poemas vida obra g

Poema Girasol, Negro Párpado de Olvido García Valdés



Girasol, negro párpado, multiplicada
curva para el deslumbramiento. Somos
sólo cautivos,
presencias dentro de otros
que nos llevan. Allá, muy lejos,
el taxista le dijo: discúlpeme,
la ciudad es muy grande, sólo
manejo por las orillas.

De «Caza nocturna» 1997



Poema Gristenia de Oliverio Girondo



Noctivozmusgo insomne
del yo más yo refluido a la gris ya desieta tan médano evidencia
gorgogoteando noes que plellagan el pienso
contra las siempre contras de la posnáusea obesa
tan plurinterroído por noctívagos yoes en rompiente ante la afauce angustia
con su soñar rodado de hueco sino dado de dado ya tan dado
y su yo solo oscuro de pozo lodo adentro y microcosmos tinto por la total gristenia



Poema Gestación de Nora Méndez



Mi tripulación por toda
Es un morral tejido de tu mano,
Recorriéndome la línea…
La de fuego, la de vida

Se me da por pensar
Que este rito y milagro
comienza con un grito de alegría,
un secreto aire
Golpeado entre las hojas.

De repente
me convierto en un rincón soleado
Donde se enredan y acurrucan
Gestos sin terminarse,
Lejanías que hoy se acercan.

Soy la gruta elegida
De susurros de tempate,
Desafiando una antigüedad
De arena y paraíso,

¡Se nos crece la vida
compañero!,
y en madejas se desata la esperanza,
estamos tocando un firmamento rojo
de celajes.

Penetrando el misterio
de los ayes,
tomados de la mano
con este nuevo
tejedor de almas?

Somos cómplices
De su llanto secreto,
Y nos haríamos pedazos
Por cavarle un andamiaje
A nuevos mares,
Al sentir que patalea,
Se conmueve y en mí
Se alimenta.

¿Como decirlo?
Hoy sentí
Más cercano el cielo
Y toqué el latido de un nuevo sol,
¡Que ya presiento!
¡Que se acerca!

Aunque todavía ande dando sus primeros pasos
En la cueva de mi tiempo
Y aprenda de ti,
A crear el fuego
A balazos?.



Poema Glosa En Cántico Triste de Nimia Vicens



A la muerte de Luis Palés Matos

En pedestal de ola
el mar levanta el canto:
… … «¿hacia dónde
tú, si no hay…
… espacio donde puedas contenerte?»

Incansable viajero sin navío
rumbo de ala tendida hacia un país
de imaginaria geografía
donde tan quieto estás… …

——

¿Oyes tu canto bajo la noche sola de los trópicos
desde un sinfín de estrellas y de islas
y playas inasibles de silencio
en la infinita orilla transitando
eco de oleajes de astros de palabras…

¿Dónde toca tu voz?
¿Dónde tu mano alcanzará su tiempo?
Tu mano alucinante de poesía
tu solo tiempo logrado al fin
en el hallazgo de tu rama y de tu puerta.

¡Es el mar ?Palés? que te abre
sus brazos constelados!

Cruzado de silencio el roto puente
del amor al Amor
en música de lágrimas tendido.
Del amor al Amor penar penando
como se pena el sueño y el olvido.

¡Salvado estás de aquel atroz calmazo!
De sal y sed tu corazón transido… …

¡Qué catedral de jazmines incensiada
de tu pasión atroz oficia el salmo!
Tremenda humanidad de corza herida.
Tallo de luz-diamante esfuminado.
Columbrada azucena de poesía
en palabra y oleaje tranformando
la voz del mar que en mar de voz
te canta un cielo abierto
en claridad del alba estremecido.

Recuerdo… eternidad…
Voz y silencio.

En la hora de la isla
y la palabra
«que es como un despedirse
y una ausencia…»
miras un niño
y tu mirar se vuelve
Dios y llanto
brisa de nieve y nube en lejanía
remanso de huracán
?ola vencida?
tumbo en la orilla de la más sola soledad
sin canto:
…«tiran de ti con tenue hilo de estrella»
Te llaman y te vas
?ala rendida?
y el amor y el Amor
se van contigo…
Salvado estés ? Palés
que el mar te canta su infatigable ola
de poesía.



