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Poema Sobre El Amor de Coral Bracho



Encendido en los boscajes del tiempo, el amor
es deleitada sustancia. Abre
con hociquillo de marmota, senderos y senderos
inextricables. Es el camino de vuelta
de los muertos, el lugar luminoso donde suelen
resplandecer. Como zafiros bajo la arena
hacen su playa, hacen sus olas íntimas, su floración
de pedernal, blanca y hundiéndose
y volcando su espuma. Así nos dicen al oído: del viento
de la calma del agua, y del sol
que toca, con dedos ígneos y delicados
la frescura vital. Así nos dicen
con su candor de caracolas; así van devanándonos
con su luz, que es piedra, y que es principio con el agua, y es mar
de hondos follajes
inexpugnables, a los que sólo así, de noche,
nos es dado ver y encender.



Poema Suposición de Consuelo Tomas



Y si regresas
con otra mitad que te puso el mundo
perdida ya en la memoria de la piel
bajo tus manos
ausente el gesto del antiguo abrazo
no me busques.
Te prefiero limpio y humano
como cuando nos bebimos los dos
intentando atrapar la plenitud.



Poema Sulamita de Concha Urquiza



Pues ya si en el exido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido,
que andando enamorada…
San Juan de la Cruz

Atraída al olor de tus aromas
y embriagada del vino de tus pechos,
olvidé mi ganado en los barbechos
y perdí mi canción entre, las pomas.

Como buscan volando las palomas
las corrientes mecidas en sus lechos,
por el monte de cíngulos estrechos
buscaré los parajes donde asomas.

Ya por toda la tierra iré perdida,
dejando la canción abandonada,
sin guarda la manada desvalida,

desque olvidé mi amor y mi morada,
al olor de tus huertos atraída,
del vino de tus pechos embriagada.

23 de junio, 1937



Poema Sed Moriar de Concha Urquiza



Perdido he mi soledad contigo,
mas esta noche tornaré a buscarte
-tierra los labios y en el alma trigo-,

cuando rendido en su postrer baluarte
el viejo compañero de mi vida
sepa el grito del ave que se parte.

¡Oh mar, oh vasta tierra desmedida,
luz de abismo en los ojos dilatados,
antorchas en el fondo de la herida!

Jamás con ansia cierta deseados,
jamás predichos en la misma nota,
jamás en claro verbo disfrutados!

La tensa vela al viento se alborota,
mueve el viento sus ágiles corceles,
la roja espuma de la quilla brota.

Ya cuerpo y vida te serán tan fieles
que volverán a dar, con buena tierra,
pan en tu espiga y sol en tus claveles.

Y una vez más se moverá la sierra,
en la simiente alada de algún pino,
por todos los confines de la Tierra.

Pero yo, sin vereda ni camino,
ni espacio ni color, ni franca puerta
al tiempo, turbulento peregrino.

Yo, sólo llama pura y sed alerta,
sed como roja flor transfigurada,
bajo las bocas del torrente, abierta.

He aquí que se ha mojado la enramada
de savia y temporal, y el agua fluye,
brota la vid, se hincha la granada.

Tras el grito del pájaro que huye
has venido a llamar tan tiernamente,
que nuevo amor el corazón arguye.

¡Y es tiempo, tiempo! Caiga la simiente
sobre las horas que han llegado tarde
y que van a ceñir otra corriente.

¡Nosotros hasta aquí! fruto que arde
en rojizos otoños, mi paisaje
se desprende del seno de la tarde.

El universo todo está de viaje,
resbalando por lánguidas pupilas
donde no tiene amor que lo agasaje.

Hacia los siglos donde tú cavilas
los días de mi historia gravitando,
encontraron profetas y sibilas.

Hoy, sólo encuentra el ardoroso bando
el «diuturno silencio» prometido,
las áureas pajas, y aquel pecho blando
que te dio amor, en leche convertido.

12 y 13 de diciembre, 1941



Poema Sonetos De Los Cantares – Aunque Tu Nombre… de Concha Urquiza



acaba de entregarte ya de vero.

San Juan de la Cruz

Aunque tu nombre es tierno como un beso
Y trasciende como óleo derramado,
Y tu recuerdo es dulce y deseado,
Rica fiesta al sentido y embeleso;

Y es gloria y luz, Amor, llevarlo impreso
Como un sello en el alma dibujado,
No basta al corazón enamorado
Para alcanzar la vida todo eso.

