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Poema Rayendo Están Dos Cabras… de Francisco De Terrazas



Rayendo están dos cabras de un nudoso
y duro ramo seco en la mimbrera,
pues ya les fue en la verde primavera
dulce, suave, tierno y muy sabroso.

Hallan extraño el gusto y amargoso,
no hallan ramo bueno en la ribera,
que – como su sazón pasada era –
pasó también su gusto deleitoso.

Y tras de este sabor que echabanmenos,
de un ramo en otro ramo van mordiendo
y quedan sin comer de porfiadas.

¡Memorias de mis dulces tiempos buenos,
así vay tras vosotras discurriendo
sin ver sino venturas acabadas!



Poema Reconocimiento De La Vanidad Del Mundo de Francisco De Aldana



En fin, en fin, tras tanto andar muriendo,
tras tanto varïar vida y destino,
tras tanto de uno en otro desatino,
pensar todo apretar, nada cogiendo;

tras tanto acá y allá, yendo y viniendo
cual sin aliento, inútil peregrino;
¡oh Dios!, tras tanto error del buen camino
yo mismo de mi mal ministro siendo,

hallo, en fin, que ser muerto en la memoria
del mundo es lo mejor que en él se asconde,
pues es la paga dél muerte y olvido;

y en un rincón vivir con la vitoria
de sí, puesto el querer tan sólo adonde
es premio el mismo Dios de lo servido.



Poema Regeneración de Francisco Alvarez



Déjame penetrar en tu memoria
para arrancar de cuajo con mis manos
los recuerdos crueles, inhumanos,
que oscurecen el cielo de tu historia.

He de restablecer toda la gloria
de los tiempos felices, tan lejanos;
y en tus jardines crecerán lozanos
árboles de pasión, gozo y euforia.

Entrarás en la tierra prometida
libre de soledad, dolor y llanto,
y mi mano estará siempre tendida.

Te cubrirá mi amor bajo su manto,
y cuanto tengo y soy en esta vida,
tuyo será, porque te quiero tanto.



Poema Reliquia de Francisco A. De Icaza



En la calle silenciosa
resonaron mis pisadas;
al llegar frente a la reja
sentí abrirse la ventana. . .

¿Qué me dijo? ¿Lo sé acaso?
Hablamos con el alma. . .
como era la última cita,
la despedida fue larga.
Los besos y los sollozos
completaron las palabras
que de la boca salían
en frases entrecortadas.
Rézale cuando estés triste,
dijo al darme una medalla,
y no pienses que vas solo
si en tus penas te acompaña.

Le dije adiós. muchas veces,
sin atreverme a dejarla,
y al fin, cerrando los ojos,
partí sin volver la cara.

No quiero verla, no quiero,
¡será tan triste encontrarla
con hijos que no son míos
durmiendo sobre su falda!

¿Quién del olvido es culpable?
Ni ella ni yo: la distancia…
¿Qué pensará de mis versos?
tal vez mucho, quizá nada.
No sabe que en mis tristezas,
frente a la imagen de plata,
invento unas oraciones,
que suplen las olvidadas.

¿Serán buenas? ¡Quién lo duda!
Son sinceras, y eso basta;
yo les rezo a mis recuerdos
y se alegra mi nostalgia,
frente a la tosca medalla.

Y se iluminan mis sombras,
y cruzan nubes de incienso
el santuario de mi alma.



Poema Rojo Sol de Fernando De Herrera



Rojo sol, que con hacha luminosa
cobras el purpúreo y alto cielo,
¿hallaste tal belleza en todo el suelo,
que iguale a mi serena Luz dichosa?

Aura süave, blanda y amorosa,
que nos halagas con tu fresco vuelo,
¿cuando se cubre del dorado velo
mi Luz, tocaste trenza más hermosa?

Luna, honor de la noche, ilustre coro
de las errantes lumbres y fijadas,
¿consideraste tales dos estrellas?

Sol puro, Aura, Luna, llamas de oro,
¿oístes vos mis penas nunca usadas?
¿Vistes Luz más ingrata a mis querellas?



