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Poema Glosa A Lo Divino. De El Mismo Autor de San Juan De La Cruz



Por toda la hermosura
nunca yo me perderé,
sino por un no sé qué
que se alcança por ventura.

I

Sabor de bien que es finito
lo más que puede llegar
es cansar el apetito
y estragar el paladar
y assí por toda dulçura
nunca yo me perderé
sino por un no sé qué
que se halla por ventura.

II

El coraçón generoso
nunca cura de parar
donde se puede passar
sino en más difficultoso
nada le causa hartura
y sube tanto su fee
que gusta de un no sé qué
que se halla por ventura.

III

El que de amor adolesce
de el divino ser tocado
tiene el gusto tan trocado
que a los gustos desfallece
como el que con calentura
fastidia el manjar que ve
y apetece un no sé qué
que se halla por ventura.

IV

No os maravilléis de aquesto
que el gusto se quede tal
porque es la causa del mal
ajena de todo el resto
y assí toda criatura
enajenada se vee
y gusta de un no sé qué
que se halla por ventura.

V

Que estando la voluntad
de divinidad tocada
no puede quedar pagada
sino con divinidad
mas, por ser tal su hermosura
que sólo se vee por fee,
gústala en un no sé qué
que se halla por ventura.

VI

Pues, de tal enamorado
dezidme si abréis dolor
pues que no tiene sabor
entre todo lo criado
solo sin forma y figura
sin hallar arrimo y pie
gustando allá un no sé qué
que se halla por ventura.

VII

No penséis que el interior
que es de mucha más valía
halla gozo y alegría
en lo que acá da sabor
mas sobre toda hermosura
y lo que es y será y fue
gusta de allá un no sé qué
que se halla por ventura.

VIII

Más emplea su cuydado
quien se quiere aventajar
en lo que está por ganar
que en lo que tiene ganado
y assí, para más altura
yo siempre me inclinaré
sobre todo a un no sé qué
que se halla por ventura.

IX

Por lo que por el sentido
puede acá comprehenderse
y todo lo que entenderse
aunque sea muy subido
ni por gracia y hermosura
yo nunca me perderé
sino por un no sé qué
que se halla por ventura.



Poema Gracias, Señor de Salvador Novo



Gracias, Señor, porque me diste un añoen que abrir a tu luz mis ojos ciegos;gracias porque la fragua de tus fuegostempló en acero el corazón de estaño.Gracias por la ventura y por el dañopor la espina y la flor; porque tus ruegosredujeron mis pasos andariegosa la dulce quietud de tu rebaño.Porque en mí floreció tu primavera;porque tu otoño maduró mi espigaque el invierno guarece y atempera.Y porque, entre tus dones, me bendiga-compendio de tu amor- la duraderafelicidad de una sonrisa amiga.



Poema Glosa Incompleta En Tres Tiempos Sobre Un Tema De Amor de Salvador Novo



I
Dentro de estos cuatro muros
pretendí ocultar mi dicha:
Pero el fruto, pero el aire
¿cómo me los guardaría?

Hora mejor que pospuse,
camino que no elegí,
voces que eran para mí,
destino que no dispuse;
¡cómo os volvisteis oscuros!
¡qué amargo vuestro sabor
cuando nos encerró mi amor
dentro de estos cuatro muros!

Entre tu aurora y mi ocaso
el tiempo desparecía
y era nuestra y era mía
sangre, labio, vino y vaso.
En perdurar se encapricha
mi sombra junto a tu luz
y bajo negro capuz
pretendí ocultar mi dicha.

Pero el fruto, pero el aire,
pero el Tiempo que no fluya,
pero la presencia tuya
fuerte, joven, dulce, grande;
sangre tuya en vena mía,
lazos a instantes maduros,
dentro de estos cuatro muros
¿cómo me los guardaría?

II
Porque a pesar de todas las pieles de becerro
una camisa es casi tanto como una página
llorar desesperadamente porque ocurrió lo que era de esperar.

Si no tiene remedio,
al principio era el único fin de mi existencia,
las profesiones no son mas que hábitos
y ya nada es posible desde aquella noche apellidada.
No me conoció cuando aparté la máscara de mi rostro
yo no pedía más que su rumor
pero me daba su compañía.
Se quitaba la noche y la muerte y se moría
yo me ahogaba en la alberca de su gimnasia
yo envejecí definitivamente a su lado
y mis ojos se cerraron ante los suyos.
Quise marcar las fechas de su corazón,
pero no sé ruso
y la sábana era una estepa.

