poemas vida obra silvia elena regalado

Poema Hay Un Hombre Desnudo de Silvia Elena Regalado



Hay un hombre desnudo que resume
una plegaria de astros milenarios
una ecuación silvestre de gemidos
y un misterio de dios excomulgado

Un hombre que se viste con la tarde
y desangra el dolor que enciende el alba
un hombre, en el pecado de llamarse
epicentro del deseo que me estalla.

Hay un hombre desnudo tras el velo:
un jardín de huracanes en sus manos
y esa lluvia triste de su pelo
dibujan el olor infinito de sus años.



Poema Fuego de Silvia Elena Regalado



Desde que te cabalgo,
desde que me cabalgas
y la ansiedad de mi piel
y el reclamo de mi boca.
El incendio diseminado
y tu nombre
y tu voz resonando
y la humedad
y el sol
y el bosque
y el mar
y el universo dentro de mí
haciéndoseme lágrima,
risa,
dibujándome tus ojos
prendiéndome fuego
fuego
fuego…

que los demonios no me son ajenos
que el estado de posesión en el que habito
lo engendró un infierno
profundamente
humano.



Poema Estoy De Pie de Silvia Elena Regalado



Estoy de pie,
en la calle
donde desembocan los destierros,
esa tierra sin amo y sin esclavos.

Vengo de algún lugar que tuvo
nombre,
de la persecución mortal de la
esperanza.
Vengo para dejar libres mis raíces
en el suelo fecundo
de mi origen.



Poema Es Un Crimen… de Silvia Elena Regalado



Es un crimen vestirte,
cubrirte con cristales.

Una inconsistencia, rociarte de
fragancias
ajenas a tu humedad de niña y
holocausto.

Totalmente imperdonable
no arrancarte perezas,
polvo,
andrajos
y contemplarte
desnuda
intacta
vital
palabra.



Poema Encontrarás El Camino de Silvia Elena Regalado



¿Encontrarás el camino a mis manos?
¿Borrarás con tu beso
el abismo del tiempo?
¿Cómo palpitarás
si un día olvido
que no tengo luz verde
y decido cruzar en rojo
hasta tu espalda?



Poema Dos Poemas de Silvia Elena Regalado



I
Un buen libro
es como tú.
Podría pasarme
un domingo completo
leyéndote la piel
y amanecer el lunes
con la necesidad de volver
detenidamente
a leer
desde el principio.

II

Nunca dejes tu cuerpo
sobre la madrugada
No me tiendas tu sangre
como quien deja un lienzo
al descuido en la cama
No me insinues un bosque
un cielo horizontal
Mira que soy un cuerpo
Adentro de mi ropa
unos ríos fluyendo
sin desembocadura
sin playa donde estallar
oye que ríen mis duendes
que lloran mis princesas
que he perdido la brújula
entre tanto desierto
y aunque respire el frío
que hace casa en tu bosque
y me tiendas tu sangre
como un lienzo al descuido
después de todo el llanto
no sé como llegar.



Poema Diluvio de Silvia Elena Regalado



Lloveme cuarenta días
y cuarenta noches
colmame de humedad
hasta la transparencia
Que no hayan faros
para marcar el rumbo
del existir salvaje
ni islas
que contengan
la plenitud
arrasante
de las aguas.

Conjurá los ríos
que un día
se petrificaron
en mi pelo
y
desbordémonos.

Seamos un diluvio
loco y desvanecido
yo le daré
una alondra
a tu rama de olivo.



Poema Desnudo de Silvia Elena Regalado



Yo
te quiero desnudo
intenso en tu paisaje
de paraíso mío
noche-día fundidos
fuego
estallando en mis manos.

Yo
me quiero desnuda
emergiendo del polen
líquida en tu lenguaje
de rosas subterráneas.

Venada de tu pasto
me quiero libre
y ávida.



Poema Curriculum Vitae de Silvia Elena Regalado



Además de poeta,
media madre,
un rato por las noches
y los fines de semana
costurera diplomada
nutricionista empírica
médica autodidacta
artesana inspirada
un poco bibliotecaria
articulista inédita
algunos estudios
en letras y sociología,
habría que agregar :
hilvanadora de lunas
coleccionista de sueños
– con el respectivo costo
de lágrimas, risas
y desvelos –
es decir,
enamorada indómita
del milagro universo
del movimiento eterno
…. de la vida.



Poema Breve Conversación Con Dios de Silvia Elena Regalado



Alguno que otro día
me amanece el deseo de invitarte un café,
de abrazarme a la certeza
con la que me nombraste para siempre.
Quiero escuchar como respira en vos el universo
y descubrirme en el milagro sin edad de tus pupilas.

Días en los que necesito darte gracias
por lo que me concediste infinito,
por la posibilidad de hacer y re-inventar
cada trozo de vida a mi propia semejanza o a la tuya,
Por la angustia y la fe en lo que anhelo,
por la alegría simple de los frutos.

Vos sabes que este amor mío renegó tanto de nombrarte.
Se ufanó de sí mismo,
evadiendo el diálogo cara a cara,
refugiándose en tu sustancia,
cumpliéndote en los principios
pero sin la humildad serena de aceptarte.

¿De qué he huido?
Si todo rumbo me devolvió tu aliento;
si toda libertad sin vos siempre fue cárcel.
Aquí estoy otra vez,
como emergiendo del útero materno:
confiándote mi vida,
abandonándome a tu ímpetu
despertando a tu amor
fundiéndome en tu nombre.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad