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Poema Sensación De Regreso de Francisco A. De Icaza



¡Madre, madre, aquí estoy. Cuando la suerte quiso,
como bohemio errante dejé tu paraíso
y fui de gente en gente
y fui de Corte en Corte;
de los soles de Oriente a las brumas del Norte;
pero ni el sol ni el hielo
de ti me tuvo ausente;
el azul de unos ojos me hablaba de tu cielo,
lo diáfano de un verso evocaba tu ambiente
y en el más crudo invierno, un soplo de fragancia,
aromas de tus campos me trajo a la distancia.

Hoy, enfermo y cansado, temí que mis despojos,
con las manos cruzadas y cerrados los ojos,
llegaran hasta ti; por eso vine antes,
para mirar de nuevo tus estrellas radiantes.
Cual si fuese un fantasma, ya mi sombra se aúna
a la de los sabinos del bosque milenario en las
noches de luna.

Ayer no estuve ausente; hoy, qué importa que muera.
Sobre tus verdes campos una estación impera:
invierno, otoño, estío, aquí son primavera.
Arrópenme con tierra tus manos amorosas,
el rictus de mi boca han de borrar tus besos,
la savia de mi carne y el polvo de mis huesos
renacerán en rosas.

Madre, madre, no llores. Si mi cuerpo sepultas
y ves brotar zarzales, será, ¿no lo adivinas?
que mis penas ocultas
renacen en espinas;
pero también en flores.
Madre, madre, no llores:
símbolo de mi vida
será mi corazón una zarza florida



Poema Si Mis Poemas de Fina García Marruz



Si mis poemas todos se perdiesen
la pequeña verdad que en ellos brilla
permanecería igual en alguna piedra gris
junto al agua, o en una verde yerba.

Si los poemas todos se perdiesen
el fuego seguiría nombrándolos sin fin
limpios de toda escoria, y la eterna poesía
volvería bramando, otra vez, con las albas.



Poema Sarcófago De Los Esposos de Fina García Marruz



En Villa Giulia.
(S. VI a. de C.)

Sosteniendo las copas
invisibles,
familiarmente, eternamente juntos
en el lecho
de la fecundación y de la muerte,
serenamente lúcidos
y sonreídos
(con un «sorriso triste», como dijo
el niño a la maestra que indicaba
con tímida dulzura tanta gloria),
vosotros lo afirmáis hermosamente:
No sólo el imposible
amor,
también las nupcias consagradas
vencerán a la muerte.

Gracias,
esposos grávidos, etruscos no,
celestes,
brindando por nosotros.



Poema Sabores de Fina García Marruz



Es una trattoria
de callecita apartada
en nuestra primera noche
de Roma. Barre el portal
un niño de Amicis.
Anota el padre la orden,
la madre, al fondo, cocina.
Consuela la minestrona
de frío y fiebre.
Entramos al corazón
de la familia.



Poema Sequía (canción En Los Campos De Marte) de Fernando Rendón



Hasta que el amor de todos
descendió
a su más bajo nivel
de embalse

-Nuestra represa se seca-

Y hay angustia
y grave racionamiento de luz

Y entonces -por fin-
multitudes hacen grandes filas
para escuchar poesía



Poema Súbita Mano De Algún Fantasma Oculto de Fernando Pessoa



Súbita mano de algún fantasma oculto
entre los pliegues de la noche y de mi sueño
me sacude y yo despierto, y en el abandono
de la noche no diviso gesto ni bulto.

Pero un terror antiguo, que insepulto
traigo en el corazón, como de un trono
baja y se afirma mi señor y dueño
sin orden, sin meneo y sin insulto.

Y yo siento mi vida de repente
presa por una cuerda de Inconsciente
a cualquier mano nocturna que me guía.

Siento que soy nadie salvo una sombra
de un bulto que no veo y que me asombra,
y en nada existo como la tiniebla fría.

Traducción: Miguel Ángel Sepúlveda Espinoza



Poema Serena Voz Imperfecta de Fernando Pessoa



Serena voz imperfecta, elegida
para hablar a los dioses muertos?
la ventana que falta a tu palacio da
para el Puerto todos los puertos.

Chispa de la idea de una voz sonando
lirios en las manos de las princesas soñadas,
yo soy la marea de pensarte, orlando
la Ensenada todas las ensenadas.

Brumas marinas esquinas del sueño…
Ventanas dando al Tedio los charcos…
Y yo miro a mi Fin que me mira, tristón,
desde la cubierta del Barco todos los barcos…

Traducción: Miguel Ángel Sepúlveda Espinoza



Poema Subo Con Tan Gran Peso Quebrantado de Fernando De Herrera



Subo con tan gran peso quebrantado
por esta alta, empinada, aguda sierra,
que aún no llego a la cumbre, cuando yerra
el pie, y trabuco al fondo despeñado.

Del golpe y de la carga maltratado,
me alzo a pena, y a mi antigua guerra
vuelvo; mas ¿qué me vale? que la tierra
misma me falta al curso acostumbrado.

Pero aunque en el peligro desfallezco,
no desamparo el paso; que antes torno
mil veces a cansarme en este engaño.

Crece el temor, y en la porfía crezco;
y sin cesar, cual rueda vuelve en torno,
así rebuelvo a despeñarme al daño.



Poema Soneto I de Fernando De Herrera



Yo voy por esta solitaria tierra,
de antiguos pensamientos molestado,
huyendo el resplandor del sol dorado,
que de sus puros rayos me destierra.

El paso a la esperanza se me cierra;
de una ardua cumbre a un cerro vo enriscado,
con los ojos volviendo al apartado
lugar, solo principio de mi guerra.

Tanto bien presenta la memoria,
y tanto mal encuentra la presencia,
que me desmaya el corazón vencido.

¡Oh crüeles despojos de mi gloria,
desconfïanza, olvido, celo, ausencia!;
¿por qué cansáis a un mísero rendido?



Poema Subo Con Tan Gran Peso de Fernando De Herrera



Subo con tan gran peso quebrantado
por esta alta, empinada, aguda sierra,
que aun no llego a la cumbre cuando yerra
el pie y trabuco al fondo despeñado.

Del golpe y de la carga maltratado,
me alzo a pena y a mi antigua guerra
vuelvo ¿mas qué me vale? Que la tierra
mesma me falta al curso acostumbrado.

Pero aunque en el peligro desfallesco
no desamparo el paso; que antes torno
mil veces a cansarme en este engaño.

Crece el temor y en la porfía cresco,
y sin cesar, cual rueda vuelve en torno,
así revuelvo a despeñarme al daño.



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