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Poema Soneto De La Encarnación de Francisco Luis Bernardez



Para que el alma viva en armonía,
con la materia consuetudinaria
y, pagando la deuda originaria,
la noche humana se convierta en día;

para que a la pobreza tuya y mía
suceda una riqueza extraordinaria
y para que la muerte necesaria
se vuelva sempiterna lozanía

lo que no tiene iniciación empieza,
lo que no tiene espacio se limita,
el día se transforma en noche oscura,

se convierte en pobreza la riqueza,
el modelo de todo nos imita,
el Creador se vuelve criatura.



Poema Soneto Ausente de Francisco Luis Bernardez



El sentido del tiempo se me aclara
desde que te ha dejado y me has traído,
y el espacio también tiene sentido
desde que con sus lenguas nos separa.

El uno tiene ahora canto y cara
porque vive de habernos dividido,
y el otro no sería conocido
si no nos escondiera y alejara.

Desde que somos de la lejanía,
el espacio, que apenas existía,
existe por habernos separado.

Y el tiempo que discurre hacia la muerte
no existe por el tiempo que ha pasado
sino por el que falta para verte.



Poema Soneto A La Doncella Lejana de Francisco Luis Bernardez



Inaccesible al viento que suspira
por apagar la luz de su cabello,
inaccesible al pálido destello
de la estrella lejana que la mira.

Inaccesible al agua que delira
por llegar a la orilla de su cuello,
inaccesible al sol y a todo aquello
que alrededor de su persona gira,

la doncella en su mundo de diamante
inclina la cabeza lentamente
para escuchar en el remoto mundo:

el eco de un latido muy distante,
la resonancia de una voz ausente
y el sonido de un paso vagabundo.



Poema Soneto Ii de Francisco Luis Bernardez



Firme en la majestad y en la armonía
de su maravillosa arquitectura,
cuya seguridad serena y pura
es más fuerte que el tiempo y su porfía,

tu casi celestial topografía
alza la claridad de su estructura,
dando cuerpo de paz y de dulzura
al alma de la eterna poesía.

Y hace que, confundidos y abrazados,
la letra y el espíritu inflamados
unan su voluntad y su poder,

para vivir en el espacio frío
y en el tiempo dramático y sombrío
con la luz y el calor de un solo ser.



Poema Soneto de Francisco Luis Bernardez



Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.



Poema Silencio de Francisco Luis Bernardez



No digas nada, no preguntes nada.
Cuando quieras hablar, quédate mudo:
que un silencio sin fin sea tu escudo
y al mismo tiempo tu perfecta espada.

No llames si la puerta está cerrada,
no llores si el dolor es más agudo,
no cantes si el camino es menos rudo,
no interrogues sino con la mirada.

Y en la calma profunda y transparente
que poco a poco y silenciosamente
inundará tu pecho de este modo,

sentirás el latido enamorado
con que tu corazón recuperado
te irá diciendo todo, todo, todo.



Poema Soneto Del Amor Victorioso de Francisco Luis Bernardez



Ni el tiempo que al pasar me repetía
que no tendría fin mi desventura
será capaz con su palabra obscura
de resistir la luz de mi alegría,

ni el espacio que un día y otro día
convertía distancia en amargura
me apartará de la persona pura
que se confunde con mi poesía.

Porque para el Amor que se prolonga
por encima de cada sepultura
no existe tiempo donde el sol se ponga.

Porque para el Amor omnipotente,
que todo lo transforma y transfigura,
no existe espacio que no esté presente.



Poema Suenan Las Iii de Francisco González Léon



La grande habitación
que el grande espejo
agranda más.

Sobre la antigua consola,
el viejo reloj de bronce
bajo el fanal de cristal;
y penumbras y friolencias
en que la poquedad
de mi lámpara,
no basta a evaporar
el frío de mi soledad.

Escenas y efemérides vacías;
lógicas y rebeldías
intrincadas en lances de episodios
que baraja en su código el azar:
Proceso nocturnal de hora callada
en que el alma ya no espera nada,
porque fuera impudor esperar.

Anémica la lámpara vacila;
afuera sopla el viento.
Se perfil la noche y se acelera.
Y en despertar soñoliento,
como arrastrando los pies,
sonámbulo el reloj balbucea lento:
Una,
dos,
tres.



Poema Soldaditos De Cristal de Francisco González Léon



Lluvia del aguacero,
lluvia de agujas de acero,
lluvia llena de olores y de ruidos
que me mueves el alma y los sentidos.

Qué lejana visión en ti se afina:
Cuando eras citadina…
Cuando eras pueblerina…
Cuando eras campesina…

La urbe episcopal, vieja y lontana…
mi pueblo… mi casona… mi ventana…
la granja con su olor a mejorana…
Fresca siempre al caer y siempre bella;
pero ya no eres aquella:

La que con mi devoción
rezaba su honda oración
allá dentro de aquel hueco
barítono canalón.

Cuando eras agua bendita
para mi alma que contrita
y neófita en su emoción,
acaso en ti comulgaba
su pristísima comunión.

Cuando soñaba y soñabas,
cuando te hablaba y me hablabas,
cuando eran alma las cosas,
cuando del patio ancestral
marchabas sobre las losas
en un desfile marcial
de infinitos soldaditos
de ejércitos de cristal.



Poema Siestas Dogmáticas de Francisco González Léon



Apagado y rescoldo aroma
del profuso jazmín del corredor;
siesta cálida
en que es pálida
la emanación de la flor.

Llave del agua que tintinea
su gota pertinaz;
grifo de cobre, donde
a beber la gota de agua
disfrazada de monjita
se aproxima la torcaz.

Siestas dogmáticas de canónigo en el coro;
oro agresivo de calientes siestas…

Y estas quietudes de los canarios en la pajarera
bajo la red de alambre;
y esta hambre espiritual;
y esta íntima divagación;
y la ronca intromisión
del reloj familiar que se propasa,
cuando enturbia el silencio de la casa
tañendo su bordón de catedral…



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