III
¡Apenas si te reconozco!
Si tu labio en el mío es como el mío mismo,
si ya tu mano estéril no oprime ni rechaza
y eres como el azogue que da mi propia luz.
¡Ay de mí que amaba tu fuerza
si la fuerza está toda en mi!
¡Ay de mí que esperé la muerte
y que te la dí!



Poema Gurfa de Salvador García Ramírez



El zoco tiene toldos
y cenefas azules
sobre sacos abiertos
que huelen a azafrán y a hierbabuena.

El zoco es multitud.
En sus paredes se hacinan
la seda con la lana,
la palma con la piel,
la fruta con la sal y los aceites.

De sus bóvedas pende
la luz de los octógonos.
A sus esquinas dan las caravanas.
A sus puertas se asoma el zapatero.



Poema Gracias de Romeo Murga



Mujer, la de esos besos, la de esos largos besos,
la de esos besos breves, húmedos y calientes,
la del regocijado sonreír en la sombra
que iluminó la vaga blancura de sus dientes:
la de la casa humilde, con ventanas humildes,
en la calleja oscura, soñolienta y callada:
la que entre beso y beso me lo decía todo,
aunque entre beso y beso no me decía nada:
la del mirar risueño, la del reír risueño,
la del querer ardiente, violento y extenuante;
la que vivió conmigo, con nosotros, con ella,
esa noche de amor corta, como un instante;
la que turbó el solemne silencio de esa noche
con la voces amargas y dulces del pecado;
la que dejó en mis brazos, en mi ser, en mi vida,
eso que es el recuerdo de que nos han amado.
Gracias, mujer, la inquieta, la de este pueblo quieto,
la de la esa noche alegre, porque tú la alegrabas;
gracias, la de los rojos besos interminables,
por esos besos rojos e interminables, gracias!



Poema Gente Del Río de Rodolfo Alonso



Libres bajo el sol, los isleños maniobran dulcemente sobre el lomo del agua.
Sus embarcaciones se nos adelantan con intolerable rapidez.
Sus brazos crecen. Sus cuerpos cultivados por el tiempo conocen la alegría de estar en el mundo, la única seguridad.

Nosotros podemos saludarlos de lejos con un gesto.



Poema Generaciones de Ricardo Gómez López



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Quiero conocer a mis nietos.

(Incluido en el CD Poemas de Ida y Regreso,
Dúo Urbe-Provincia, Leutún, 2002).



Poema Guárdame En Ti de Raúl Zurita



Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo que de algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende.



Poema Gradas de Ramón Xirau



a Ana María

I

Las estrellas nos miran lentamente
cierran sus ojos las bahías. El arco
de luz cerca los cabos en la ruta del fuego,
foques, banderas en las barcas, fosco
el fuego atónito de las naranjas,
en el aguanueva de los naranjales. Las bridas
de caballos pensados, pesados, imaginados,
lentamente nos guían igual que las estrellas,
cobarde noche, no puede con nosotros
tu oscuridad de marivientos
y raíces en el acantilado. Ah, todo canta, canta
en las encrucijadas del desierto: arco breve del mar.

Calamar, astro-nieve, lentamente
me deslumbran (el sol en las espumas
hace castillos breves de marinieve y trigo).
Los labriegos se mueven ?leve moverse?
Como en casa de Brueghel, como
Los ríos se mueven; no, que se anudan
en las pinturas altas de balcones abiertos,
en las huellas en un sueño que reflejan
las purísimas
aguas de un ojo que no veo
ni puedo ver con ojos
carnales, oh dioses del mar, oh dioses encendidos.

(Grupo exacto e intacto de flores amarillas
en las sendas del bosque, en los atajos
de la vista me cercan, beben, cantan ?no,
no me cercan. Ah, barcas. Lentamente
los ángeles de viento y de poniente
ríen, las flores de los áloes
me esperan no sé dónde o lo sé poco,
más allá de las fuentes
oh barcas. Todo es ejercicio de belleza
sobre las olas azulencas.)

Los áloes, las miradas del cabo
?mar adentro?, flores de espuma, crecen.
Mediodía. Todo es silencio y en la roca
el mirar Tuyo crece, nunca
visible, mas visible eternamente
como la ola visible arena toda
como tronco y maderas todos leves
como la luz sencilla memoriosa
Mente.

(Chillan gaviotas-naves oro leve y Dios
pensar del pensamiento horrorizado el pico
restauradoramente-isleño y cree y creo
mimosaluzcongojahonestaohfleuve
de mirar irritado, malquiere, maloduele
oh barcas, barca, barcas
oh las barcas)

Una hoja navega en este río
y es verde y pura mar de luz y mar.

