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Poema Qué Ángel Te Librará De La Tristeza de Silvina Ocampo



Qué ángel te librará de la tristeza
y te despertará un precioso día
sin memoria de lo que te afligía
y te dirá al oído: «Escucha y cesa

tus llantos. En mis brazos no te pesa
la lentitud del tiempo ni la impía
delación de los hombres. Eres mía,
ya no eres de este vano mundo presa.

Asómate a esta fúlgida ventana
por tu dicha adornada. Ya el dolor
se marchitó como una larga flor

cuya sabiduría al fin te sana
al disolverse porque se convierte
en polvo, en ilusión, en otra suerte».



Poema Quisiera Abrir Mis Venas de Sara De Ibáñez



Quisiera abrir mis venas bajo los durazneros,
en aquel distraído verano de mi boca.
Quisiera abrir mis venas para buscar tus rastros,
lenta rueda comida por agrias amapolas.

Yo te ignoraba fina colmena vigilante.
Río de mariposas naciendo en mi cintura.
Y apartaba las yemas, el temblor de los álamos,
y el viento que venía con máscara de uvas.

Yo no quise borrarme cuando no te miraba
pero me sostenías, fresca mano de olivo.
Estrella navegante no pude ver tu borda
pero me atravesaste como a un mar distraído.

Ahora te descubro, tan herido extranjero,
paraíso cortado, esfera de mi sangre.
Una hierba de hierro me atraviesa la cara…
Sólo ahora mis ojos desheredados se abren.

Ahora que no puedo derruir tu frontera
debajo de mi frente, detrás de mis palabras.
Tocar mi vieja sombra poblada de azahares,
mi ciego corazón perdido en la manzana…



Poema Qué Se Hará Entonces Del Espacio… de Ruth Toledano



Qué se hará entonces del espacio
trazado en el silencio. Qué
si el estruendo final de los aviones
abre grietas en el asfalto altísimo,
qué si la hélice levanta
un caos de sal para apretar los párpados.



Poema Que No Piensen Después… de Ruth Toledano



Que no piensen después
los visitantes
que allí se alzaron templos, se trazaron
avenidas, se dispusieron salas
para múltiples usos sospechados:

Era un paisaje tan desnudo.



Poema Qué Llenará A Mis Ojos, Al Abrirlos de Rubén Bonifaz Nuño



¿Qué llenará mis ojos, al abrirlos
desde el fondo del miedo; de qué trémula
boca salió la lengua que me lame?

¿Y habré de ver, si vuelvo la cabeza
de prisa, quién respira a mis espaldas?

Sólo de ácida sal, sólo preñada
acidez, mi bebida. Y lo que viene,
aquello que se acerca,
lo que camina en torno y embistiendo.

Cantando estoy, haciéndome
de valor con cantar bajo lo oscuro.
La pobreza, y el paso uniformado,
y el cartel de protesta.

Acaso inofensivo, acaso inútil,
no defensivo acaso. Y es un soplo
de burbujas quebrándose, un callado
grito de bestia bajo el agua,
un rescoldo de cuerpo que se ahoga.

Y suéltase la sangre convocada,
y su antídoto estrépito graniza,
crece por dentro de la oreja,
contra la mordedura de un silencio
que mata en tres segundos.

Bienvenido el que llega, si en las manos
tiene la sal augusta para el hueco
de mis cimientos despojados.
El caballo homicida, bienvenido
sea, con el galope mariguano
y la huella cuádruple hendida;
y el sueño adverso en orden de batalla,
y la saliva atroz que sobrevive
al suntuoso desorden del combate.

Y algo como el amor de mis hermanos
se despliega en mi contra, se abandera,
en contra mía prevalece.
Y lo que soy mañana, me recibe.



Poema Qué Fácil Sería Para Esta Mosca… de Rubén Bonifaz Nuño



Qué fácil sería para esta mosca,
con cinco centímetros de vuelo
razonable, hallar la salida.

Pude percibirla hace tiempo,
cuando me distrajo el zumbido
de su vuelo torpe.
Desde aquel momento la miro,
y no hace otra cosa que achatarse
los ojos, con todo su peso,
contra el vidrio duro que no comprende.
En vano le abrí la ventana
y traté de guiarla con la mano;
no lo sabe, sigue combatiendo
contra el aire inmóvil, intraspasable.

