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Poema Habanera de Toni García Arias



Vestía traje de lino pajizo, panamá ladeado.
Recuerdo que en su mano derecha
lucía un bastón con empuñadura de plata.
Cada verano, los vecinos aguardábamos su llegada
como aguardan las velas
el viento que inventa latitudes.
Paco el cubano, le llamaban.
Una sonrisa torcida atravesaba su rostro de punta a punta,
como un puerto carmesí que muestra a los navegantes
una ciudad con la que todos sueñan.
Hablaba de Cuba, del color dorado de la Habana vieja.
Sus palabras se quedaban grabadas en los oídos
como humo que se queda impreso en las paredes
y es imborrable.
Un día se marchó definitivamente. Nadie supo jamás
de sus miserias.
Al preparar este viaje que ahora comienzo,
recuerdo su figura escueta, casi invisible.
Temo que también a mí
me trague tanto verbo y tanta distancia.



Poema Geografía de Toni García Arias



No necesito bellas sirenas
deslumbrantes y desnudas
que conduzcan con sus cantos de espuma
mi débil embarcación
hacia las rocas:
yo solo me basto
para fracasar en el intento.

Navego con un trozo de mar
bajo los brazos, con una llave de salitre
que abre mi infancia
y me roba el sueño,
recojo con celo los pedazos
de geografía muda
que a modo de piel
he ido perdiendo con los años,
y giro hasta esa coordenada como un remolino enrabietado,
como un niño atolondrado
que no sabe de derrotas,
o como un globo terráqueo
en una clase de ciencias
que rueda sin control mesa abajo
y llena el suelo de países y de espuma,
de espanto y carcajadas.



Poema Galicia de Toni García Arias



Anhelo el paisaje de mi infancia,
el aire ahogado en humedad,
el salitre,
los días de lluvia en que nunca amanece,
el óxido del astillero,
la morriña anclada en los puertos
como olas esperando mareas
y esa voz huérfana y lejana
que recuerda que el mar
siempre es distancia.
Anhelo ese paisaje
como un barco anhela travesías,
como se anhelan los besos que nos aguardan
en el umbral de esos cuerpos
que jamás nos pertenecen.



Poema Fotografías de Toni García Arias



Nos reunimos para ver fotografías de ayer,
instantes que la ciencia
perdonó el olvido o el destierro.
Nos reímos del peinado que lucíamos entonces, de la excesiva
formalidad de nuestros gestos.
El tiempo se ha posado con rigidez
sobre nosotros.
Desde la otra orilla,
rostros acartonados nos observan
detenidos en la distancia de un espejo de alquimia.
Conmovidos por la nostalgia,
les damos derecho a que jueguen con nuestras entrañas
y alboroten, como niños, nuestro sosiego.
Al pasarte una a una las fotografías
observo cómo voy dejando sobre el papel
las huellas imborrables
de un asesino.



Poema Fantasmas de Toni García Arias



Hoy he dejado abierta la nostalgia
a los fantasmas,
mis seres más queridos,
por si en mitad de la noche
deciden regresar
a enturbiar mis recuerdos,
o a desvelarme el sueño
con preguntas que ya no sé responder,
que ya no importan.
Han entrado con sigilo
y han desempolvado
el rostro de mi infancia,
el camino aquel
que nunca recorrimos juntos,
una noche de agosto
en que no te besé
y agosto se perdió por siempre.
Mis fantasmas ,en fin,
han ordenado mis errores
según las fechas,
porque a ellos les gusta
remover los recuerdos,
hurgar en las derrotas,
agitar mi mundo.
A mí, de algún modo,
también me tranquiliza su presencia,
observar como recogen mi ceniza
con fervor de centinela,
esparciéndola aquí o allá,
haciéndola, de nuevo, sensible.
Agradezco que durante tanta eternidad
hayan convertido en novedad
lo resignado.



Poema Espejo de Toni García Arias



Frágil como un pequeño espejo,
el tiempo resbala por nuestras manos
con la inocencia de lo que no perdura
y estalla contra el suelo
y se hace memoria.

Una pareja sale del hospital
y se abraza. No hay amor
en sus rostros.
Lloran.

Lloran a pesar de la gente que pasa,
a pesar de este sol de agosto
que abrasa
y que en sus ojos
se congela.



Poema En Sus Alas de Toni García Arias



Dibujan en el aire un lenguaje que desconozco.
Gaviotas de plumaje gris y blanco
sobrevuelan nuestros cuerpos sin sabernos.
Invaden el cielo de palabras nacidas en una latitud lejana,
como memoria azul que recorre la marea
en busca de una playa.
Se alejan cuando cae la tarde. En ocasiones,
parece que retroceden, pero se alejan.
Se llevan nuestros ojos en sus alas
y nos dejan los labios llenos de palabras
que intentamos pronunciar
y no sabemos.



Poema El Sudor De Otro de Toni García Arias



Con la incertidumbre contenida
en las manos
guardo en mi maleta
camisas de invierno, un par de vaqueros desgastados,
ropa interior, un cepillo, algo de mi miedo
a las distancias.
Una ciudad sin memoria
se dilatará ante mí, desconocida,
como un paisaje que nos abre caminos
que no evocan ni el beso ni el mar ni la caricia.
Tras el viaje, cansado,
una cama de hotel acoge mi cuerpo.
Al abrir mi maleta
observo en su interior
objetos que la distancia
parece haber impregnado
con el sudor de otro.



Poema El Mar Menor de Toni García Arias



El ferry zarpó rumbo a la Perdiguera.
Un grupo de niños jugaba en cubierta
a lanzarse un flotador sin mucho acierto.
Terminaba el verano. Éramos, sin saberlo,
el último grupo de turistas.
El mar menor brillaba como un desierto de plata
frente a las terrazas vacías, desencajadas
como trajes que visten esqueletos.
Cubierto de soledad
me fumé el último pitillo.
No te esperé, como dijiste.
Juro que jamás quise tocar la costa.



Poema El Gran Sol de Toni García Arias



Zarparon un día hacia el gran sol. En el muelle
las mujeres encendieron una enorme luminaria
con cajas de pescado y cartones
para despedir a los marineros
con un poco de luz que llevarse a los ojos.
Partículas de ceniza se elevaban como gaviotas
y luego se dejaban caer sobre nuestras ropas humedecidas.
Memoria del fuego para un regreso.
Zarparon un día hacia el gran sol
y no volvieron.
Un golpe de mar quebró su barco.
Un golpe de mar: el agua.
Cómo detener desde entonces
esta lluvia de cenizas que cae
eternamente.



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