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Poema Viejas Raíces Empolvadas de Guadalupe (pita) Amor



Son mis viejas raíces empolvadas
la extraña clave de mi cautiverio;
atada estoy al polvo y su misterio,
llevo ajenas esencias ignoradas.

En mis poros están ya señaladas
las cicatrices de un eterno imperio;
el polvo en mí ha marcado su cauterio,
soy víctima de culpas olvidadas.

En polvorienta forma me presiento
y a las nuevas raíces sobresalto
he de legar, con mi angustioso aliento.

Mas conquistando el aire por asalto,
nada tengo que ver con lo que siento,
soy cómplice infeliz de algo más alto.



Poema Por Qué Me Desprendí… de Guadalupe (pita) Amor



¿Por qué me desprendí de la corriente
misteriosa y eterna en la que estaba
fundida, para ser siempre la esclava
de este cuerpo tenaz e independiente?

¿Por qué me convertí en un ser viviente
que soporta una sangre que es de lava
y la angustiosa oscuridad excava
sabiendo que su audacia es impotente?

¡Cuántas veces pensando en mi materia
consideréme absurda y sin sentido,
farsa de soledad y de miseria,

ridícula criatura del olvido,
máscara sin valor de inútil feria
y eco que no proviene de sonido!



Poema Polvo (fragmentos Ii) de Guadalupe (pita) Amor



De lo gris me salí,
y al polvoriento gris he retornado.
¡Cuanto yo concebí,
sólo fue imaginado,
que el realizar a mí me está velado!

Va a perderse mi huella…
Sólo soy llamarada del destino;
una loca centella
que tiene el desatino
de pretender que el polvo sea divino.

Infinidad de estrellas,
enloquecido polvo en torbellino.
Universo son ellas,
y en este remolino
suspendido en cada átomo un destino.

Mi polvo voy dejando.
Al polvo he de pagar algún tributo:
si él me está alimentando,
si es mi dueño absoluto,
bien podrá mi cadáver ser su fruto.

Y ¿si nada existiera
más que el polvo creando un espejismo;
y el vivir sólo fuera
un momento de sismo:
relámpago cayendo hacia el abismo?

Me siento naufragando,
la marea del polvo me ha invadido.
Si me estaba quemando,
hoy he reconocido
que no ser es mi auténtico sentido.

Presiento un remolino;
lleva mundos, locura, pensamiento;
por él yo me alucino;
de Dios viene su aliento:
es el eterno polvo en movimiento.

Como el polvo es mi amor,
al centro de mi cuerpo ha trascendido
y se ha vuelto dolor;
se ha tornado alarido:
hoy es grito en mis huesos sostenido.

Como el polvo es celoso,
al ver el polvo que mi cuerpo encierra,
me penetra ambicioso
y a mi carne se aferra,
y un pacto extraño con mis huesos cierra.

Parecemos rivales,
pero yo soy del polvo, y él es mío.
Misteriosas señales
de un recinto sombrío
nos unen para siempre en el vacío.

El polvo, agradecido
de mi canto perenne y obstinado,
mi cerebro ha invadido,
y en mi cuerpo ha dejado
este ejemplo de polvo desolado.



Poema Polvo (fragmentos I) de Guadalupe (pita) Amor



… y en polvo te convertirás.
Génesis, capítulo 3, versículo 19

I

Me envuelve el polvo, y me inquieta.
¿Por qué vendrá de tan lejos?
Y ¿cómo en residuos viejos
mundos pasados sujeta?
-El polvo no tiene meta,
ni principio habrá tenido;
sé que siempre ha contenido,
en su eternidad convulsa,
la arcana fuerza que impulsa
a lo que es y a lo que ha sido.

IV

Polvo constructor del mundo,
mundo de sangre impregnado,
lo gris por rojo has mudado,
lo estéril por lo fecundo.
Es tu poder tan profundo,
que de sangre has hecho ideas;
temo que divino seas
pareciendo terrenal,
pues te presiento inmortal
porque tú mismo te creas.

VIII

Te veo por los tejados,
por las alas de mi suerte;
en los espejos, al verte,
miro mis poros ajados,
de eterno polvo impregnados,
de antiguas muertes nutridos
al igual que mis sentidos.
Polvo que polvo vas siendo,
mi cuerpo te está sirviendo
de antena de tus latidos.

IX

A un doble polvo enemigo
mi rostro está sentenciado:
al uno nació ya atado;
del otro busca el abrigo.
Dos muertes lleva consigo:
una alegre, otra sombría;
aquélla siempre varía,
ésta sin moverse espera.
Si una es ya mi calavera,
la otra es mi máscara fría.