Casi con placer, he sentido
que me voy muriendo; que mis asuntos
no marchan muy bien, pero marchan;
y que al fin y al cabo han de olvidarse.

Pero luego quise salir de todo,
salirme de todo, ver, conocerme,
y nada he podido; y he puesto
la frente en el vidrio de mi ventana.



Poema Qué Diera Al Mediodía Por No Ser Yo… de Román Luján



QUÉ DIERA AL mediodía por no ser yo
fijarme en otras cosas
desentrañar con garfios las íntimas razones
de que esta resolana abra cuchillos
sobre la plaza pública
explicar aquel traje que avanza
contra la voluntad obesa de su dueño
la risa desmontable del globero
la cicatriz humanizando apenas
el muslo acitronado de la recepcionista

Qué diera lo que resta de la tarde
por un ojo de mosca
multiplicado obsceno vouyerista
de ajenas percepciones
que polizón me diera una conciencia
nunca antes martajada
?por ejemplo la mía

Pero no tengo sino esta vista gorda
algo como ambición de caballo placero
unos zapatos grises que renuncian
cada trescientos días
una barba postiza este cuaderno
y un billete doblado en cuatro partes
dormitando la inocencia entre los senos
de alguna persuasible
que pagará la cuenta



Poema Quinta Poesía Vertical (10) de Roberto Juarroz



en recuerdo de Alejandra Pizarnik

La avalancha de los muertos,
la avalancha de los que suicidan
por su mano o por otra,
porque vivir es un suicidio,
la avalancha de las sombras
que en vano amontonamos
en los rincones de la tierra,
la avalancha de lo que no sabemos ni pensar,
hace que cada tanto extendamos un brazo
y hagamos una señal en el vacío.

Y aunque el brazo no resiste
y se dsmorona como los gestos tímidos,
la señal queda rondando por el aire
como un golpe de viento,
como la hilacha de un fúnebre planeta
que gira hacia algo menos que el olvido.

Sólo un desequilibrio de las cosas,
un fugaz desnivel inexplicable
permite todavía
este naufragio sin barco, sin mar y sin playa,
sin espectador, sin fondo y sin náufrago,
esta historia que nadie cuenta y nadie escucha,
esta falla sin importancia de abismo.
Sólo queda la señal como un detalle.



Poema Quería Comerme Las Galaxias de Reina María Rodríguez



somos una especie formal.
también
planificamos el amor
buscamos llaves
y nos tratamos de querer
alumbrados
aunque sea
por un pequeñísimo mechón.
anoche
dimos el salto cualitativo:
de las piedras
pasamos a la cama.
tu cuerpo y mi cuerpo
extraños
angulosos
incapaces de comprenderse.
no no fuimos insectos transparentes
no supimos volar
hacia la perfección
quién sabe si podamos resucitar
si el después nos vuelve
si podré rehacer los imancitos
porque soy torpe rígida tal vez
pequeñoburguesa entre las sábanas
y nos faltó el valor de la inocencia
deshacernos los yo
detener los tranvías que ocupamos
y esa cantidad de cariño que nos falta.
perdóname
yo de verdad
quería comerme las galaxias.



Poema Quedó Hecho El Depósito De Ley de Raquel Jodorowsky



La mamá le decía que era su joya.
Una noche el enano comenzó a sospechar, sobre todo cuando ella le vertía oro derretido sobre el cuerpo.
El enano se hacía el dormido. Levantaba un solo párpado, pues el otro se le había quemado.
La mamá le cantaba:
Hijo reluciente de mi corazón
serás el adorno perfecto
en mi solapa de visón.
No se entendía por qué el enano se movía cada vez menos.
Hasta que un día los costados de la cama lo apretaron. Tenía unos garfios amarillos sobre el pecho y la boca llena de perlas y le era muy difícil llamar a su mamá.
Pasaba largos meses encerrado en una cajón de terciopelo.
De pronto le cegaba otra vez la luz. Lo que más le llenaba de alegría eran estos momentos, cuando su adorada mamá le pasaba una franela para sacarle brillo y luego lo prendía a su abrigo.
¡ Ah, cómo es de bello el otoño!



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