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Poema Soy Una Dama Que Charla Con Sirvientes… de Graciela Cros



Soy una dama que charla con sirvientes
y aunque en días malos
escupan mi café
de ellos aprendo
a tratar con
Lo Real

Es sorprendente
la responsabilidad
con la que asumen
estas prácticas
y si el curso de acción
luce sinuoso
sus objetivos
nunca
son irrealizables.

Cuando entiendo con ellos
el proceso de Ilusión/Desilusión
El Látigo no me puede seducir.



Poema Soy Una Dama Que Canta Las Cuarenta… de Graciela Cros



Soy una dama que canta Las Cuarenta

Mi poesía es de personajes

Soy un Jote de Cabeza Amarilla
Una Avutarda un Tordo que baja al jardín
para anunciar la nieve

Nadie pide que escriba lo que escribo

No se implique a Otros

Llevo una vida en el Trabajo

En ocasiones
Los Reveses
suman
al Resultado.



Poema Soy Una Dama Insomne… de Graciela Cros



Soy una dama Insomne
que trajina sin pausa

Una estructura compleja
que colapsa los sábados

En la vigilia hago planes

Trabajo
con la
Imaginación

Le temo al Deterioro

La Realidad me abruma

El Hábito del Indolente
es mi castigo

Soy
la que
por las noches
come
ansias.



Poema Soy Una Dama De Ingeniería Invertebrada… de Graciela Cros



Soy una dama de Ingeniería Invertebrada

Carezco de vertebración y llevo
un Carancho parado en la cabeza

Él controla mis movimientos
y aunque no pienso más que en rebelarme
la amenaza de sus fornidos tarsos
me disuade

Así vivo

No puedo dar rienda suelta
a mi Veta Creadora
porque el emplumado
me vigila

Soy su prisionera y me desea quieta

Es mi Síndrome de Estocolmo
y yo su Krrok

Cuando estamos a solas me pide
tranquilidad

Dice que
ningún daño le ocurre
al Puro de Intenciones

Yo lo escucho y descreo

Se parece al médico
que no gasta
su tiempo
en enfermos.



Poema Soy Una Dama Con Pasado… de Graciela Cros



Soy una dama con Pasado
que ejercita
El Arte del Polígrafo

Un gerundio inarmónico
me altera
tanto
como abusar sin dolo
del adverbio

Soy una dama esclava
del Stroke
que por las noches
alberga vagabundos

Cuando despierto encuentro rastros
platos sucios
vasos
manchados de vino
el hueco de sus cabezas
en mi almohada

Cada mañana
lavo
los delicados pies del Palimpsesto
para luego lamerlos

Cada mañana
Una
de mis 40 Activas
se sienta al tablero
y juega la partida del día
con La Oscura.

Estoy aquí para contarlo.



Poema Sin Lihn de Gonzalo Rojas



Lihn sangra demasiado todavía para hablar
de Lihn ido Lihn, «defunctus
adhuc loquitur», preferible
el cuerpo que no hay de su figura, no
importa lo del sepelio ni la parábola
de la corrupción del sepelio: algo
que no más él y yo,
cada uno
en su U-Bahnc bajo otro Spree
irreal,
cada féretro
en su corteza,
cada nadie
en su nadie, desaceitado
como voy en el chillido
de las gaviotas de Berlín sin
más allá ni
más acá salvo en el sur
hacia el oeste Adriana
la tristísima, Andrea
bajo la llovizna, lo que
lo confirma
todo:
?Ahora Lihn
tiene la palabra;
muro
y muro.



Poema Siempre El Adiós de Gonzalo Rojas



Tú llorarás a mares
tres negros días, ya pulverizada
por mi recuerdo, por mis ojos fijos
que te verán llorar detrás de las cortinas de tu alcoba,
sin inmutarse, como dos espinas,
porque la espina es la flor de la nada.
Y me estarás llorando sin saber por qué lloras,
sin saber quién se ha ido:
si eres tú, si soy yo, si el abismo es un beso.

