poemas vida obra i

Poema Insomnio de Giovanni Quessep



Canto de un grillo en el jardín
trae consigo la rama del insomnio,
como un pito de vidrio
que convoca las alas del invierno.

Nunca estuve tan cerca de la muerte,
nunca supe que detrás de la música
pudiera haber el cielo adverso
perdido entre las zarzas y los robles.

¿La vida es ilusoria entonces,
un huerto miserable
por donde van la ronda de las constelaciones
y el reposo nocturno inalcanzable?



Poema Invocación A La Sonrisa de Gioconda Belli



Dame la ternura desde el sueño,
dame ese cucurucho de sorbete que tenés en la
sonrisa,
dame esa lenta caricia de tu mano.

Yo te daré pájaros
que cantarán tu nombre
desde lo más alto de los árboles.
Te daré piñas, zapotes, nísperos,
enredaré maizales en tu pelo.
Yo invocaré los dioses de nuestros antepasados
para que caigan tormentas,
para que miedosos y cogidos de la mano,
miremos la furia del rayo y del ralámpago.
Yo tejeré ilusiones con ramitas y hierbas,
tocaré las rocas para que brote agua y nos bañemos,
yo haré poemas, cantos,
mi amor, cuando me hayas mirado,
cuando corra las cortinas del sueño,
cuando me coma el sorbete de tu sonrisa.



Poema Insomnio Con Palabras de Gioconda Belli



De noche las palabras transcurren de puntillas
discretas andan entre los objetos
temerosas del ruido se descalzan
Sobre mis hombros insomnes aletean
el poema me saca de la cama
Tanto silencio rodea mis dos manos
estas que forman signos señales de humo lazos
para llegar a otros y atravesar misteriosas distancias
Quiero decir que vivo quiero decir que quiero
que sufro que me río
que soy un amasijo de mujer al filo de la noche y el desvelo
Mujer de pájaros de estaciones de blanco y negro
Poeta mujer ávida de palabras
en un país con un idioma extraño.



Poema Interior de Gilberto Owen



Las cosas que entran por el silencio empiezan a llegar al cuarto. Lo sabemos, porque nos dejamos olvidados allá adentro los ojos. La soledad llega por los espejos vacíos; la muerte baja de los cuadros, rompiendo las vitrinas de museo; los rincones se abren como granadas para que entre el grillo con sus alfileres; y aunque nos olvidemos de apagar la luz, la oscuridad da una luz negra más potente que eclipsa a la otra.

Pero no son éstas las cosas que entran por el silencio, sino otras más sutiles aún; si nos hubiéramos dejado olvidada también la boca, sabríamos nombrarlas. Para sugerirlas, los preceptistas aconsejan hablar de paralelas que, sin dejar de serlo, se encuentran y se besan. Pero los niñosque resuelven ecuaciones de segundo grado, se suicidan siempre en cuanto llegan a los ochenta años, y preferimos por eso mirar sin nombres lo que entra por el silencio, y dejar que todos sigan afirmando que dos y dos son cuatro.



Poema Intenso Cultivo De Ojeras de Genaro Ortega Gutiérrez



Solemne desgranas
la contenida fascinación por las sombras, racimos,
que jamás serán capaces de apresar
el infortunio del otoño,
el himno tan guardado.
Banderas recónditas, pero implacables,
que abren las ventanas de par en par
y establecen un contrapunto de delicadeza
y malicia.
Luego
has ido fermentando
argumentos de esplendor feliz,
sutilísimas veredas interiores,
limítrofes con el sueño.
Arroyos
que destilan esperanza
en un diálogo interminable
con los vidrios del ajuar, cerrado.
(Alguna vez
los símbolos -erre que erre-
fueron un modo singular de resistencia).



Poema Infierno De Amor (fragmento 2 Y Final) de Garci Sánchez De Badajoz



A guevar vi quexarse
tal que me puso en manzilla,
y en vivas llamas quemarse,
como quien hizo capilla
para en ella sepultarse;
y el secreto mal de amores,
de penas y disfavores
no podiendo más sofrir,
comienza luego a decir:
Livianos son los dolores
que el seso puede encobrir.

Y vi luego a Juan de Mena
de la edad que amor sintió,
con aquella misma pena,
como cuando lo encantó
el Amor en su cadena,
y de tal llaga herido
que le privaba el sentido;
y así estaba trasportado,
diciendo como olvidado:
¡Ay dolor del dolorido
que non olvida cuidado!