X

De pronto vi mi cabeza
en el espacio perdida,
con pensamiento, y sin vida,
y sin humana impureza.
Sentí profunda extrañeza;
mas luego entendí mi lodo,
y fui descubriendo el modo
de hacer mi cuerpo infinito:
Mi polvo al polvo remito,
dejo de ser… ¡y soy todo!

XII

Ya soy criatura sin piel:
el polvo me la ha robado,
brutalmente la ha arrancado
y ahora lo cubre a él.
Mira, polvo, eres cruel:
de fango me has construido,
a mi alma diste sentido
y te va a nutrir mi muerte.
¡Dame otra piel que liberte
este cuerpo escarnecido!

XIII

Cuando en polvo esté esparcida
mi carne ya no vibrante,
y este cerebro enervante
deje de inventar la vida;
ahí en la tierra, perdida,
encontraré polvo amigo,
de alguien que lloró conmigo
hasta consumir sus ojos.
¡Qué alivio que sus despojos
le den a mi polvo abrigo!

XIV

Cuando mi carne podrida,
al irse polvo volviendo,
sienta que se está fundiendo
con alguien que odió en la vida,
querrá buscar la salida
por los poros de la tierra,
pues entablará una guerra
con ese polvo enemigo.
¡Ay, que temible castigo
mezclarse con lo que aterra!

XV

Polvo, ¿por qué me persigues
como si fuera tu presa?
Tu extraño influjo no cesa,
y hacerme tuya consigues;
hoy mi humillada figura,
mañana en la sepultura
te has de ir mezclando conmigo.
Ya no serás mi enemigo…
¡Compartirás mi tortura!

XIX

¡Oh polvo, angustia esparcida!
¡Llanto que en mis huesos llevo!
Pensando en ti, ya me atrevo
a no sentirme en la vida.
Me estoy soñando perdida
en tus hambrientas arenas,
mientras mi carne condenas
y consumes mi figura,
ya somos lo que perdura:
la materia sin cadenas.

XXI

Polvo, cómplice enemigo,
a un tiempo goce y tortura,
mi libertad y clausura,
mi recompensa y castigo;
todo lo tuyo investigo
porque observándome estoy.
Dicen que viviendo voy,
y yo siendo lo contrario;
mi existir no es voluntario,
de ti, polvo, aliada soy.

XXII

Al fuego, al temible fuego,
al que todo lo devora
con su violencia invasora,
ya sin temores me entrego.
Polvo hará de mí, mas luego
que me convierta en ceniza,
esta lumbre advenediza
tendrá el fin que ha provocado:
mi polvo habrá exterminado
el fuego que me esclaviza.



Poema Ese Cristo… de Guadalupe (pita) Amor



Ese Cristo de tápalo encarnado,
de terciopelo recamado de oro
me causa espanto, compasión, azoro
y lo llevo en mis ojos reflejado.

Ese Cristo en su cruz crucificado
me mira tenazmente y sin decoro
Él sabe que al mirarlo siempre lloro
y me pide por mi ser desclavado.

Yo miro su mirada legendaria
su agonía tan larga y estatuaria
y rechazo seguirlo contemplando

pues su muerte me está crucificando
y me huyo por las calles de cemento
huyendo de ese Cristo tan violento.



Poema Como Dicen Que Soy Una Ignorante… de Guadalupe (pita) Amor



Como dicen que soy una ignorante,
todo el mundo comenta sin respeto
que sin duda ha de haber algún sujeto
que pone mi pensar en consonante.

Debe de ser un tipo desbordante,
ya que todo produce hasta el soneto
por eso con mis libros lanzo un reto
burla burlando van los tres delante.

Yo sólo pido que él siga cantando
para mi fama y personal provecho,
en tanto que yo vivo disfrutando

de su talento sin ningún derecho,
y ojalá y no se canse sino cuando
toda una biblioteca me haya hecho.



Poema Adentro De Mi Vaga Superficie… de Guadalupe (pita) Amor



Adentro de mi vaga superficie
se revuelve un constante movimiento;
es el polvo que todo lo renueva,
destruyendo.

Adentro de la piel que me protege
y de la carne a la que estoy nutriendo,
hay una voz interna que me nombra;
Polvo tenso.

Sé bien que no he escogido la materia
de este cuerpo tenaz, pero indefenso,
arrastro una cadena de cenizas:
polvo eterno.

Tal como yo han pasado las edades,
soportando la lucha de lo interno,
el polvo va tomando sus entrañas
de alimento…

¡Humanidad, del polvo experimento!





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