poemas vida obra jorge medina vidal

Poema Situación Anómala de Jorge Medina Vidal



Amar es vivir despreocupado. Punto.

Es una posibilidad que debió ser jueves o explosión
o sonido de una guitarra que el luthier
nunca se atrevió a construir. Punto.

Situación anómala que todos confunden con Felicidad
y se enorgullecen al descubrirla entre sus amistades.

Puede ser un gato que en las estrecheces de los
hogares modernos repasa las masacres
de sus abuelas ENTRE LOS HELECHOS GIGANTES
Y LOS DINOSAURIOS.

Siempre está perdido en el sueño próximo
al delta pantanoso.

Basta que toque un rayo de luz en su plumaje
para que surja Amor,
como una novia etíope de su blanca litera.

Los raquíticos no saben del amor.
Entonces sí, corresponde: Punto.



Poema Noche Transfigurada de Jorge Medina Vidal



Ni hablo ni escucho
como la dalia en el tintero.

Abiertas las ventanas de mi casa
en el campo
se sentían llegar cosas al mundo,
extrañísimas cosas,
cargamentos.
Y se sentía aquel drenaje oscuro
la emigración de lo que se moría
hacia todo el espacio
de las nubes.

Solo sé una palabra,
una pregunta
para ustedes señores ocultísimos
que parecen vivir todo en el campo
y despedís al borde de la noche
materias del olvido.

Pero no hablo.



Poema Historia De Amor de Jorge Medina Vidal



Para brillar con idéntica luz los amantes se encierran,
porque no saben si el mundo ha terminado
su destino de lluvias y de niños,
o si el mundo es un No opuesto a la integridad
de sus deseos,
o si el mundo no existe y entonces conviene
apartarse de la nada.

No son el hombre y la muchacha nocturna
que buscan sótanos húmedos y oscuros para entrar y salir
furiosamente. La fruta caída entre los desperdicios
es tan sólo el memento de un estío pasado,
y de una tierra fabulosa
como las entrañas de un toro.
Pero el amor hace que los amantes sean vicarios
de potencias altísimas,
que los mueve a la ira y a romper la pepita de los gameros
ávidos de unidad,
a pisarlos después con asco
porque abren la senda a los números infinitos.

Los amantes necesitan encerrarse,
y cada uno de ellos, que se aman tanto,
cuando se encuentran solos en una ola o en un palacio
-penetrado de silencio- donde ninguna mano
puede violar la intimidad fastuosa,
comienzan a descubrir el tórax, su cintura,
la risa, la cabellera criada entre delicias
y se lamentan.
Sí, pide la historia del amor
el llanto. La risa cumo un grito retorna
a la garganta
y el gracioso la escucha sobrecogido
y ríe, sigue riendo ante su noche.

Qué ver sino los labios unidos. Luces idénticas
que poco a poco dejan de ser lo totalmente otro,
y en el cabello, en la cintura, sienten
que allá infinito
arroyo bajo el valle
nada lo asible puro de la amada.

¿Adónde has visto luego que fueran los amantes?
¿Se apartan y mientras uno habla
el otro llora?
O se dedican a la muerte
en ese día en que pensaron: ?Las mariposas vuelan para nosotros?.
¿Quieren burlarse del insigne fracaso?
Es por eso reconfortante saber que todavía se muere la juventud,
no llegados aquí, a la precisa madrugada,
preparada, en que el hastío los deja cínicos
o rompe el vuelo de su pensamiento.
Felices los necios y los sabios,
los engañados totalmente
que mueren en la fe primitiva
y los que arengan con la conciencia de un gran fraude,
mirando más, mirando más.





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