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Poema Siempre de Luis Cardoza Y Aragón



He vivido casi toda mi vida lejos de mis cielos.
Pero mis pies están marcados en los códices,
en la voz profunda de mi pueblo.
Camino sobre el mar y las nubes que me traje:
son mi tierra firme.
¿Quién me la puede quitar?
Cuando digo que estoy solo es porque no estoy en la plaza pública
sino en cada uno de vosotros,
como en los granos la granada.
Podríais enterrarme en la voz de cualquier niño
si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.
Mis ojos siempre se abren sobre la luz primera,
y al cerrarlos, sobre mí cae siempre la sombra de mi infancia.
¿Y todo lo que he vivido,
me pregunto, toda el agua escurrida entre mis dedos,
todo lo bailado, no es un sueño?
No he tenido tiempo para soñar, amigos.
Apenas si he tenido para no morirme.
No puedo descifrar el símbolo
porque el símbolo no es un lenguaje.
Estoy tan cerca que no me veis
en las cenizas de los muertos
y en las manos de los niños futuros.
Tercamente guatemalteco,
no necesito recordar, me basta con palparme.
El sueño no tiene vocales,
pero tiene llamaradas y tambores mudos,
y las mismas fogatas
arden en las mismas cumbres.
…Si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.



Poema Siempre A Miguel Ángel Asturias de Luis Cardoza Y Aragón



He vivido casi toda mi vida lejos de mis cielos.
Pero mis pies están marcados en los códices,
en la voz profunda de mi pueblo.
Camino sobre el mar y las nubes que me traje:
son mi tierra firme.
¿Quién me la puede quitar?
Cuando digo que estoy solo es porque no estoy en la
plaza pública sino en cada uno de vosotros,
como en los granos de la granada.
Podríais enterrarme en la voz de cualquier niño
si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.
Mis ojos siempre se abren sobre la luz primera,
y al cerrarlos, sobre mí cae siempre la sombra de
mi infancia.
¿Y todo lo que he vivido,
me pregunto, toda el agua escurrida entre mis dedos,
todo lo bailado, no es un sueño?
No he tenido tiempo para soñar, amigos.
Apenas si he tenido para no morirme.
No puedo descifrar el símbolo
porque el símbolo no es un lenguaje.
Estoy tan cerca que no me veis
en las cenizas de los muertos
y en las manos de los niños futuros.
Tercamente guatemalteco,
no necesito recordar, me basta con palparme.
el sueño no tiene vocales,
pero tiene llamaradas y tambores mudos,
y las mismas fogatas
arden en las mismas cumbres.
…Si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.



Poema Sed Pagana de Luis Antonio De Villena



Yo miraba aquella noche arder la maravilla.
Os veía abrazándoos, bebidos, tan jóvenes los dos,
bailando entrelazados, alegres, entre la música
festiva y la entibidada luz de un lugar clandestino.
Observaba los ojos cariñosos, el biselado exacto
de los cuerpos tersos -serían apenas diecisiete años-
el fogoso frescor de pestañas y labios. En ambos
la hermosura. La indolencia natural de lo perfecto.
Y pensaba, mirándoos, que mi placer de belleza
y de ginebra no iba desinteresado con la envidia.
Que debía sufrir, claro, por no participar en ese reino.
Pero miraba y era deleite sólo vuestra danza,
deseo vuestras ondas de euritmia jovencísima.
Y pensé: No buscamos el logro, anhelamos deseo.
Que no es la fuente sólo, sino la sed que invita.
De pie en el antro penumbroso, sumido entre la música,
yo miraba aquella noche arder la maravilla.



Poema Satélite Del Amor de Luis Antonio De Villena



The moon is the mother of pathos and pity
Wallace Stevens

Es hermoso y sagrado el reino de la noche,
lo pueblan suaves seres que maquillan sus ojos
y mezclan la tristeza con el sabor del júbilo.
Seres agrestes para quienes el amor tiene
todos los nombres del peligro. Las lámparas dejan
su ámbar por la noche. La lluvia su dulzura.
Los inmaduros cuerpos el delicado olor de su erotismo.
Rugen las motos. Cada puerta es un viaje sin destino.
Entonces tu cabello, como la piel suave de los hombros
desnudos, abunda más en bronce, se abandona a los tactos.
Son más dulces los labios. Más cálido de luna el río
esbelto y bello de tus piernas. Somos de ese reino,
donde como en Chuang-tsé, el filósofo, se mezcla sueño y vida.
Donde amar es provocación y goce, y un cuerpo el misticismo.

