostiene una fotografía
sin rastros de sonrisa.
Escúchame en la nota fatal de una mano
con las uñas comidas
que hace retroceder al piano,
en las palabras que trizan tus gafas y vuelan
el pañuelo.
Que el vino esté dispuesto y la comida caliente.
Los cubiertos vivos como gatos.
El reloj será un canario y el canario un ratón
y el ratón una trampa
o una jaula de música.

Bailaremos.

Crecerán brasas en el baño, en el armario,
en la cocina.

Caminarán autómatas los trajes.

Y cuando por la mañana tenga que marcharme
y escuches dormida el picaporte
un granizo muy blanco irá cayendo
un granizo muy blanco hasta cubrirlo todo.



Poema Unidos Por Las Manos de Carlos Drummond De Andrade



No seré el poeta de un mundo caduco.
Tampoco cantaré al mundo futuro.
Estoy atado a la vida y miro a mis compañeros.
Están taciturnos pero alimentan grandes esperanzas.
Entre ellos considero la enorme realidad.
El presente es tan grande, no nos apartemos.
No nos apartemos mucho, vamos unidos por las manos.

No seré el cantor de una mujer o de una historia,
no hablaré de suspiros al anochecer,
del paisaje visto desde la ventana,
no distribuiré estupefacientes o cartas de suicida,
no huiré hacia las islas ni seré raptado por serafines.
El tiempo es mi materia, el presente tiempo, los hombres presentes,
la vida presente.



Poema Un Leve Mordisco Se Transformó En Agua… de Byron Espinoza



Un leve mordisco se transformó en agua
y lamió tu cuerpo.



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