poemas vida obra marta zabaleta

Poema Lo Que Yo Más Amo de Marta Zabaleta



Tendí las arenas en tu playa
para que por tus venas pasaran mis misterios.

Tendí en mi cama
las sábanas
para escuchar el ritmo de tu cuerpo.

Tendieron las velas los barcos solitarios
se estrellaron las olas en su cansancio

Y cuando nieva
el río se silencia y vuelve escarcha

Mientras tanto
adentro mío tu mirada vive, muy intensa,
amorosa y cada vez más pura, la beso y me despiertas.



Poema Ser O No Ser Igual de Marta Zabaleta



Para la Dra Myriam Garbulsky

Ser agua
para ahogarme en tu boca
igual
que una sombra en la brizna

No serlo
comiéndome tus nieves
observando las nubes
mordiendo tus engaños.

Sentir
que tu mano se posa
en tu otra mano
y que se miran
tus manos
y que se escuchan
y se sorprenden
y se separan
para mirarme
tus manos

mientras mis manos
sedientas y asombradas
se detienen
te bordean
te destilan
te siembran
se deslizan
te encuentran
te desatan
y te aman.



Poema Saludo Austral de Marta Zabaleta



Dedicado a mi ex-alumno desaparecido Cesar Negrete

Duerme la aurora en su parrón de viento suave
la impenetrable danza de centenarias olas
entre vaivenes de cajón y nicho grave

Tejidos con tomillo y hierba buena, sus huesos
corren,
corre, corre, agoniza suave,
estrella que amordaza
y se levantan
los brazos arropados en la piedra
y con un puño crispado en la garganta
grito.

A los lejos las islas regurgitan
portentosos los cánticos de otrora
y sobre la muerte de las victimas
revueltos
el pulso el corazón al alba
se entibian
los dolores de msi alumnos fusilados

Riego su tumba sin nombre y sin estrellas
bordo su rostro de sangre y esperanza.

Tan de noble es la memoria
que no guarda
en sus recuerdos
nada mas que sus sombras
y en ese resucitar de cada flor marchita
busco un eco que recobre nuestras horas de victoria y vida nueva
y nos guarde
prendidos a su gloria.

Al pie de la tumba a las victimas de la dictadura del 11 de septiembre
de 1973, enterradas aquí en cuerpo o en ausencia.
Cementerio de Tome – 23-9-2004 – Chile



Poema Pesadilla de Marta Zabaleta



Me despertó en la noche
tremenda pesadilla
qué es lo que tengo, me dije,
¿ya no le quiero?

Susurraba una lechuza
se columpiaba una rama
habían dos pescados
y una manzana.

La noche era callada
los pescados no hablaban
la noche era estrellada
eran las seis moradas.

Me despertó un susurro
de un paladar muy rosa
la piedra en el camino
el llanto en su garganta.

La noche era temprana
y me soplaba el alba
me di vuelta en la cama
y le encontré callado

Le besé con el alma
me miró con sonrojo
me dormí enamorada
y desperté galana.

Había en el estero
un pato, un aljibe,
una ventana entera
para saltar afuera.

Había en esas pampas
consuelo de otros cielos
y en mi corazón de niña
vivía una esperanza.

Tenía brío, tenía caballos
saltaba con las trenzas
al viento despeinadas
con mi oculta delicia entre las manos.

Bailábamos las lluvias
poemas recitábamos
revisábamos lindos
vivíamos la esperanza.

Las tardes eran densas
el porvenir patraña
los libros eran
caminos en el agua.

Las noches eran largas
siempre hechas de esperas
de cuentos disfrazados
de cristal y de cera.

Los días eran cortos
poblados de acechanzas
despedazando hadas
desangrando rosarios.

La vida era verde y rosa
con fuertes tintes naranjas
el lino batía las hojas
y el girasol giraba, giraba

Mientras bajo del árbol
en mi caballo alado
recogía de cuatro pétalos
el final de mi infancia.

Susurraban los pastos
los trinos se dormían
y a lo lejos se oía
a un tren que se marchaba.

La noche era silencio
los días estrellados
cuando mi vida aun
era una pagina en blanco.



Poema Fusilaron A Mi Teddy Bear de Marta Zabaleta



26 de Marzo, 2003, 6.00am
Londres, séptimo día de la guerra.
Para el osito Sebastian

Dos hombres
vestidos de amarillo
sin pecho y con medallas le dispararon
en el aire estalló hecho pedazos.
Lo había escondido dentro de una maceta, debajo de una planta de menta
pero le capturaron en el patio de casa
cayó despedazado.
En la vereda de enfrente tres niños nos miraban
mi abuelo, mi padre, mi marido, y ninguno hizo nada
pero mi suegro lloró
cuando mi osito murió descuartizado.
En mi jardín es primavera y el rosal está cubierto de hojitas
que transpiran sangre y petróleo iraquí. En mi cama hay velorio
porque a mi teddy bear ayer lo destriparon
Dos hombres con uniforme
lo habían violado
en Chile en un estadio
antes de que un cónsul argentino le rescatara:
cruz, familia y partido lo decretaron
inservible, y murió repudiado.
En la plaza de Castelli en Buenos Aires se columpiaba
cuando dos metralletas se le acercaron. Ni protestó siquiera
pues ya del miedo y para entonces
había perdido el habla. Partió para Europa con asiento pagado
aterrizando en Río y en Madrid, ya refugiado
cuando con balas verdes en Londres lo perforaron.
Tenía mi osito chileno lana de oveja mapuche y ya la trompa toda
desarmada de besos, sombrero de payaso y una bufanda celeste y blanca,
tejida por mis manos
para salvarlo de las nieves de Glasgow.
Pero era todo aserrín cuando estalló en pedazos.
Guerras de golpes, golpes de guerras: ya por fin ′liberado′
su sonrisa se escondió en el sol cuando le apuntaron
y con su amor calienta
esta mañana.
Pero al sol: ¿nunca irán a matarlo?



Poema Desenlace de Marta Zabaleta



Voy buscando
huracanada y ola
bebiendo del vacío
como en mi sombra y sola
castañuela de suspiros
coros de abuelos
transparente en mi anhelo
buscando ese presagio
en otros cielos.



Poema Apostasía De La Pérdida De La Lujuria: Di Tu Renuncia Y Vuela de Marta Zabaleta



para Alejandra

Mírate
en el espejo de las horas
desnúdate
en el centro de una plaza
antójame
como un zorro a las uvas
suéname
toda vestida de arcángel
simbolízame
sin un pan bajo del brazo
sublimízame
en espacios militantes
y luego
desnúdate
y ámame.

Serás ese rió que renace en las piedras ya agotadas, manantial de temprana cordillera, una azucena del alba, el perejil de mis males, tormillo y harina tostada, lechuza de temporada, medialunas con tostadas, tango de la barra brava. Amor, mi amor, te estoy esperando, como el ñandú a la pava. Te haré cepillo de la espuma, limpiaré la historia como alguien que la engrasa, y en un castillo de naipes, habrá un plumero gigante: te veré detrás del agua, no gozarás mucho en tu cama, porque estarás conmigo siempre, soñando junto a la parva o para el caso, gigante, envueltito entre mis sábanas, restinga de las vaginas que callan.





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