poemas vida obra luis de gongora

Poema A Júpiter de Luis De Gongora



Tonante monseñor, ¿de cuándo acá
Fulminas jovenetos? Yo no sé
Cuánta pluma ensillaste para el que
Sirviéndote la copa aún hoy está.

El garzón frigio, a quien de bello da
Tanto la antigüedad, besara el pie
Al que mucho de España esplendor fue,
Y poca, mas fatal, ceniza es ya.

Ministro, no grifaño, duro sí,
Que en Líparis Estérope forjó
(Piedra digo bezahar de otro Pirú)

Las hojas infamó de un alhelí,
Y los Acroceraunios montes no.
¡Oh Júpiter, oh, tú, mil veces tú!



Poema A Juan Rufo, De Su Austríada de Luis De Gongora



Cantastes, Rufo, tan heroicamente
De aquel César novel la augusta historia,
Que está dudosa entre los dos la gloria
Y a cuál se deba dar ninguno siente.

Y así la Fama, que hoy de gente en gente
Quiere que de los dos la igual memoria
Del tiempo y del olvido haya victoria,
Ciñe de lauro a cada cual la frente.

Debéis con gran razón ser igualados,
Pues fuistes cada cual único en su arte:
Él solo en armas, vos en letras solo,

Y al fin ambos igualmente ayudados:
Él de la espada del sangriento Marte,
Vos de la lira del sagrado Apolo.



Poema A Juan De Villegas, Alcalde Mayor De Luque, Por Don Egas Venegas, Señor De Aquella Villa de Luis De Gongora



En villa humilde sí, no en vida ociosa,
Vasallos riges con poder no injusto,
Vasallos de tu dueño, si no augusto,
De estirpe en nuestra España generosa.

Del bárbaro ruido a curïosa
Dulce lección te hurta tu buen gusto;
Tal del muro abrasado hombro robusto
De Anquises redimió la edad dichosa.

No invidies, oh Villegas, del privado
El palacio gentil, digo el convento,
Adonde hasta el portero es Presentado.

De la tranquilidad pisas contento
La arena enjuta, cuando en mar turbado
Ambicioso bajel da lino al viento.



Poema A Fray Esteban Izquierdo, Fraile Francisco, En Agradecimiento De Una Bota De Agua De Azahar Y Unas Pasas de Luis De Gongora



La Aurora de azahares coronada,
Sus lágrimas partió con vuestra bota,
Ni de las peregrinaciones rota,
Ni de sus conductores esquilmada.

De sus risueños ojos desatada,
Fragrante perla cada breve gota,
Por seráfica abeja fue devota,
A bota peregrina trasladada.

Uvas os debe Clío, mas ceciales;
Mínimas en el hábito, mas pasas,
A pesar del perífrasis absurdo.

Las manos de Alejandro hacéis escasas,
Segunda la capilla del de Ales
Izquierdo Esteban, si no Esteban zurdo.



Poema A Francisco De Quevedo de Luis De Gongora



Anacreonte español, no hay quien os tope,
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.

¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?

Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego.



Poema A Doña Catalina De La Cerda, Dama De La Reina de Luis De Gongora



Tres veces de Aquilón el soplo airado
Del verde honor privó las verdes plantas,
Y al animal de Colcos otras tantas
Ilustró Febo su vellón dorado,

Después que sigo (el pecho traspasado
De aguda flecha) con humildes plantas,
(¡Oh bella Clori!) tus pisadas sanctas
Por las floridas señas que da el prado.

A vista voy (tiñendo los alcores
En roja sangre) de tu dulce vuelo,
Que el cielo pinta de cient mil colores,

Tanto, que ya nos siguen los pastores
Por los extraños rastros que en el suelo
Dejamos, yo de sangre, tú de flores.



Poema A Doña Brianda De La Cerda de Luis De Gongora



Al sol peinaba Clori sus cabellos
Con peine de marfil, con mano bella;
Mas no se parecía el peine en ella
Como se obscurecía el sol en ellos.

Cogió sus lazos de oro, y al cogellos,
Segunda mayor luz descubrió aquella
Delante quien el Sol es una estrella
Y esfera España de sus rayos bellos.

Divinos ojos, que en su dulce Oriente
Dan luz al mundo, quitan luz al cielo,
Y espera idolatrallos Occidente.

Esto Amor solicita con su vuelo,
Que en tanto mar será un arpón luciente
De la Cerda inmortal mortal anzuelo.



Poema A Don Pedro De Cárdenas, En Un Encierro De Toros de Luis De Gongora



Salí, señor don Pedro, esta mañana
A ver un toro que en un Nacimiento
Con mi mula estuviera más contento
Que alborotando a Córdoba la llana.

Romper la tierra he visto en su abesana
Mis prójimos con paso menos lento,
Que él se entró en la ciudad tan sin aliento,
Y aún más, que me dejó en la barbacana.

No desherréis vuestro Zagal, que un clavo
No ha de valer la causa, si no miente
Quien de la cuerda apela para el rabo.

Perdonadme el hablar tan cortésmente
De quien, ya que no alcalde por lo Bravo,
Podrá ser, por lo Manso, presidente.



Poema A Don Luis De Vargas de Luis De Gongora



Tú (cuyo ilustre, entre una y otra almena
De la Imperial Ciudad, patrio edificio
Al Tajo mira en su húmido ejercicio
Pintar los campos y dorar la arena),

Descuelga de aquel lauro enhorabuena
Aquellas dos (ya mudas en su oficio),
Reliquias dulces del gentil Salicio,
Heroica lira, pastoral avena.

Llégalas, oh clarísimo mancebo,
Al docto pecho, a la süave boca,
Poniendo ley al mar, freno a los vientos;

Sucede en todo al castellano Febo
(Que ahora es gloria mucha y tierra poca),
En patria, en profesión, en instrumentos.



Poema A Don Fray Pedro González De Mendoza Y Silva, Electo Arzobispo De Granada Muy Mozo de Luis De Gongora



Consagróse el seráfico Mendoza,
Gran dueño mío, y con invidia deja
Al bordón flaco, a la capilla vieja,
Báculo tan galán, mitra tan moza.

Pastor que una Granada es vuestra choza,
Y cada grano suyo vuestra oveja,
Pues cada lengua acusa, cada oreja,
La sal que busca, el silbo que no goza,

Sílbelas desde allá vuestro apellido,
Y al Genil, que esperándoos peina nieve,
No frustéis más sus dulces esperanzas;

Que sobre el margen, para vos florido,
Al son alternan del cristal que mueve
Sus ninfas coros, y sus faunos, danzas.



« Página anterior | Página siguiente »


Políticas de Privacidad