XI

Barcas de mar azul,
los olivos ramos y remos de todo pájaro
hablan, cantan, Gregorio, con luz
que no admite tinieblas. Se abren los libros,
se abren todos los signos ?barcas, barcas?
las estrellas nos miran lentamente,
cierran sus ojos las bahías. El arco de la luz
a pesar de Dolor, canta, todo canta,
cuando las naranjas maduras, en el campo
verde caen y son luz,
ah, mar, de barcas, barcas, barcas,
en la bahía abierta, en el cristal
de la bahía de las barcas, barcas, cuando
las naranjas se abren en el cielo.

(Versión de Andrés Sánchez Robayna)

Graons

a Anna Maria

I

Les estrelles ens miren lentament
s´acluquen les radies. L´arc de llum
rodeja els caps en el camí del foc,
focs i banderes en les barques, fosc
el foc esbalaït de les taronges,
en l´aguanova els tarongers. Les brides
dels cavalls pensats, pesants, imaginats
lleugerament com els estels ens guien,
poruga nit no ens venç la teva fosca
de marivents i rels en la falesa.
Ah tot canta, tot canta, toto canta
en les crüilles del deser: arc breu del mar.

Calamar, astre-neu, sí a poc a poc
m´enlluermen (el sol les escumes
fa castells breus de marineu i Blas).
Els pagesos es mouen ?moure´s lleu?
com a casa de Brueghel, com els rius
que es mouen; no, que es nuen
en les pintures altes dels balcons oberts
en les petjades d´un somni que reflexen
les puríssimes
aigües dún ull que no veig ni puc veure
amb ulls carnals, oh déus del mar
oh déus excesos de la mar.

(Group exacte, intacte de flors grogues
en els camins del bosc, en les dreceres
de la mirada em cerquen, beuen, canten,
no, no em muren, Ah barques. Poc
a poc a poc els àngels de ponent i vent
riuen, les flors de cada ximbla
m´esperen no sé on o o bé sé poc
més enllà de les fonts, ah, barques.
Tot és un exercici de bellesa
en les ones blavenques).

Les ximbles, les mirades del cap
?mar endins? creixen, flors d´escuma.
Migdia. Tot és silenci i en la roca
creix l´esguard Teu jamai visible
i semprement, eternament visible
com les onces visibles totes sorra
com la soca i la fusta totes lleus
com la senzilla llum memoriosa
Ment.

(Xisclen gavines-naus or lleu i Déu
pensar del pensament esgarrifat el bec
restauradorament-illenc i creu i crec
mimosallumdesficideshonestohfleuve
d´un esguar irritat, malivol, maridol
oh barques, barque, baques,
oh les barques.)

Una fulla navega en haches riu
i és verda i pura mar de llum i mar.

XI

Barques de la mar blava,
les oliveres rams i el rem de tot ocell
parlen el cant, Gregori, d´una llum
que no permet tenebres. S´obren els llibres,
s´obren tots el signes ?barques, barques?
les estrelles ens miren lentament,
s´acluquen les radies. L´arc de llum
malgrat Dolor, canta, tot canta,
quan les taronges, madures, en el camp
verd cauen i són llum,
ah, mar, de barques, barques, barques,
en la badia oberta, en el cristall
de la badia de les barques, barques,
quan les taronges s´obren en el cel.



Poema Garrote Vil de Ramon Maria Del Valle Inclan



¡Tan! ¡Tan! ¡Tan! Canta el martillo,
el garrote alzando están,
canta en el campo un cuclillo,
y las estrellas se van
al compás del estribillo
con que repica el martillo:
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!
El patíbulo destaca
trágico, nocturno y gris,
la ronda de la petaca
sigue a la ronda de anís,
pica tabaco la faca
y el patíbulo destaca
sobre el alba flor de lis.
Áspera copla remota
que rasguea un guitarrón
se escucha. Grito de jota
del morapio peleón.
El cabileño patriota
canta la canción remota
de las glorias de Aragón.
Apicarada pelambre
al pie del garrote vil,
se solaza muerta de hambre.
Da vayas al alguacil,
y con un rumor de enjambre
acoge hostil la pelambre
a la hostil Guardia Civil.
Un gitano vende churros
al socaire de un corral,
asoman flautistas burros
las orejas al bardal,
y en el corro de baturros
el gitano de los churros
beatifica al criminal.
El reo espera en capilla,
reza un clérigo en latín,
llora una vela amarilla,
y el sentenciado da fin
a la amarilla tortilla
de yerbas. Fue a la capilla
la cena del cafetín.
Canta en la plaza el martillo,
el verdugo gana el pan,
un paño enluta el banquillo.
Como el paño es catalán,
se está volviendo amarillo
al son que canta el martillo.
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!



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