Poema Rondó de Félix Grande



Mirando tu cuerpo desnudo
recuerdo el origen del mundo

Creo en la materia que se busca
Ven misteriosa boreal
Creo en la tiniebla que se encarna
Ven misteriosa boreal
Creo en la energía que se organiza
Ven misteriosa boreal
Creo en la majestad de lo enigmático
Ven misteriosa boreal
Creo en el antiguo canto de los cuerpos
Ven misteriosa boreal
Creo en la mañana de los mortales

Tentando tu cuerpo desnudo
recuerdo el origen del mundo



Poema Radiografía Impertinente (ante Los Colosales Pechos De Ruth) de Federico Hernández Aguilar



Frustrado al ver tus senos formidables
confiados sin piedad a tu grueso paño,
no alcanzo a descubrir si es un engaño
lo que hay tras tus escotes insociables.

No sé si de misterios insondables
prefieres hoy cubrir tu pecho huraño
temiendo que su réprobo tamaño
te lleve a situaciones lamentables.

Rescatar del sostén tu seno hermoso
es casi una misión que busco ansioso,
pues de tus pechos -finalmente honrados-

no puedo resistir la prebenda…
Con tal que al verse libres de la prenda
no caigan hasta el suelo derrotados.



Poema Resignación de Fa Claes



Estoy tumbado aquí con toda mi filosofía
en mi sillón en Rijmenam.
Fuera, la niebla flota. Gris
se desliza por la ventana, gris pálido.

La calefacción susurra un murmullo.
Poco a poco hace maravilloso por aquí.
Cruzo los brazos sobre mi vientre,
cierro los ojos. Y bajo.

Al pie de la escalera
se abren puertas en las tinieblas
donde el bienestar a mí y a todo,
para siempre, completamente…



Poema Representación de Fa Claes



Cuando descorro las cortinas,
toda la escena florece:
magnolia, cerezos, melocotonero
y ahora las lilas estallan
con suaves sonidos de púrpura,
el golpe en el gong.

Aquí estoy vanagloriándome
en medio del gran desperdicio:
mil millones de flores de cerezo de mi jardín
se hielan en una noche.

Pero el mirlo exulta, siente
las lombrices de tierra creciendo bajo sus patas
y las baila afuera.
Así miles de flamencos registran minuciosamente
las lagunas buscando gambas
y todos los días hay bastantes gambas
para dejarse tragar por miles de flamencos
hasta que se tiñan de rosa
a su gusto.

Todo el desfile desfila,
-quarks y leptones todos-
y se transforma en otro desfile;
ignoramos cuál sea.
Estamos mirándolo,
pertenecemos totalmente al mundo, ¡ay, peor!,
en él consistimos y seguimos
con o sin deseo, gusto y fines .

Y yo en cuanto a eso:
no tengo que hacer nada,
nada urge, todo ocurre por sí mismo.
Soy hombre, es decir estoy de vacaciones.
Por casualidad o no, en Rijmenam
en el planeta Tierra.

Pero significa también
¡fuera, trabajo!, ¡fuera, política!
Soy como un espectador
en el palco más privilegiado.

¿Por dónde cae el Este, donde se levanta el telón?
No te preocupes, la luz conoce cada senda.
Cada alba gloriosamente brilla
ex oriente lux
desde todas las regiones celestes.



Poema Ratos Buenos de Evaristo Carriego



Está lloviendo paz. ¡Qué temas viejos
reviven en las noches de verano!…
Se queja una guitarra allá a lo lejos
y mi vecina hace reír al piano.

Escucho, fumo y bebo en tanto el fino
teclado da otra vez su sinfonía:
el cigarro, la música y el vino
familiar, generosa trilogía…

…¡Tengo unas ganas de vivir la riente
vida de placidez que me rodea!
Y por eso quizás, inútilmente,
en el cerebro un cisne me aletea…

¡Qué bien se está cuando el ensueño, en una
tranquila plenitud, se ve tan vago!…
¡Oh, quién pudiera diluir la luna
y beberla en la copa, trago a trago!

Todo viene apacible del olvido
en una caridad de cosas bellas,
así como si Dios, arrepentido,
se hubiese puesto a regalar estrellas.

¡Qué agradable quietud! ¡Y qué sereno
el ambiente, al que empiezo a acostumbrarme,
sin un solo recuerdo, malo o bueno,
que, importuno, se acerque a conturbarme!

Y me siento feliz, porque hoy tampoco
ha soñado imposibles mi cabeza;
en el fondo del vaso, poco a poco,
se ha dormido, borracha, la tristeza…



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