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Poema Madrigales (i) de Lil Picado



Puñados de avena tiro al aire,
amapolas al fuego,
desde que te he visto, amado;
la dulce ranciedad del higo pruebo,
y gimo,
y sorbos de agua bebo.
Y río y canto
y danzo hasta morir,
y me deleito
de la tierra que piso,
y todo es a mi voz
sonido y eco;
y loca me euforizo
y palidezco.
Aspiro todo el musgo
del sendero,
y las fuentes sombrias
merodeo
buscando, amor,
el tiempo
de saciar mi esplendor
bajo los chorros frescos.
Sólo trinos y piares desayuno,
y me trenzo guirnaldas
en las crenchas y el cuello;
y me perfumo con néctar y tomillo,
y me froto laureles en los senos.
Y me engalano el alma
de centeno
y del pubis
de misterios,
y de silbos las llagas
del corazón me siembro…



Poema Madrigal Lento de Leopoldo Panero



Te haces al deshacerte más hermosa,
lo mismo que en la nieve derretida,
bajo su tersa limpidez dormida,
el tiempo, vuelto espíritu, reposa.

Te haces tan dulcemente tenebrosa,
lago de mi montaña ensombrecida,
que en tu quietud recoges hoy mi vida;
mi ayer que a mi mañana se desposa.

Igual que ayer cantaba a mi montaña,
hoy a ti, mi honda paz, mi nieve viva,
mi muerte atesorada en la costumbre

canto, mientras tu tiempo te acompaña,
oh, clara compañera fugitiva,
hacia el desnudo mar desde la cumbre.



Poema Mutis de Leopoldo Maria Panero



Era más romántico quizá cuando
arañaba la piedra
y decía por ejemplo, cantando
desde la sombra a las sombras,
asombrado de mi propio silencio,
por ejemplo: «hay
que arar el invierno
y hay surcos, y hombres en la nieve»
Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde
las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea,
y empiezo a dudar que sea cierta
la inmensa tragedia
de la literatura.

«El que no ve» 1980



Poema Marqués De Sade de Leopoldo Maria Panero



Murió en Sicilia, a la edad de veintisiete años¹
un nombre y la apariencia de un cuerpo
(sin alma en el cuerpo moría en juego rojo
espuma por la boca, húmedos sonidos
y una calavera presa entre las sábanas
el tema punzante resistiendo a la palabra
y expresado como silencio, como vacío en el texto
hinchazones, crepúsculos sobre la cama
mientras se desvanece el falo en una embriaguez de plomo.

¹«Murió en Sicilia a la edad de veintisiete años», Cavafis

«Teoría» 1973



Poema Mi Pobre Amor Se Está Yendo.. de Leon De Greiff



Mi pobre amor se está yendo…
yo me quedaré llorando…
La lluvia, leve, cayendo;
una nube, allá, glisando…

Mi pobre amor se está yendo.

Lejos, muy lejos!, soñando
la dulce amada, y tejiendo
su ilusión, me va matando…
Mi pobre amor se está yendo…

¿Qué pasa, que nada entiendo?
Qué pena se va a acercando?

La lluvia, leve, cayendo…
Una nube, allá, glisando…
La dulce amada tejiendo
su ilusión, que voy matando!

Mi pobre amor se está yendo…
Yo me quedaré llorando!



Poema Más Breve de Leon De Greiff



No te me vas que apenas te me llegas,
leve ilusión de ensueño, densa, intensa flor viva.

Mi ardido corazón, para las siegas
duro es y audaz…; para el dominio, blando…

Mi ardido corazón a la deriva…
No te me vas, apenas en llegando.

Si te me vas, si te me fuiste…: cuando
regreses, volverás aún más lasciva
y me hallarás, lascivo, te esperando…



Poema Monólogo Interior De Rilke de Lauren Mendinueta



(Pensando en Magda Hingtinberg, París, Invierno de 1917)

Le nombré el dolor de los sentidos
De cómo su aparición supera toda presencia
Le hablé de paisajes que ella ha transformado
En música
Le confesé por escrito que yo ya no soy
Aquel joven que ella admira
Si pudieran los sentimientos esquivar
El peligroso camino de las palabras…
Si hubiera sido músico…
También la música es una sombra sin contrario
El cielo es grandioso y mis ojos
No alcanzar a ver más allá de las nubes
Estoy obligado a dar la cara
A imágenes que no percibo
El mundo como la estupidez es inagotable
En lo más propio de mí mismo
Donde sólo Dios ha estado
Conservo un trozo de usted Magda

(Del libro inédito: Autobiografía Ampliada)



