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Poema Periódico de Luis Canizal De La Fuente



No quiero ver más fotos de estropicios de guerra,
sino, a lo sumo, lo que les ha hecho el temporal
a los troncos de pino:
mandarlos crecer en bucle,
dejarlos astillados hasta media cepa
para que giman cautelosamente al acercarme
y pueda yo mecerme sobre tal cautela;
descuajarlos para que aromen a tierra humanitaria;
tronchar un fuste para que perfume
en forma de cabeza tonsurada,
un olor hemisférico a trasquileo humano.
En vez de ramas, sus sombras con que ceñir la carretera
para que vaya pulsando humanamente hacia lo lejos.
Contar la mitología metamórfica
del raigón de pino que era torso humano
y confundido fue por la divinidad
en escamosa grupa de marino monstruo
que ladraba a los pinos.

(Acabado el relato,
sueltan todos a una la leyenda
?dígase cabellera?
y me sellan el juicio largamente
con bufanda de ovas. Inefable.)



Poema Padre De Todas Las Crismas de Luis Canizal De La Fuente



(paisaje pasoliniano)

Se colmulga también en templos de la sordidez:
has de reconocerlos
por los ojos de arcadas aturdidos
que tienen en las plazas los patios de caballos
y, en sus puertas, montantes
con el cristal de medio real saltado
al modo guerra de la independencia
por turbas que convierten estaciones de tren abandonadas
en catedral del vómito en ayunas.
Entrado el sol en esos deambulatorios
todo lo hace el fervor,
la mano como garra piadosa sobre el pecho,
el rosario sonoro de las gotas pendientes,
la mirada ascendente,
la actitud recogida del cobarde,
la salida gloriosa del que huye por la puerta grande
a las afueras en que crece la hierba de la desconfianza,
anhelando a barrunto los trazados termómetro
y su camino alegre; y encontrarlo
cicatrizado por la violencia
en túmulos canela.
Desolación. Desnorte. Mirada circular,
y es sólo entonces cuando se despierta
el hedor del baldío de la tierra.



Poema Por Quitarle A La Muerte Su Soberbia de Luis Benítez



Un amor absoluto, para el que no existe
primero ni último, golpea sobre el mundo:
en el más humilde y en el más soberbio
canta la canción del hombre.
Bajo las máscaras vacías e intermedias
un amor absoluto, para el que no existe
primero ni último, resuena escondido,
más allá de los gritos
y la apretada melodía de la desesperación.
Aún más allá. Es el eje íntimo y viviente
el que canta, el que musita las palabras
como un talismán sonoro,
una pedrada en la frente
de los desmoronados mundos.
Un amor absoluto,
para el que no existe
primero ni último,
anima estos silencios,
estas ficciones que tan sólo intento
por quitarle a la muerte su soberbia.



Poema Poema Del Número Cero de Luis Benítez



Cuando la muerte señala la fibra luminosa que somos,
cómo tiembla su luz, cómo parpadea con el viento repentino,
cómo se aterra al pensar en la oscuridad, el silencio,
el dedo que elige antes, mientras las luces corren ardiendo
hacia el casi supremo resplandor, que es el número 1, antes del cero.



Poema Piscina de Luis Antonio De Villena



Con un ligero impulso la palanca palpita,
y el desnudo se goza un instante en el aire,
para astillar después en vibraciones verdes
el oro y el azul y la espuma que canta.

Desciendes un momento. Y riela en los visos
del cristal transparente el fuego que galopa
entre las ramas verdes, y es túnica
de seda que amorosa recoge la selva de tu cuerpo.

Te detienes y nadas. El fondo es tu capricho.
Como un solaz de algas que amase tu cabello
te complaces en verte por grutas submarinas.

Y al regresar al sol, nos miras en la orilla,
mientras, toda codicias sexuales, el agua
deseosa, se goza solitaria en tu cintura.



Poema Poema de Luis Antonio Chávez



Déjame embelesarme de ti
no vaya ser
que se acelere mi corazón
y tenga que refugiarme
en ese tatú
que edificaste con tu cuerpo…



Poema Para Escribir de Luis Antonio Chávez



a Jorge Ortiz

Para escrivivir el presente
trataré de revivir un pasado
como la arcilla de mi raza;
rescataré el maíz y sus arroyuelos;
callejuelas cómplices de un mañana
enquistado en los pechos…

Para enarbolar tres lirios blancos…
recorreré las cárceles, los cementerios
ríos como el sumpul que son historia
escrita en las hogueras del tiempo
porque no es fácil, Jorge Ortiz
hablar contigo de poesía, sin rememorar
viejas querellas en los sinsabores
del tiempo…

Jorge
quizá te parezcan estas frases
surgiendo entre pavesas de un cielo
que supo la verdad de los cristales
de añejas camándulas gritando al viento
porque la poesía no claudica
ni aunque en sus enaguas llevemos hogueras…

Jorge
voy a capearle tiempo al tiempo
me colgaré de la luna y en su remanso
platicaré con los dioses de mi tierra
en la búsqueda de un verbo diferente
que abra los sueños a la esperanza…



Poema Poesía Lunática Y Chingona de Luis Alfredo Arango



Guatemala tiene un río Pensativo
y otro que se tiñó de sangre…
Tiene un Volcán de Agua,
otro de Fuego
y una montaña
de huesos y cadáveres.



Poema Pitonisa Floral de Luis Alberto De Cuenca



He preguntado a las orquídeas
-dominaba el perfecto sopor del mediodía-
si tus cabellos eran sierpes
o sílabas de fuego adormecido.



Poema Pasión, Muerte Y Resurrección De Propercio De Asís de Luis Alberto De Cuenca



Sombras, Propercio, sombras, gavilanes
oscuros, imprecisos, niebla pura,
cincha, brida y espuelas. No profanes
el mástil del amor, la arboladura

del deseo, la ofrenda de los manes,
con la triste verdad de tu locura,
cosmética, veneno, miel, divanes
y el perfume letal de la lectura.

Conocerás un puente de cuchillos,
la brisa del instante, el terciopelo
remoto como el torso de una diosa.

Sudor frío de muerte, tenues brillos
de Cintia envuelta en luminoso velo,
y, al fin, la presencia de la rosa.



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