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Poema Respiraciones de Saúl Ibargoyen



La piel de esta bestia posible
acumula deshojadas láminas
y un hálito herrumbrado
se apega a sus raíces.
Esta piel que cruje así
entre ínfimas tormentas de sal
viene quizá
desde las primeras respiraciones
de una larva enroscándose
en sutiles gelatinas.
Un animal de las aguas
gira otra vez sobre el eje
de su cuerpo incompleto:
así prepara la disolución de su cola
el tamaño negro de sus hígados
el advenimiento de patas y pulmones.
Una atmósfera estremecida
le cierra las narices:
son burbujas y espumas sin olor
sólo son una cifra de sustancias
un ronquido un ahogo
que los aires de afuera
tendrán que beber.
Y aquella piel repite
la ausencia del oxígeno
la falta del silbido
del estertor de la queja:
aquella piel como una lengua
mezclándose ya
a un silencio de ceniza
y de canciones vacías.



Poema Respiración de Saúl Ibargoyen



El hombre respira
con su pecho de alambre:
arterias de cobre como fuego joven
venas de fierro adelgazadas
por el oxígeno negro de la asfixia
tubos obturados por mantecas de sangre
espinas huecas con su mensaje de ácidos gases
pelos de acero oscurecidos por las flemas
filamentos rígidos como coágulos de esperma
hilachas pegosteadas entre espumas y glándulas
estambres revolcados encima de sórdidos gargajos
redes de seda como calcinantes roncares.
Así se respira el hombre
enteramente
y no lo sabe
y vuelve a escribir
de espaldas a este sueño.
Y escribe y escupe y respira.



Poema Rojos Tus Cabellos de Santiago Azar



Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses
quiero ahogar este último aliento
para que seas océano y tragedia
y mis dedos se pierdan como un niño muerto
en la soledad nocturna de las arenas.
Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses
el paladar de la hermosura saborea mi cuerpo,
lo revive centímetro a centímetro,
lo conquista como a un río virgen.
Porque si tuvieses más largos esos relámpagos rojos
que nacen y mueren en tu cabeza,
los dioses bajarían a recuperar su cabellera
o tal vez sólo tus ojos
porque las estrellas ya han reclamado su brillo.
Por ahora me conformo con estas llamas
que desatas en la punta de los soles,
me conformo con este nido
donde pierdo mis dedos inocentes,
pero donde gano la entrada al paraíso.



Poema Recital De Mis Arañas de Santiago Azar



Estoy condenado a destripar el corazón de las arañas,
a poner los dedos dentro de la caldera de una flor.
Estoy arrestado en las prisiones de una lágrima con cuchillos.
mastico el cuesco amargo de un día oscuro
y paseo en la niebla sucia que destapa a los caballos en los campos.
Me he hecho débil como una copa sin vino,
que ni esta canción me pertenece completamente.
Y después, arribará el diablo vestido de mujer,
ofreciéndome pan, versos en ediciones de lujo,
zapatos incendiados en la boca poderosa de una estrella,
autógrafos anónimos para que nadie me encuentre,
kilos de juventud esparcida en piernas y manos.
Y así se me presentará el diablo,
vestido de mujer, guiñándome el ojo varias veces,
seduciéndome con un beso que recorra mi sexo y pecho,
mas no sacará nada, nada podrá arrebatarme,
porque en las arañas de este cuarto húmedo,
ya he tenido mi abundante infierno.



Poema Recados Para La Mujer De Los Inviernos de Santiago Azar



Aquí, hoy, en la desesperación de los inviernos,
me recuesto a tu lado, mi mujer de secretos y llamas.
Quiero sembrar en tu pecho los besos del tiempo
y en los veranos venideros recoger el trigo en este lecho.
Ya sé que deseas que tu nombre lo pronuncien las gentes,
que cuente del inagotable camino que cruzamos,
mas yo te pido silencio y que sólo cante el susurro en la oscuridad,
sólo quiero tu voz de campanas para mis rudos oídos,
sólo quiero tus piernas como árboles fijos en mis manos,
porque me ha despertado toda la lluvia que traes a cuestas,
ese aguacero que revienta por la lengua,
ese trueno que destapas en un grito a las estrellas.
Pero te pido silencio, para que cerquemos nuestro pequeño país,
para que cerremos las puertas al extranjero
y vivamos las multitudes de este universo
en el barco veloz y rotundo de tus labios.



Poema Ramo De Lirios de Salvador Rueda



Porque de ti se vieron adorados,
tengo un vaso de lirios juveniles:
unos visten pureza de marfiles;
los otros terciopelos afelpados.
Flores que sienten, cálices alados
que semejan tener sueños sutiles,
son los lirios, ya blancos y gentiles,
ya como cardenales coagulados.
Cuando la muerte vuelva un ámbar de oro
tus largas manos de ilusión que adoro,
iré lirios en ellas a tejerte.
Y mezclarán sus tallos quebradizos
con sus dedos cruzados y pajizos,
¡que fingirán los lirios de la muerte!