Poema Más Acá O Más Allá de Ketty Alejandrina Lis



No sirven unos huesos frágiles de sostén seguro
ni sostiene la fragancia indómita de la hoja de laurel
la brisa ausente.
¿En qué sitio del no ser
se alojarán esos mínimos segundos
en que es posible volar veloz como los pájaros
de la cornisa al suelo?
Más acá o más allá
el tordo negroacero anuncia
la armonía de decir oh Dios
en la plácida belleza de sus trinos.
Su canto varía de vez en vez acá
o más allá
a modo de lluvia discontinua
aunque oh Dios
haya sonado casi siempre igual a la palabra odio
áspera igualdad
en la desdichada intimidad del ser humano.
El camino se despide en algún momento de los sembradíos
y recién ahí se le da por descubrir
la grácil sencillez del girasol besando con fervor la tierra
devolviéndole en los giros sus semillas.
El cristal
no necesariamente es quebradizo
sí frágil aunque sostenga la fragante calidez del vino
madurado en un tonel que vive en la humedad oscura de las cavas
porque por él se ha suicidado un roble.
El odio oh Dios contamina el suelo y todo cuanto toca
no la fugaz sensualidad del vino
el odio mata por el obsesivo poder de la ilusión
o las ruinas que el no poder nos deja.
Si el motor de la historia para Kant
es la libertad del hombre
¿en qué consistirá la liberación en la historia personal
más allá
mucho más allá donde lo absoluto equivale a todo o nada
si voláramos volátiles y veloces como pájaros
hacia un espacio sin espacio
ni tiempo
dejando más acá
un cuerpito quieto y un charquito de recuerdos en el piso?
El talismán que garantiza el alma de los sueños
se encuentra navegando a la deriva
¿nada perdura todo se dispersa
o toda dispersión se dirige a lo infinito?
Un corazón abierto no obstante es su seguro muelle
un corazón que es sangre
es latido
es ruego
desamparo.
Quizá por eso un gato de Cheshire aún dormita
de este lado desquiciado del espejo
quizá por eso se sigue con obcecación buscando
el destello que proclama el punto
donde mágico aparece el arcoiris.
Ahí
nos espera el cofre repleto de monedas de belleza y oro
que al tocarlas se transforman en estrellas
nos liberan
y como si cumplieran con leyes inmutables
girando al ritmo de cierta melodía que solo ellas escuchan
van formando con cada movimiento
las coordenadas que indican el extraño sitio
en el cual es posible armar en ramillete
tal que puede armarse
con esas margaritas que libres nacen en el campo
una inmensa piedad por las cosas fugitivas.



Poema Madrugada de Ketty Alejandrina Lis



Un cierto día de marzo
nació
la opacidad de un río subterráneo.
Un globo iluminado bajó hasta la pradera
recorrió palmo a palmo los ríos y los lagos
y en el medio del monte como si fuese un dios
se acomodó el anciano.
Después de mucho andar
vertió gotas de vida en la semilla
hizo un secreto cálculo de cara al horizonte
para zarpar el viento fue propicio
y sin decir adiós se ha evaporado.
Hoy
un raro punto ígneo se reflejó en el agua
a un trazo iluminó la mansa y dulce manzanita de cristal
saltó luego hacia mí
se acomodó con gracia hacia el costado izquierdo de la mesa
y yo
absorta
miré su último destino en la vara que sahumeria.
Una figura transparente parece estar de pie
inmóvil
sobre una piedra hermosa en su pureza
ella se dibujó de golpe y si se observa bien
es una pira
aunque no se consume
no
mira en silencio
se expande en un deseo doloroso de profundo abrazo
llora en silencio
y en silencio espera.
Y he aquí mi queja
anciano que vienes caminando de un lugar
y te vas sin decir adiós quién sabe dónde
nadie al entrar por la puerta de las lágrimas nos dice
que el número de la blancura es uno
y uno también el cuenco de azabache que nos mece.
¿Quién
di quién maltrata sin piedad las ramas
quién no protege los capullos?
De este lado del estanque hubo dos
ahora hay uno
la trama con el tiempo siempre escaso
ya no saben jugar en otro espacio
que en imagen dudosa
a distancia.
Bajo la arcada
una carta aunque breve
se obstina en presenciar la ausencia
de hoy
que no es precisamente miércoles de cenizas
pero Tom tose acodado en la ventana
el muelle es un timbal que percute en las olas
no hay derecho
no hay derecho me digo
más que despierta insomne
casi a las seis de la mañana.
Algunas chimeneas están con su bocaza abierta
son incontables las ventanas de los edificios
y no sé por qué
firme y sólido aquí sigue el destello.
Di anciano
¿la persona que no duerme esta noche
como yo no duermo
será un enfermo de absolutos en un mundo sano
o un ser sano buscando lo absoluto en un mundo enfermo?
La niebla se ha expandido por la casa
diez pisos más abajo alguien silba
diez pisos más arriba alguien
el cuerpo calcinado
no sabe en cuál de los armarios se ha desintegrado el sol.



Poema Mi Calle de Justo Braga



Vivo en una calle
con nombre de Académico
mundano,
pero fino.
Arriba,
en la azotea,
anidan todavía
sus versos
que jamás he leído.



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