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Poema La Grotesca de Luis Raúl Calvo



La Grotesca sufre en las piedras de cianuro.

Arrojadas al fuego, abatidas por la furia

de cerebros desahuciados

son el polvo de la bruma.

La mansedumbre abraza los cabellos del ángel

besa sus alas de ciruela y se recuesta

en las costillas del demonio.

De tanto en tanto nos vemos como somos

desplazando el filo del cuchillo

en la crueldad de la madrastra.



Poema La Estrechez Del Mundo de Luis Raúl Calvo



En el límite de todo, tú adorada mía

ahora que la sal del hierro no corroe

los ligamentos del esperma, vienes a mí

blanca, etérea, elevando tus ojos rojizos

por las gargantas del océano.

Condenado amor, la estrechez del mundo

se interna en los mares ultrajados

allí donde la luz del ciego y las camas

de alquitrán ya no alcanzan para contener

la esclavitud de los siervos.

Bella amante de fin de siglo, tu mirada

me precipita al abismo y así permanezco

acosado por la esclerosis de los cuervos

que soplan en mi nuca una sentencia

de antiguas verdades.

El hechicero que besó la horca por última vez

aplaudiendo a su verdugo, las calaveras de trapo

galopando en los caballos de la muerte

y ese terror acumulado en la falsa renguera

del enano mestizo.

Esta visión endemoniada de las cosas

es la furia reflejada en tus caderas de agua

hoy, que los muros han caído y las alcobas

muestran su miseria de lana

estamos juntos en la región deshabitada del fuego.



Poema El Grito de Luis Raúl Calvo



Hemos visto noches de miradas eternas.

Los crucifijos esperan el reencuentro con sus dioses.

Mañana es posible.

Las ciénagas han muerto de frío a la intemperie.

Ahora, tus ojos no vacilan en el llano.

Las comadres enlutecen de rubor

cuando el grito quiebra nuestros huesos.

Respirar en la brasa es comenzar de nuevo

la vigilia del beso demorado.



Poema Dama Viajera de Luis Raúl Calvo



Hay distintas formas de ver pasar la vida
de contemplar lo bello o lo siniestro
que ha quedado perpetuado en algún sitio.
Son esas marcas, espejos de otros tiempos
que vuelven a la memoria y nos recuerdan
que una ciudad también carga con una cruz
en sus espaldas.
Es el peso de la historia
de las batallas aún pendientes
estigmas que nos acompañan estemos
donde estemos.
Como esa dama viajera, que ama a un hombre
pero que de tanto en tanto necesita cruzar
el corazón de Buenos Aires.



Poema Crimen Pasional En La Calle Tres Arroyos de Luis Raúl Calvo



Son las dos de la madrugada de un lunes cualquiera
Hace treinta y dos años en la calle Tres Arroyos
un inesperado crimen nos recordaba que también
se mata por pasión.
Las crónicas oficiales sólo reseñaron
los celos enfermizos del autor de la tragedia
pero nada dijeron de la consternada Laura
la desdichada enfermera que aceptó consumar
aquel ritual con su despiadado amante.
¿Quién fue la víctima y quién el victimario
en la gélida noche del 4 de julio?
¿Qué se perdió en esa nocturna ceremonia
pactada de antemano?
Los cuerpos de ambos tomaron rumbos distintos
pero nada diferencia a una cárcel de un morgue.
Tal vez ella repose en paz junto a sus muertos
quizá él todavía continúe atormentado
por la traición de esos labios que tanto deseaba.
Debe ser verdad aquello de que el amor y la muerte
tienen un mismo destino.



Poema Casa Tomada de Luis Raúl Calvo



Es la historia de siempre, los intrusos

se apoderan hasta de nuestros miedos

más infantiles.

Nada dejan librado al azar.

La consumación del sueño, el asesinato

de Trenton deslizado en la silla vacía

del primer morador, las constelaciones

de los primitivos enamorados

que alguna vez pernoctaron por las

raídas habitaciones.

Por allí no pasaron ni arquitectos

de medio pelo, ni ingenieros con la

lengua doblada por el derrumbe

del edificio contiguo

ni la mano de obra desocupada

por las atroces muertes del pasado.

Alguien se equivocó de paradero y confundió

la humedad de los cimientos con la barrendera

de trenzas doradas, la ironía del tuerto

con los rojos zócalos de la intemperie

la pasión del amor con la seguridad del hastío.

¿Quién es quién en este desamparado

aguantadero

sin rosas ni madreselvas para ofrecer

a las visitas hospitalarias?

De algo estamos seguros: no habrá abogado

capaz

de aplicar la consabida ley de desalojo.

Si han tomado la casa, es hora de partir

hacia otro lugar.



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