Poema Retrato De Niño de Salvador Novo



En este retrato
hay un niño mirándome con ojos grandes;
este niño soy yo
y hay una fecha: 1906.

Es la primera vez que me miré atentamente.
Por supuesto que yo hubiera querido
que ese niño hubiera sido más serio,
con esa mano más serena,
con esa sonrisa más fotográfica.

Esta retrospección no remedia, empero,
lo que el fotógrafo, el cumpleaños,
mi mamá, yo y hasta tal vez la fisiología
dimos por resultado en 1906.



Poema Rimas de Salvador Diaz Miron



Al ver mi honda aflicción por tus desvíos,
fijas en mi tu angelical mirada
y hundes tus dedos pálidos y fríos
en mi oscura melena alborotada.

¡Pero en vano, mujer! No me consuelas.
Estamos separados por un mundo.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?

Me aproximo… y te tiñes de escarlata
y huyes… ¡oh niña pudorosa y bella!
¡Sensitiva que tiembla y se recata
hasta de sospechar que pienso en ella!

Te llamo, abro los brazos… y no vienes…
inútilmente solicito y lloro.
¡Tú no alientas pasión! por eso tienes
ojos de cielo y cabellera de oro.

Tu mano espiritual y transparente,
cuando acaricia mi cabeza esclava,
es el copo glacial sobre el ardiente
volcán cubierto de ceniza y lava.

¡Tu mano espiritual y transparente
cuando acaricia mi cabeza esclava,
es el copo glacial sobre el ardiente
volcán cubierto de ceniza y lava.



Poema Ruinas de Salomé Ureña De Henríquez



Memorias venerandas de otros días,
soberbios monumentos,
del pasado esplendor reliquias frías,
donde el arte vertió sus fantasías,
donde el alma expresó sus pensamientos.

Al veros ¡ay! con rapidez que pasma
por la angustiada mente
que sueña con la gloria y se entusiasma
la bella historia de otra edad luciente.

¡Oh Quisqueya! Las ciencias agrupadas
te alzaron en sus hombros
del mundo a las atónitas miradas;
y hoy nos cuenta tus glorias olvidadas
la brisa que solloza en tus escombros.

Ayer, cuando las artes florecientes
su imperio aquí fijaron
y creaciones tuviste eminentes,
fuiste pasmo y asombro de las gentes,
y la Atenas moderna te llamaron.

Águila audaz que rápida tendiste
tus alas al vacío
y por sobre las nubes te meciste:
¿por qué te miro desolada y triste?
¿dó está de tu grandeza el poderío?

Vinieron años de amarguras tantas,
de tanta servidumbre;
que hoy esa historia al recordar te espantas,
porque inerme, de un dueño ante las plantas,
humillada te vio la muchedumbre.

Y las artes entonces, inactivas,
murieron en tu suelo,
se abatieron tus cúpulas altivas,
y las ciencias tendieron, fugitivas,
a otras regiones, con dolor, su vuelo.

¡Oh mi Antilla infeliz que el alma adora!
Doquiera que la vista
ávida gira en tu entusiasmo ahora,
una ruina denuncia acusadora
las muertas glorias de tu genio artista.

¡Patria desventurada! ¿Qué anatema
cayó sobre tu frente?
Levanta ya de tu indolencia extrema:
la hora sonó de redención suprema
y ¡ay, si desmayas en la lid presente!

Pero vano temor: ya decidida
hacia el futuro avanzas;
ya del sueño despiertas a la vista,
y a la gloria te vas engrandecida
en alas de risueñas esperanzas.

Lucha, insiste, tus títulos reclama:
que el fuego de tu zona
preste a tu genio su potente llama,
y entre el aplauso que te dé la fama
vuelve a ceñirte la triunfal corona.

Que mientras sueño para ti una palma,
y al porvenir caminas,
no más se oprimirá de angustia el alma
cuando contemple en la callada calma
la majestad solemne de tus ruinas.



Poema Regalo Con Sorpresa Exterior de Roxana Popelka



Quería darle
una sorpresa,
así que para su
cumpleaños le
regaló un seat
850, año 73.
Mi amiga estaba
entusiasmada y
como agradecimiento
sacó el carnet de
conducir y se
volvió dócil.
Ahora se
dejaba follar por
las mañanas,
justo al
amanecer, aunque
detestaba
esas erecciones
matutinas, y
los tipos de ese
calibre que
despiertan a
las chicas en
mitad de un
sueño.
Pero mi
amiga
-normal-
se hartó de
copular por
las mañanas
y devolvió
el Seat 850
del año 73.
Pero antes de
eso lavó el
coche, lo
dejó reluciente
y se lo puso en la
puerta,
en la mismísima
puerta, a
su dueño.
Desde entonces
mi amiga supo que
no habría más
erecciones
matutinas de
individuos
de ese
calibre, ni tampoco
más Seats
850, del año
73.



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