poemas vida obra m

Poema Mi Quijote de Julio Torres Recinos



Pienso en ti
y entretanto
deambulo por las
marchitas periferias
de un poema.

Aguijoneo mi
quijote
y la ilusión
se eleva
o se pierde
o te encuentra
entre las
perdidas
puertas
viendo pasar los pájaros,
embistiendo
esa distancia
en la que
me diluyo
por alcanzarte.



Poema Marina de Julio Leite



Madre,
tu gran ojo
de cíclope gatuno
me incita
a abrazarte
con su guiño
de pestañas albinas.



Poema Mar Sin Ana de Julio Leite



Todo se mueve,
el cielo se estira,
se achica,
se anuba…
el mar no descansa,
sus negros,
sus verdes,
sus azules
se mezclan
en espuma de espera.
?Soledad salada
como estas lágrimas?
la plataforma se mueve…
Sólo mi corazón
está callado…
duerme un beso tuyo.



Poema Manifiesto de Julio Leite



No creo en los grandes
hacendados de la poesía,
en los latifundistas de la tinta.
Creo
en el ovejero de las letras,
que con los perros rigurosos
de las situaciones cotidianas
van transhumantes
con su piño de ideas
afrontando cuero al cielo
la palabra,
para darnos abrigo.
Ellos son los que saben
que no es cuestión
de esperar la esperanza,
sino de ganarla.
Los arquitectos de la literatura
que sigan con sus escuadras,
compases y balanzas.
Nosotros,
?peones constantes?
a fuerza de imagen
construiremos
la justa casa del hombre.



Poema Misticismo Del Módulo Lunar de Julio Iraheta Santos



Caigo sobre tu orquídea virgen.
De polen estelar tienes los pómulos cubiertos.
Alguien dijo que habías muerto para el canto
y en realidad comienzas a vivir.
Hoy el frío mundo te gozará en el sueño del salmista.
Desde tu rostro el cielo crecerá más hondo
y el hombre sentado en tus rodillas
meditará y soltará una lágrima indefensa.

1969



Poema Mis Poemas de Julio Iraheta Santos



Mis poemas de cafeína y de limón
Mis rumiantes poemas
que no tienen un solar donde pastar
Mis rucos poemas de bluejean y camisas desteñidas
que viven exiliados en su propio territorio
o que apenas alcanzan la viñeta
de piedrecillas lanzadas con audacia
sobre las ondas de los ríos sucios
Mis poemas sentimentales y cabrones
toda una contradicción entre lirismo y burla
entre trabajo de garlopa y un desorden de loco
No me gusta mirar el reloj cuando escribo
ese tirano que me persigue día y noche
para que yo no diga nada
y que me haga el maje con mi jaqueca existencial
Mis poemas no son tontos
y se manifiestan con libertad
sin pensar qué dirá don fulano
o si el pulpo de la ideología
me dará una palmada en el hombro
Lo importante es que salgan y los escuchen mis hermanos
adormecidos por la monotonía de la ciudad
Lo principal es que los atienda yo
y les aplauda frente al espejo
y que algunas veces los estremezca con lágrimas
Mis poemas son esos gatos de barrios enlunados
que se resisten a morir en la basura
y que mejor se toman los tejados
para decir su serenata.



Poema Maestra Vieja de Julio Iraheta Santos



Para Ligia

Adusta y noble traza con su lápiz
sus cuadrículas llenas de ternura
Más que una informadora es una madre
que pule el sentimiento de los niños

Maestra vieja de encaladas sienes
la miro iluminada como un rezo
como una sabia que destila huellas
para que los cachorros no se pierdan

En el aula trabaja y sigue en casa
diseccionando libros y horizontes
Prepara el pasto para sus corderos

Es un milagro si le dan buen sueldo
La estrella de su vida siempre brilla
porque nació para alumbrar caminos

1997



Poema Mística de Julio Florez Rea



Cuando bajo la comba de la nave,
del vasto templo, rezas con fervor,
y tu oración se eleva, como un ave,
del órgano al gemido vibrador,

desde un rincón oscuro te contemplo,
fijos los ojos en el viejo altar,
en tanto que en los ámbitos del templo
el órgano parece sollozar.

Mientras se va tu espíritu del mundo,
de la infinita claridad en pos,
exclamo a solas con dolor profundo:
¡ah, si me amara a mí… como ama a Dios!



Poema Mundonuestro de Julio César Aguilar



Del niño que respiró en mí
alimentado de mi sangre
y con mis huesos protegido,
de ese solo niño
criatura amarga,
no sé exactamente
si algo de su ser
perdure aún, invicto
en su catástrofe de miedo.
En realidad, me sobrevive
su mirada, relámpago furioso
partiendo en más de dos mi nombre.
A través de sus turbulencias imágenes
sueño lo que él mira, deseo
lo que su pensamiento imagina.
(Ese que canta soy yo.
El que conjura con sus versos
el desenfreno agrio de la locura,
enclaustrado en su atalaya de muerte
esperanzada.)

No. No ha muerto y no morirá.
Lo sé ahora, cuando descubro
que erige nuestro mundo desde sus sílabas
de cataclismo y fuego.



Poema Medianoche de Julio César Aguilar



Los pensamientos, hoy perdidos,
en la eternidad de mi noche
buscan su cauce, su destino.

Llega de unos gatos la cópula
de lejos hasta mis oídos.
Ya por debajo de las sábanas
más helado se vuelve el frío.
A través de un terco reloj
muy lentamente me aproximo
a los latidos del silencio
más rotundo y definitivo.
Custodiando en la oscuridad,
antiguos fantasmas amigos
con su pasado ríen-saltan:
dan un salto desde el olvido.

Entonces enfrento la noche
armado de mí, de mí mismo,
y empiezo después a escribir…



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