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Poema Mundo Hueco de María Cristina Azcona



De lo profundo llega débil ruido
(Oro en polvo volátil, leve vida.)
La vista abajo como desvaída
De este hombre, fuego fatuo engreído.

Mordiendo el odio rueda enardecido.
Por una pendiente se va en caída.
Existe el consejo pero desoído.
Hay conciencia pero está dormida.

Retumban guerras de dolor constante,
¡Qué idea hueca en cerebros vacíos!
Algo de locas y algo de ignorantes.

Digamos basta y le pongamos brío,
Que de portarnos mal ya fue bastante
Y que el Bien gobierne a nuestros albedríos.



Poema Me Lancé A Tu Nombre De Hombre de Margarita Carrera



Me lancé a tu nombre de hombre
a los cuatro puntos cardinales
de tu sombra
a tu imagen que golpea
día a día
la luz inconmensurable de mi tiempo.

Tristemente hermosa
permanezco en tu puerto
ardiente bajo tu cuerpo
desierta
sin orillas
viva y persistente
en mi sangre de mujer.



Poema Madrugada de Margarita Carrera



Has recorrido
en madrugada insomne
cada uno de tus infiernos.

Callas. Vociferas
y callas
en tres tiempos
que son uno
en trinidad
de absoluto silencio.

Te desdices
y te acabas
lentamente y lentamente.

Eres pasto
de un Dios ciego
que te roe
en seco sabor de hueso.



Poema Manjar De Cebollas de Márgara Russotto



Se hace el almíbar como siempre
y así que esté pronto
desde lo alto se le añade
con displicencia
una flor de mantequilla
y ya en su punto se le chan huevos con clara y todo todo
bien batido
y hervir fuerte
y en lluvia fina rociarle pasas
cacahuetes
y poner sobre mamón con sus fragancias
y al aire un tantito se refresca
y así se ve an la mesa tan alegre
que siempre es un pecado el primer mordisco

y se come en paz viendo a lo lejos
con una jarra de agua de azahar

y una astillita de canela



Poema Momentos de Marco Fonz De Tanya



Vuela y pregunta a San Francisco de Asís
si su amor perdona
las ansias de la sangre
los desvelos de la carne
la premura de su instinto.



Poema Mis Hermanos Se Fueron Poco A Poco de Marco Antonio Campos



Mis hermanos se fueron poco a poco:
se llevaron la casa, la mujer, la calle al hombro,
el oro más soñado y no la infancia.
¿Qué hacía yo, en tanto, qué diablos dió mi pluma?
Me puse a dibujar en los cuadernos
las mujeres más bellas de la tierra
que sólo lloraban en mis versos.
Mi vida fue en las letras, no en la vida.
Desconfié del amor, de la amistad, de la experiencia;
viví ciego entre idiotas e inocentes.
Mi sueño fue pasto de los perros,
mi ternura una llama como llaga

A falta de la vida la he inventado;
a falta de un padre he sido el hijo;
a falta del hijo soy la ruina.



Poema Misterios Gloriosos de Manuel Ponce



LA RESURRECCIÓN

Vuelva la muerte a su fosa
después que en la sombra inerte,
luchando en lid silenciosa,
rompió capullos de muerte
invencible mariposa.

LA ASCENSIÓN

¿Por qué, domador de azares,
vuelves a tus patrios lares
y a la paz donde te subes,
siendo pescador de mares,
te haces pescador de nubes?

LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO

Amor, no te conocía,
ni tampoco te creía,
hasta que tu fuego, amén,
me ha consumido recién,
¡y quién sabe todavía!

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN

La rosa que tiene imán
en el más alto desvelo
gira entornada hacia el suelo
buscando, si se lo dan,
lo que le faltaba al cielo.

LA CORONACIÓN DE MARÍA

El mar, un difuso toro,
el aire, una cuerda fría,
la tierra un libro de oro,
y todo junto es un coro
para cantar a María.



Poema Mi Ángel de Manuel Maria Flores



¡Oh! niña de mis sueños,
tan pálida y hermosa
como los lirios blancos
que besa el Atoyac;
tú la de mis recuerdos
imagen luminosa,
el ángel cuyas alas.
tocáronme al pasar;
perdona, dulce niña,
perdona si mi acento
temblando, de mi alma
levántase, hasta ti;
pero tu bella imagen
está en mi pensamiento
no sé ya desde cuándo…
quizá desque te vi,

Desde que vi tus ojos,
tus ojos de querube,
tus ojos en que el alma
se abrasa de pasión;
y desde aquel instante
otra ilusión no tuve
que darte con mi vida;
mi altivo, corazón.

Si apenas te conozco
¿Por qué te quiero tanto?
¿por qué mis, ojos ávidos
te buscan sin cesar?
¿por qué en el alma siento,
tan tétrico quebranto!
cuando tu rostro de ángel
no puedo contemplar?

¿Por qué sueño contigo
y en, ti, tan sólo pienso?
¿por qué tan dulce nombre
me llena de emoción?
¿por qué se abrasa mi alma
en este amor inmenso,
si apenas te conozco,
mujer de bendición?

No estás ante mis ojos
y por doquier te miro;
conmigo, va tu sombra
por dondequier que voy.
Escucho tu pisada,
recojo tu suspiro,
y velas a mi lado,
cuando, dormido estoy.

¿No sabes tú, no sabes,
mujer, que te amo tanto
cuanto, sobre la tierra
el hombre puede amar?
¿Que diera mi existencia
por enjugar tu llanto,
que diera… hasta mi alma,
tus plantas por besar?

Y si tuviera un mundo,
un mundo te daría;
y si tuviera un cielo,
lo diera yo también,
porque me amaras tanto,
mitad del alma mía,
que alguna vez sintiera
tus labios en mi sien…

No sientes cuando cierra
tus ojos celestiales
el ángel de los sueños
con su ala sin color,
no sientes que mi alma
sobre tus labios rojos
derrama un mar de besos
con infinito amor…?

Sé, niña, del poeta
la inspiración bendita,
la virgen de mis sueños,
la fe del corazón;
sé mi ángel, sé mi estrella,
la luz que necesita
mi espíritu sediento
de amor y de ilusión.

Extiende cariñosa
sobre mi sien tu velo;
bajo tus alas blancas
de ti camino en pos,
tu luminosa huella
me llevará hasta el cielo:
te seguiré, mi ángel,
para llegar a Dios.



Poema Música Di Camera de Manuel Machado



Ya galantes no más y delicados
madrigales haré -para las flores
y las mujeres-, sobrios de colores
y vagamente estilizados.

Pintaré la preciosa
gota de sangre, roja como guinda,
en el pétalo rosa del dedo de Luscinda,
al coger una rosa.

O diré los alegros
(silenciosos y ardientes)
de las niñas de los ojos,
de las niñas de los ojos negros…
Y charlaré como las fuentes…

Consuelo,
tu nombre me sabía
igual que un caramelo.

¡Qué pobre
soy desde que me falta
el oro de tu pelo!…

Tus ojos
azules no me miran,
y para mí no hay cielo…

¡Consuelo!



Poema Misterio de Manuel Machado



En sueños te conocí,
y, del amor peregrino,
he adivinado el camino
para llegar hasta ti.
Tras de aquel sueño corrí
con el dulce y loco empeño
de ser tu esclavo y tu dueño…
Pero aún tú no me contaste
por qué camino llegaste
a penetrar en mi sueño.



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