«El viaje a Bizancio» 1972 – 1974



Poema Seremos Una Muralla de Luis Antonio Chávez



Esta vez, amada mía
cuando el sol despunte al horizonte
trataré de retener el tiempo
mandaré un mensaje con el viento
para decirte cuanto te amo…

Dialogaré en silencio con la brisa
a sabiendas que en ella estás tú
y así retendré tu silueta
para sentir en mis labios
un soplo de tus besos
mientras me solazo de alegría
pues dentro de unos minutos
podré darle un beso a tu vientre
donde aguarda mi vástago
ése que Dios nos dará como un regalo
este noviembre eterno…

Y le pondré tu nombre
pues ser el amor más puro
que Dios me ha dado
gritaré al viento
que lo sepan las flores, los ríos…
que un nuevo hijo lleva parte de mi sangre
de nuestra sangre
como bendición del Altísimo
y a la hora de los salmos
seremos la muralla frente a la vida…



Poema Sensaciones de Luis Antonio Chávez



a Mauricio Guzmán

Oscuro trajinar el que corroe
en esta vida de encrucijadas cuestas
donde la voz se vuelve silencio
y el gemir estremece
al verter sábila
por los cuatro costados…



Poema Seguridad de Luis Álvarez Piner



CUANDO me conocisteis,
volvía.
Mi historia viene de más lejos
que mis días primeros.

y cuando me hayáis visto marcharme, para siempre,
seguiré todavía,
sin tiempo ya, la historia comenzada.

Como un día en el tiempo, como el árbol
en la brisa que cruza, yo no me pertenezco,
ni me termino. Es gracias a la muerte
por lo que soy posible todavía
hacia un siempre de rectificaciones,
de referencias. Si no fuera
por esa muerte implícita, ¿qué haría
de tanto amor como me sobra ?



Poema Selva Oscura (v) de Luis Alvarenga



Yo he sido las sombras de todos esos condenados.
A mí, todos los horrores de este círculo.
Yo fui más allá de las cenizas
y fui el perfume que se dilapida entre sedas.
Fui quien enloquece
por un cuerpo tibio
y luego cae desde la torre al escarnio.
Soy las lágrimas que vierten
los penitentes,
el futuro malbaratado
por el cielo fugaz
de una rosa abierta,
el que perfuma la tarde
y sus cenizas.



Poema Selva Oscura (i) de Luis Alvarenga



Es selva y desierto
la playa que encuentra
los restos de mi día deslumbrado.
«Hombre he sido», dice la Palabra,
que ciego me toma
y me resguarda
de los cristales del sol
de las fieras
que a todo solitario acechan
a mitad del camino.



Poema Sobreviviente de Luis Alfredo Arango



¡Ay de quien pudiendo hablar no emprende vuelo!
No tengo barco ni avión, no tengo nada más que mi palabra.
En vez de Victoria Alada llevo un ángel de Chinautla.
Navego-o sueño que navego-entre archipiélagos
y el mar es un pasaje estrecho entre las islas de palabras.
Papeles, unos pocos libros, heridas incurables
y el miedo de vivir en este siglo son todo mi equipaje.
¿Qué tiempo fue mejor?
He visto los más hermosos lugares
pero sólo me han dejado rastros de luz en la memoria
y tengo los ojos cansados de tanto ver llorar.
Amo la paz, no como tantos que juran amarla
para seguir ordeñándola…
Amo la paz porque llevo la guerra
envuelta en un pedazo de bandera ensangrentada
y estoy quedándome vacío,
desolado.

Aunque a ratos el amor descorazona
tengo viva la esperanza de morir amando…
Amando no sé qué…Agradecido de ser hombre;
de haber hecho preguntas desde mi pobre poesía;
de la belleza y el dolor que son, a fin de cuentas,
la cara y el envés de nuestra vida.

Oh tiempo de los mitos,
oh lodo submarino,
consuelo de la carne,
abismo donde Dios abandonó
los moldes de todas sus estatuas;
los moldes, los taceles
de las primeras bestias.

Las aves vuelan sin carga,
no necesitan maletas y cómo las envidio.
Ellas pueblan la casa del viento
que nunca tuvo casa.

Soy el tránsfuga de todas partes,
el inconforme soy,
el penitente que no encontró la iglesia que buscaba
y todo lo he dejado abandonado.

Allá los montes,
los pinos que en las tardes
todavía me entristecen;
las aldeas, los caminos
y el rústico sabor de lo vivido.

En la ciudad jamás eché raíces.
Aquí es donde menos me he quedado.
Es ella la que pasa contoneándose -¡tan frívola!-
ofreciéndome sus mercancías inútiles
y exhibiendo modas que nunca terminan de vestirla.

Entre el mar-a donde nunca fui-
y el viento que corre desnudo en las montañas,
emplumado de palabras invento mi camino.
Sé que sólo me queda ver naufragios
y presentir el rumbo incierto del planeta.



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