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Poema Compañera de Juan Guzmán Cruchaga



Tu voz, viajera de muchos siglos,
llegó apoyándose en un sueño.
En ningún país la reconocían.
No cabía en ningún recuerdo.
No sigas. Quédate. Eres mía.
Lo sé desde el alba del tiempo.

Tus ojos perseguidos
todavía tiemblan de miedo.
Oscuras jaurías de angustia
los acosaban.
Cierra. Hay viento.
Descansa. Es la dicha tranquila.
El reposo. El silencio y el fuego.

Iban tus manos entre mis libros,
entre mis flores y mis versos
naturalmente, sin asombro.
Tampoco había asombro en ellos.

Las rosas que ahora te miran
son nietas de las que te vieron.
Descansa. Quédate. Eres mía.
Lo sé desde el alba del tiempo.



Poema Otoño de Juan Guzmán Cruchaga



Restablecido apenas de mis males
principescos, percibo la elegancia
de los jardines de oro y la fragancia
de los fríos senderos otoñales.

Pienso que de cármenes lejanos
ha de venir, lo mismo que en un cuento,
una reina a curar mi desaliento
con las última rosas de sus manos.

Viene y va mi dolor como una esencia
de jazmines enfermos en el leve
y angustiado sigilo de la brisa.

Es tan sensible mi convalecencia
que el vuelo de las hojas me conmueve
y me hace sollozar una sonrisa.



Poema Nunca Más (¡nunca Más!) de Juan Guzmán Cruchaga



¿Qué largo silencio de nieve
te ha adormecido el corazón
y qué estrella lejana llueve
su frío en tu desolación?

¿Qué claro arroyo de agua pura
se ha llevado tus pensamientos
y en qué jardines de locura
se inmovilizan tus momentos?

Tal vez un sueño mío hubiera
sido el más leve cabezal
de tu doliente primavera
lírica, turbia y musical.
Mi soledad t e ampararía…
(En tu dolor no comprendiste
la virtud de mi compañía
ni la VOZ de mi parque triste).

¿Qué luna torva se levanta
en tu senda? Me llamarás.. .
(¿No escuchas al reloj que canta
?¡Nunca más!??)



Poema Haruko Sam de Juan Guzmán Cruchaga



Amante silenciosa de una noche,
fina muñeca de marfil antiguo,
cuando mi cuerpo duerma el sueño largo
recuerda al extranjero que te quiso.

Mi alma estará en la sombra, solitaria,
y en la neblina viviré perdido.
Entreabre las ventanas, y tu lámpara
será como una estrella en el camino.

Entonces en las alas de los pájaros
y en el rayo de luz vendrá mi espíritu
a reír en el agua de la fuente
y a encender la mañana de mis hijos.



Poema Claro De Luna de Juan Guzmán Cruchaga



La luna entre los árboles
ennobleció el silencio de la noche armoniosa
y tomaron las fuentes vaguedad de pupilas,
y hubo meditaciones albm en las magnolias.

El misterio nocturno se aromó de azucenas,
conmovidas palabras vinieron de la sombra
Los amores antiguos, -seda triste, oro turbio,-
vivían en la voz helada de las hojas.



Poema Canción de Juan Guzmán Cruchaga



Alma, no me digas nada,
que para tu voz dormida
ya está mi puerta cerrada.
Una lámpara encendida
espero toda la vida tu llegada.

Hoy…
la hallarás extinguida.

Los fríos de la otoñada
penetraron por la herida
de la ventana entornada.
Mi lámpara estremecida
dio una inmensa llamarada.

Hoy…
la hallarás extinguida.

Alma…no me digas nada
que para tu voz dormida
ya está mi puerta cerrada.





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