Ya sólo, Amor, perdido en tus abrazos,
Cabe tu pecho detendr?su empeño:
No aflojar?las redes y los lazos,

Ver?la paz ni gozar?del sueño,
Hasta que tenga paz entre tus brazos
Y duerma en el regazo de su Dueño.

6 de julio, 1937



Poema Sonetos De Los Cantares- Ya Corre El Corazón… de Concha Urquiza



oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
copiases de repente
los ojos deseados
que tengo en las entrañas dibujados

San Juan de la Cruz

Ya corre el corazón por este suelo
Como antes del remanso el agua impura:
Aún lleva tierras en la entraña obscura
Y pretende copiar la faz del cielo.

Van creciendo el dolor y el anhelo,
La corriente se turba y se apresura,
Y es fuente el sedimento de amargura
Más que las alas con que intenta el vuelo.

Si tendieras la mano solamente
Y el agua temblorosa se aquietara,
Ya, contemplando el cielo largamente,

¡Oh Deseado!, el corazón dejara
flotar sobre su sueño transparente
la divina belleza de tu cara.

15 de junio, 1937



Poema Sonetos De Los Cantares – La Canción De Sulamita de Concha Urquiza



Indica mihi, quem diligit anima mea, ubi
pascas, ubi cubes in meridie, ne vagare
incipiam post greges sodalium tuorum

Cant. 1, 6

Hazme saber, Amor, donde apacientas,
Dó guías tus rebaños, dónde vagas,
No huelle tras las ínsulas aciagas
Las rutas de la tarde cenicientas.

Tu grey, oh tierno Amor, dó la sustentas
Y con pastos riquísimos halagas,
Mientras mi torpe corazón amagas
Con sendas largas, y con horas lentas.

No principie a seguir de los pastores
Los dispersos rebaños. Vida mía;
Muestra, lejos, el sol de tus amores;

¡dime dónde apacientas todavía!,
y seguiré tu rastro entre las flores
por los fuegos del áureo mediodía.

11 de junio, 1937



Poema Sonetos Bíblicos (v) Jezabel de Concha Urquiza



Palidez consumada en el deseo,
Suma de carne transparente y fina,
Ya sellada, en profética rutina,
Para el soldado y para el can hebreo.

¡Oh desahuciada fiebre, oh devaneo
que oscila como péndulo en rüina,
de un viñedo que el sol nimba y fulmina
a cruenta gloria y militar trofeo!

Horror de pausa y de silencio, acaso
Para no conocer turbias carreras
Del corazón, hacia el fatal ocaso,

Ni sentir que en sus válvulas arteras
Se endulza ya la sangre paso a paso
Para halagar las fauces de las fieras.

24 de agosto, 1944



Poema Sonetos Bíblicos (iv) David de Concha Urquiza



¡Oh Betsabé, simbólica y vehemente!
Con doble sed mi corazón heriste
Cuando la llama de tu cuerpo hiciste
Duplicarse en la onda transparente.

Cerca el terrado y el marido ausente,
¿quién a la dicha de tu amor resiste?
No en vano fue la imagen que me diste
Acicate a los flancos y a la mente.

¡Ay de mí, Betsabé, tu brazo tierno,
traspasado de luz como las ondas,
ligó mis carnes a dolor eterno!

¡Qué horrenda sangre salpicó mis frondas!
¡En qué negrura y qué pavor de invierno
se ahogó la luz de tus pupilas blondas!

25 de agosto, 1944



Poema Sonetos Bíblicos (iii) Ruth de Concha Urquiza



Ego dormio el cor meum vigilat
Cant., V, 2

La quieta soledad, el lecho oscuro
De inmortales tinieblas coronado,
El silencio en la noche derramado,
Y el cerco de la paz, ardiente y puro.

Ruth detiene el aliento mal seguro,
Descubre el rostro de dolor turbado,
Y por largos anhelos agitado
Con dura mano oprime el seno duro.

Duerme Booz en tanto; su sentido,
En misterioso sueño sumergido,
La presencia tenaz de Ruth ignora.

Mas su despierto corazón medita…
Y la noche fugaz se precipita
Hacia los claros lechos de la aurora.

1937



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