Don jorge Manrique andaba
con gran congoxa y tormento,
de pensar no se hartaba
pensando en el pensamiento
que pensar más le agradaba,
diciendo entre sí consigo:
Siempre seré mi enemigo,
pues en darme me perdí,
mas si yo mismo me di,
no sé por qué me fatigo
pues con razón me vencí.
A Sant Pedro preso vi,
que dezía muy sin pena:

Manzilla no hayáis de mi,
que aquesta gruesa cadena
yo mismo me la texi.
Y tornaba con dolor:
¡Oh cruel, ingrato amor,
lleno de rabia mortal!
¡Oh viva muerte y gran mal,
tenémoste por señor,
y tu galardón es tal! (…)

Vi venir a Cartagena,
diciendo con pena fuerte:
Ved qué tanto amor condena,
que aun no me pudo la muerte
libertar de su cadena.
Y dezía con pasión:
Para mi hobo conclusión,
mas no para mis dotores;
ved cuánd fuera de razón
va la ley de los amores:
ser los ojos causadores
y que pene el corazón.

Vi también andar penando
el Vizconde de Altamira,
en amores contemplando;
de rato en rato sospira,
muy a menudo hablando,
diciendo con tran tristura:
Habed un poco mesura,
no me deis ya más cuidados,
que bien bastan los pasados,
señora de hermosura,
guia de los desdichados.

Vi a don Luis arder,
su hermano, en llamas de amores,
que sus gracias y saber,
ni sus muy altos primores,
le pudieron socorrer;
del todo desesperado
pero no desamparado,
segúnd su dicho se esmera,
diciendo desta manera:
Si no os hobiera mirado,
pluguiera Dios que no os viera…



Poema Instantáneas, 1 de Francisco Magaña



*
Frente al mar, ayer es el eco de una sombra.

Frente a la sombra el mar es el eco de ayer.

Frente a la palabra el vacío.

*
Cuando amanece como si nada en los umbrales, el vuelo de la jaula es la palabra en el ojo del pájaro malherido.

*
Si aparece el exilio y el profano secreto de una imagen en la herida de la distancia, es porque tu rostro canta en la palabra del mediodía.

*
El porvenir de la palabra habita en el silencio. Su límite es la sombra del vacío, la superficie del espacio que aguarda en la mirada.

*
Conforme avanza la desesperación, la fortaleza restituye la esperanza.



Poema Inicial de Francisco González Léon



Fue mi libro de texto un amor escolar;
fue una muchacha triste, la que llegó a quererme
tan hondamente que dejó al pasar
por sobre de mi vida, todo su atardecer.

Aún de la colegiala traía la manteleta
azul de las internas, allá cuando en la escueta
sala de dibujo, en la gran sala,
fue nuestra primera, recóndita estafeta,
una violeta.

Esbeltez de gacela,
sabidurías de abuela,
arranques de Graciela,
y los dulces resabios de la escuela.

Sus manos, lenidades de paloma,
sus manos escolares que me empeñé en besar;
sus manos que exhalaban el aroma
de un lápiz acabado de tajar.

¡Qué funestos augurios los de aquellas ternezas!
¡Qué tristezas tan hondas las de aquellas tristezas!
¡Qué la vida tan irreconstruible y fatal!

No volvió a vacaciones…
Hoy un huerto la esconde…
Fue una página en blanco; fue una página en donde
comenzada aún, se mira una roja inicial.



Poema Italia de Fina García Marruz



En Roma,
la Madona.

En Florencia,
la Doncella.

La Pasión,
en Venecia.

Amica mea.



Poema Islas Afortunadas de Fernando Pessoa



¿Qué voz viene sobre el sonido de las olas
que no es la voz del mar?

¿Será la voz de alguien que nos habla,
pero que, si escuchamos, calla,
precisamente por habernos puesto a escuchar?

Y sólo si, medio adormecidos,
oímos sin saber que oímos,
ella nos habla de la esperanza
hacia la que, como un niño
que duerme, durmiendo sonreímos.

Son islas afortunadas,
son tierras que no tienen lugar,
donde el Rey vive esperando.
Pero si andamos despertando,
calla la voz, y sólo es el mar.



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