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Poema Textraño de Juana Rosa Pita



Ahora como entonces
todo es cercano cuando estamos juntos:
besables las magnolias y los mármoles,
propicia confidencias
el agua, y la Puerta del Cielo
mester de acceso a Dios, no monumento.

Qué otra historia podría desear
gozando en un perímetro de abrazo
plaza de arte, jardín, nostalgia, sueños.
(Sabes que no adolece de metáfora
lo que es reminiscencia).

Y en tu ausencia me siento
estatua aquí en lo alto de otra plaza:
réplica solitaria de mí misma
como el David: privada de Florencia
y dando fe de Giotto
lejano campanario.



Poema Sorbos De Luz (del 1 Al 15) de Juana Rosa Pita



1

Entre nuestras ciudades
transita día y noche
la caravana de la estrella.

2

Al ver de nuevo el sol
hoy quise saludarlo,
pero mi voz se había hecho añicos.

3

Ciertos bosques del Norte
se han vuelto migratorios
como los mitos y los cóndores.

4

Que te diga un pincel
el color de nuestra alegría
antes del desarraigo.

5

Mi poema es el dedo
apuntando a la luna
que se mueve a tu alrededor.

6

Y somos nada menos que eso
que quiere la poesía
decir siendo indecible.

7

Hacer por Cristo lo que el Zen
por Buda: liberarlo
de teologías, serlo.

8

Aun el mármol cede al designio
de un beso recurrente.
Pero toma milenios.

9

Trazar un mapa del amor
es hacerlo vasallo
del espacio y el tiempo.

10

La mujer que no cría
el tercer seno es incapaz
de alimentar a Dios.

11

Como deja la red
el pescador bajo el crepúsculo
soltaré mi poema.

12

No hay exilio temible
para quien es maestro
en llevar paisajes a cuestas.

13

La isla ya no tiene
palabras que la digan:
se ha vuelto una chispa de amor.

14

¿Con qué se cura el hombre
cuando el tronco del eucalipto
tirita de calor?

15

Poesía es el país
donde el amor consiente
la mediación de la palabra.



Poema Sorbos De Luz ( Del 16 Al 30) de Juana Rosa Pita



16

Hasta el bárbaro conocía
la mirada que corta
un hilo sobre el agua.

17

El tiempo sobreabunda
pero la eternidad escasea:
proyecto de infinito.

18

Con su carga melódica
la voz traspasa la llovizna
sin que el canto se moje.

19

¿Qué ser habrá que ser
para que no dé miedo
la belleza que nos sorprende?

20

Toda revolución
es un fracaso: sólo
transforma la revelación.

21

Le dijo el agua al aire
y se hizo el pez: tú me haces falta
para volverme ola.

22

Habla una hoja: tronco mío,
sabes que te alimento
alzada en ti o caída.

23

La copa no le teme
a su fragilidad:
en su vacío cabe otro.

24

¿Qué más quieres saber?
Para el Jazmín tan sólo existe
la estación del aroma.

25

Bajo una niebla azul los sueños
preguntan al gomero:
¿trabajas para nosotros?

26

Ya sé quién eres, díjome
Venecia, en su justo infinito
porque la descubrí.

27

Me volví transparente
y el mar se asomó a mí
impelido por su belleza.

28

La palabra muere en ideas.
Resucita en las vírgenes
luces de la emoción.

29

Díjole la pluma a la página:
no te precies de blanca
cuando viajo por ti.

30

Una kalpa* cumplida,
el ser alado echó de menos
a su dócil montaña.

*Una kalpa es el tiempo que le toma a un ser alado
arrasar totalmente una montaña rozándola con sus
alas cada cien años.



Poema Renacimiento Del Gozo de Juana Rosa Pita



¿En qué ingrato momento de la infancia,
como en medio perfil, volviste el rostro
hurtándole los labios a la dicha?
Atraviesa la bruma de los años
y mírame en la alberca contemplándote,
reverberante gozo en la pupila
de tiempo, desatado al Infinito.

Soy todos los amores que perdiste
por feliz cumplimiento, duradero
tal vez, o por anhelo mudo.
Y es mi mano la misma que de niña
acariciaba el sándalo del abanico
(abierta celosía en miniatura)
absorta fugazmente en el aroma:
adivinado umbral de la armonía.



