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Poema Siempre de Ricardo Jaimes Freyre



¡Tú no sabes cuánto sufro! ¡Tú que has puesto mis tinieblas
en mi noche, y amargura más profunda en mi dolor!
Tú has dejado, como el hierro que se deja en una herida,
en mi oído la caricia dolorosa de tu voz.

Palpitante como un beso; voluptuosa como un beso;
voz que halaga y que se queja; voz de ensueño y de dolor.
Como sigue el ritmo oculto de los astros el océano?
mi ser todo sigue el ritmo misterioso de tu voz.

¡Oh, me llamas y me hieres! Voy a ti como un sonámbulo
con los brazos extendidos en la sombra y el dolor…
¡Tú no sabes cuánto sufro! Cómo aumenta mi martirio,
temblorosa y desolada, la caricia de tu voz.

¡Oh, el olvido! El fondo obscuro de la noche del olvido
donde guardan los cipreses el sepulcro del Dolor.
Yo he buscado el fondo obscuro de la noche del olvido,
y la noche se poblaba con los ecos de tu voz…



Poema Semilla—cemento de Ricardo Gómez López



Estábamos
en el campo
y plantamos
una ciudad.
Lástima
que no
podamos podar
los edificios.



Poema Soledades de Ricardo E Molinari



De ayer estoy hablando, de las flores,
de la fuerte agua, transparente y fría,
del alma, de la luna abierta, ¡oh mía!,
de un ángel dulce y solo en los albores.

De tantas noches secas y menores,
del perseguido bien sin alegría;
del aire, de la sombra y la agonía,
de lumbres, cielos y arduos pasadores.

De ti, tiempo llegado y desprendido,
que vas en mí y me dejas en velada:
solitario, desierto y sin sentido.

Y encima de ti, vida delicada,
cabello suave, quieto y advertido,
la muerte sueña y mueve su morada.



Poema Siempre Estamos Solos de Ricardo Dávila Díaz Flores



«Yo quiero llorar a veces furiosamente
por no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo.»
Jaime Sabines.

El amor es perdernos;
estar solos,
solos sin nosotros mismos;
es robarnos al otro
y protegernos la espalda para que no nos
hagan lo mismo.

El amor es ser huésped en otro,
servir de refugio a otro,
es invasión de privacía;
por eso la culpa, la vergüenza,
el regocijo propio.

El amor es callar,
es la palabra que grita el mudo en el oído del
sordo,
el paisaje que miran los ciegos,
es la sombra que alumbra las sombras,
la piedra empujando al viento,
la fogata encendida en la corriente del río.

El amor es el sentido, no el sexto, ni el
séptimo, es el sentido;
el único, el más confuso, el más vivo.

El amor teje alas que se estrellan en los
techos y se van,
se van volando rotas.

Es nada, el amor es nada, ni siquiera
eso. Es nada.

El amor no completa, quita;
por eso la búsqueda insaciable,
la que no encuentra,
por eso la necesidad, los celos, la rabia.
El amor es estarse acabando el uno al otro como se acaba el mar,
por eso los besos contra la pared,
por eso el llanto sin sal, sin agua,
ese llanto seco que golpea en la garganta.

El amor es buscarnos donde nos
abandonamos: en el otro. Por eso
huimos, corremos,
nos vamos como ciegos en medio de un
desierto de gritos.
El amor es soledad. Ante todo es soledad,
porque estamos sin nosotros mismos;
es soledad poblada por voces ajenas,
por secretos que no nos pertenecen.

¡Recoger ternura hasta que se nos
doblan las manos, eso es el amor!
¡No existe el amor,
por eso creemos en él!

No hay nada detrás del amor,
por eso es inútil cavar con caricias en su
cuerpo.
No hay nada,
sólo queda la mecedora del recuerdo y el
olvido,
los ojos abiertos de la viudez,
un insomnio,
un alma tuerta,
un corazón cojo,
y la búsqueda final por nuestra soledad,
la otra, la que perdimos,
la que ofrecimos por amor al otro,
la que regalamos,
hasta que vuelve acompañada de ese llanto
caudaloso,
de agua, de sal, de hielo, de cascada libre;
ese llanto que se hace en los que están
acompañados de sí mismos,
sin amor, sin el otro,
¡solos!



Poema Sonetos Desde El Infierno de Reinaldo Arenas



Todo lo que pudo ser, aunque haya sido,
jamás ha sido como fue soñado.
El dios de la miseria se ha encargado
de darle a la realidad otro sentido.
Otro sentido, nunca presentido,
cubre hasta el deseo realizado;
de modo que el placer aun disfrutado
jamás podrá igualar al inventado.
Cuando tu sueño se haya realizado
(difícil, muy difícil cometido)
no habrá la sensación de haber triunfado,
más bien queda en el cerebro fatigado
la oscura intuición de haber vivido
bajo perenne estafa sometido.

(La Habana, 1972)



Poema Soy Un Lugar Común de Regina José Galindo



Soy un lugar común
como el eco de las voces
el rostro de la luna.

Tengo dos tetas
-diminutas-
la nariz oblonga
la estatura del pueblo.

Miope
de lengua vulgar,
nalgas caídas,
piel naranja.

Me sitúo frente al espejo
y me masturbo.

Soy mujer
la más común
entre las comunes.



Poema Si Fuera José de Regina José Galindo



Si fuera José
-sólo José-
no tendría este pene atrofiado
mis tetas se hundirían
me llenaría de pelos.

No me las cogería a la fuerza
ni las miraría a las nalgas.

Si fuera José
sería igual de vulgar
y no me enamoraría de Regina.



Poema Sol Negro de Raúl Henao



Veo un sol rabioso devorado por un saltamontes
en la colina
que sólo la pluma fuente de la noche consigue
aplacar con los negros trazos de la tormenta.
Un sol loco y espumante corriendo en la colina
tras de mi ojo izquierdo, saltado y de negro
sombrero de copa,
Donde una estrella almidonada por el cuello
sirve el rubio champaña de la madrugada.
Pero hay quien prefiere un mar, un mar de violetas,
un mar de vino,
extendiéndose ante la mirada de los grises
mercaderes de la cordura.
Ah el mar de vino, mi querida visión del mar de vino
que aplaca la antigua nostalgia de la fiesta,
finalmente me abandona a la huracanada boquilla
de mis pensamientos.
Mi mensaje a bordo de una botella de náufrago.



Poema Strip Tease de Raúl Gustavo Aguirre



Ella es toda alegría.
Danza
su canción
desnuda
para ella.

Los demás ven un cuerpo
se balancean en la magia
conocen una rara
libertad.

Aúllan porque temen
temen esa alegría
de pronto
tan pura entre los muertos
tan parecida a dios
o a un poema.



Poema Si Las Nubes No Anticipan… de Raúl Gómez Jattin



Si las nubes no anticipan en sus formas la
historia de los hombres
Si los colores del río no figuran los designios del
Dios de las Aguas
Si no remiendas con tus manos de astromelias las
comisuras de mi alma
Si mis amigos no son una legión de ángeles
clandestinos Qué será de mí



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