Todo será de golpe
como tu llanto encima de mi cara vacía.
Correrás por las calles. Me mirarás sin verme
en la espalda de todos los varones que marchan al trabajo.
Entrarás en los cines para oírme en la sombra del murmullo. Abrirás
la mampara estridente: allí estarán las mesas esperando mi risa
tan ronca como el vaso de cerveza, servido y desolado.



Poema Sebastián Acevedo de Gonzalo Rojas



Sólo veo al inmolado de Concepción que hizo humo
de su carne y ardió por Chile entero en las gradas
de la catedral frente a la tropa sin
pestañear, sin llorar, encendido y
estallado por un grisú que no es de este Mundo: sólo
veo al inmolado.

Sólo veo ahí llamear a Acevedo
por nosotros con decisión de varón, estricto
y justiciero, pino y
adobe, alumbrando el vuelo
de los desaparecidos a todo lo
aullante de la costa: sólo veo al inmolado.

Sólo veo la bandera alba de su camisa
arder hasta enrojecer las cuatro puntas
de la plaza, sólo a los tilos por
su ánima veo llorar un
nitrógeno áspero pidiendo a gritos al
cielo el rehallazgo de un toqui
que nos saque de esto: sólo veo al inmolado.

Sólo al Bío-Bío hondo, padre de las aguas, veo velar
al muerto: curandero
de nuestras heridas desde Arauco
a hoy, casi inmóvil en
su letargo ronco y
sagrado como el rehue, acarrear
las mutilaciones del remolino
de arena y sangre con cadáveres al
fondo, vaticinar
la resurrección: sólo veo al inmolado.

Sólo la mancha veo del amor que
nadie nunca podrá arrancar del cemento, lávenla o
no con aguarrás o sosa
cáustica, escobíllenla
con puntas de acero, líjenla
con uñas y balas, despíntenla, desmiéntanla
por todas las pantallas de
la mentira de norte a sur: sólo veo al inmolado.



Poema Si Te Dijera de Gonzalo Osses A Vilches



Si te dijera,
Que ha llovido un niño,
Que una flor se ha hecho hombre,
Que los pájaros son una mancha azul,
Que las mañanas crecen de raíz a la sombra de los ríos.

Si te dijera:
Que la angustia dura más de doce meses,
Que todos mis días son martes y trece,
Que el tiempo irremediablemente se está muriendo de viejo.

Si te dijera que soy:
La palabra antigua que brote de tus labios.
Te taparías la boca para que no escape,
Y quizás pensarías en mí… que estoy vivo.

Si te dijera que he vuelto,
Notarías mi falta, porque nunca he partido.
Y a la hora que el mar se vuelca en las veredas
Habrá una voz que te llame y pensarás en mí,
Creerás que estoy vivo.



Poema Sentimiento De Partida de Gómez Manrique



Yo parto de vos, doncella,
fuera de mi libertad;
yo parto con gran querella
de vuestra pura bondad.

yo parto con gran tormento
por esta triste partida,
e llevo tal pensamiento
que fará corta mi vida.

Yo parto con gran dolor
por ir de vos apartado:
yo parto muy amador
de vos, que voy desamado.

Yo parto en vuestra cadena
de que no cuido salir,
e llevo tan cruda pena,
que no vos la sé decir.

Yo parto mucho contento
de vuestra gentil figura;
yo parto bien descontento
de vuestra poca mesura.

Yo parto, mas non se parte
siempre de vos mi pensar;
e lievo la mayor parte
de dolor y de pesar.

Yo parto porque me alejo
el más triste que me vi;
yo parto, mas con vos dejo
la mayor parte de mí.

Yo parto triste porque
vuestro mirar me robó,
e lievo por buena fe
gran quexa de vuestro no.

Yo parto porque me aparta
la mi no buena fortuna;
yo parto con pena farta
sin esperanza ninguna.

yo me parto de miravos
con dolor muy dolorido,
e lievo de bien amarvos
prosupuesto no fingido.

FIN

No quiero más enojarvos,
mas por merced yo vos pido
que vos plaga recordarvos
de cuén triste me despido.



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