Poema Plaza De La Encarnación de Juana Rosa Pita



para Roberto Juarroz

Hemos encontrado el camino
un día deshojado de tiniebla.
Hemos estado allí bajo el gran olmo
custodio del pensar de un muerto célebre
cuidador de gorriones.
Nos hemos detenido allí a eternar
con las piedras del suelo y las campanas
en memoria del jazmín y la orquídea,
casi olvidados del creciente invierno.
Existe pues la plaza, pero un día
tratamos de mostrarla y no aparece
como si la ciudad tuviera
vergüenza de entregar lo bello.
Nos ha dejado estar en ella solos:
se esconde si queremos compartirla.
Fugada reaparece en la otra plaza
pidiéndonos sin voz le restauremos
su íntimo esplendor de nacimiento.

Madrid, 1987

(Vuelta, México, Sept. de 1994)



Poema Petroglifo Del Sueño de Juana Rosa Pita



Ama esta piedra:
turquesa de nación
transfigurada en voz y trasvasada
de inmemorial aroma.
Piedra de mi silencio
pulida de imposible
y limpia por la lluvia
–aún me llueve– de tiempo y soledad.
Haz tuya la certeza
de mis dudas preciosas:
hazla carne del sueño
gemelo de tu niñez recóndita.
Ama el poema,
éste que lleva inscrita la belleza
compartida por ti:
el jamás extranjero.



Poema Pertenencia de Juana Rosa Pita



Mi país es un árbol de lluvia
isla de fuego en flor
un pequeño Infinito
cantor de arcanos y alegrías.

Mi país es tu abrazo tu palabra
tu fantasía tu sueño tu presencia
señor de la tormenta, mi país
en ti despierto, duermo y vivo.

El puerto de mis manos y mis rosas
mar abierto de todos mis deseos
aire de mi silencio, música
callada mi país, hombre encino
el corazón meciéndose entre sol
y luna, mi país me espera…



Poema Perspectivas de Juana Rosa Pita



No es ver la luz lo original:
el que la luz nos vea
resulta imprescindible para amarnos
mejor. La soledad es transitiva:

los cauces de la angustia
confluyen en la fuente donde Dios
bebe al anochecer de nuestras manos
juntas. No hay distancia:

si podemos hacer viajar a un árbol
¿por qué los pensamientos quedarían
encallados, remotos
de su destino en otros pensamientos?

No es vivir lo esencial:
el dejarse vivir por lo que vibra
en nuestro breve tiempo
fortifica la plaza para siempre.



Poema Personaje de Juana Rosa Pita



Hija de la palabra
sobrina de la vida
condenada a mirar y traducir el mar
a un lenguaje imposible
ella
era un desequilibrio luminoso:
de su roce interior saltaban chispas

Por orden del amor sembró sus sueños
recuperó las llaves
como hija del adiós a sus amores
despidió en el altar de lo desconocido
pero un golpe de gracia
mereció la cena
solar el pan y el vino

Cuando murió le dieron
tratamiento de flor privilegiada:
la tendieron sin tallo entre las páginas
de alguno de sus libros
y envuelta en un poema
regresó
al silencio sonoro de donde procedía.



Poema Nochebuena 1995 de Juana Rosa Pita



Hace ya tiempo que mi Nochebuena
perdió el precioso puesto de la infancia.
¿Cómo es que hoy de repente,
a pesar de que seas sol lejano,
surge en mi corazón de nuevo
como antiguo rompecabezas
rearmado por los ángeles?

Cierto que ya no está la extensa mesa
del patio con las plantas, fuente y peces.
Ni perdura mi abuelo presidiéndola
con su risa silvestre y ojos jade:
aquel franco alemán, enamorado
más allá de la vida de mi abuela,
que a medianoche nos hacía beber
vino caliente
cual si La Habana en nieves tiritara
como la Selva Negra entonces
y hoy los Montes Pisanos.

En el valle de exilios que es Miami,
mi padre y yo estamos solos
esta Noche, buena sin dudas para quien
porta amor en la palma de la mano.



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