Poema Guitarra Llama Cajón de Nicomedes Santa Cruz



Guitarra llama a cajón,
Cajón a la voz primera.
Escuchen con atención,
¡aquí está la Marinera…!

La Marinera de Lima
tiene influencia afro-hispana,
la ?primera de jarana?
en copla o cuarteta rima.
Inicia el toque la prima
pero es más lindo un bordón.
Aún no entra la canción
porque, como requisito,
antes que el cantor dé un grito
guitarra llama a cajón.

Los que escuchan hacen palmas
y se cuadran las parejas,
por lo general son viejas
?mejor aún si son zambas?.
Tan sólo mueven las gamas
y un poquito la cadera.
Todo esto mientras se espera
pues nadie baila sin canto.
Sigue llamando entretanto
cajón a la voz primera.

El canto inicia el paseo
con un saludo en el cruce,
media vuelta los conduce
a otro cruce y al careo.
Tras lateral contoneo
vuelta y trocar posición…
Como dicha operación
se da al fin de cada estrofa,
en vez de bailar por mofa
escuchen con atención.

Como quien sudor enjuga
un momento se reposa,
prosigue la Resbalosa
y viene después la Fuga:
El bailarín se apechuga,
ella sube la pollera.
Como peruana bandera
blanco y rojo, dos pañuelos
dicen en airosos vuelos
¡aquí está la Marinera…!



Poema Guitarra de Nicolas Guillen



A Francisco Guillén

Tendida en la madrugada,
la firme guitarra espera:
Voz de profunda madera
desesperada.

Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
preñada de son, estira
la carne dura.

Arde la guitarra sola,
mientras la luna se acaba;
arde libre de su esclava
bata de cola.

Dejó al borracho en su coche,
dejó el cabaret sombrío,
donde se muere de frío,
noche tras noche,

y alzó la cabeza fina,
universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,
ni cocaína.

¡Venga la guitarra vieja,
nueva otra vez al castigo
con que la espera el amigo,
que no la deja!

Alta siempre, no caída,
traiga su risa y su llanto,
clave las uñas de amianto
sobre la vida.

Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.

El son del querer maduro,
tu son entero;
el del abierto futuro,
tu son entero;
el del pie por sobre el muro,
tu son entero. . .

Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.



Poema Guadalupe W.i. de Nicolas Guillen



POINTRE-À-PITRE

Los negros, trabajando
junto al vapor. Los árabes, vendiendo,
los franceses, paseando y descansando,
y el sol, ardiendo.

En el puerto se acuesta
el mar. El aire tuesta
las palmeras… Yo grito: ¡Guadalupe!, pero nadie contesta.

Parte el vapor, arando
las aguas impasibles con espumoso estruendo.

Allá quedan los negros trabajando,
los árabes vendiendo,
los franceses, paseando y descansando,
y el sol, ardiendo…



Poema Glosa de Nicolas Guillen



No sé si me olvidarás,
ni si es amor este miedo;
yo sólo sé que te vas,
yo sólo sé que me quedo.

ANDRÉS ELOY BLANCO

1

Como la espuma sutil
con que el mar muere deshecho,
cuando roto el verde pecho
se desangra en el cantil,
no servido, sí servil,
sirvo a tu orgullo no más,
y aunque la muerte me das,
ya me ganes o me pierdas,
sin saber que me recuerdas
no sé si me olvidarás.

2

Flor que sólo una mañana
duraste en mi huerto amado,
del sol herido y quemado
tu cuello de porcelana:
Quiso en vano mi ansia vana
taparte el sol con un dedo;
hoy así a la angustia cedo
y al miedo, la frente mustia…
No sé si es odio esta angustia,
ni si es amor este miedo.

3

¡Qué largo camino anduve
para llegar hasta ti,
y qué remota te vi
cuando junto a mí te tuve!
Estrella, celaje, nube,
ave de pluma fugaz,
ahora que estoy donde estás,
te deshaces, sombra helada:
Ya no quiero saber nada;
yo sólo sé que te vas.

4

¡Adiós! En la noche inmensa
y en alas del viento blando,
veré tu barca bogando,
la vela impoluta y tensa.
Herida el alma y suspensa
te seguiré, si es que puedo;
y aunque iluso me concedo
la esperanza de alcanzarte,
ante esa vela que parte,
yo sólo sé que me quedo.



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