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Poema Trafago de Enrique Viloria Vera



No queda tiempo
para contemplarse el rostro
e intentar luego colocarlo en la memoria
muertos están la abulia y el ocio
los que vidrieras contemplan
no hay tiempo para dar las gracias
y esperar respuesta
urgente es el mote
que llevamos en la frente
Special Delivery
el sobre que cubre nuestras vidas
en tránsito hacia la muerte



Poema Sol A Cuestas de Enrique Viloria Vera



para Ender Cepeda

Ojo distinto al ojo
recoge solidario
senos caderas piernas
esperas de esquina
cuerpos de burdel
ahítos rozagantes
presencias anchas y con parangón
Barrio plaza de pueblo
malecón mercado popular
se mudan prestos complacidos
compartiendo con zócalos pórticos y zaguanes
una audacia constructiva
en la que el color intenso
sustituye al friso y al ladrillo
Todos saben todo
la intimidad está proscrita
la mirada soberana propia y ajena
se convierte en majestad indiscutida
de ventanas entreabiertas
y portones sin aldabas
Mujeres de distinto sino
madres compañeras
novias prostitutas
visten poses de circunstancia
trajes de ocasión
para que la eternidad
las reciba en compañía del amor

La pintura el dibujo la emoción
adquieren carácter de vecindario de pensión
de autobús festivo
de comarca fraterna de terminal de nuevo circo
donde se comparten sin remilgos
cuitas libres de abrigos y soledades



Poema Silencios de Enrique Viloria Vera



para Julio Pacheco Rivas

¿Dónde están las voces?
¿Qué pasó con la mirada?
del amor
¿Qué noticias tenemos?
La ciudad vive para sí misma
Plazas edificios avenidas
objetos sin uso
y sin denominación
carentes de alguien que los nombre
ejercen un señorío
parecido a la muerte
cercano a la indiferencia y al olvido
Un silencio largo
de autopista deshabitada
se suma al coro de mudeces
que aturde restaurantes y mercados
La palabra no existe
se la comió el color
el espacio la luz
el peso de la ausencia
vuelve sobre sus pasos
el tiempo
va y viene transcurre solícito
marcando horas sin destinatario
en ciudades privadas de prisas y contemplaciones

Nadie respira ninguno jadea
se perdieron los latidos
el calor del cuerpo
las apetencias de la carne
el sabor del beso y la saliva
el orgasmo de humedades compartidas
sólo nos queda un recuerdo esta muerte
que también se va diluyendo



Poema Redención de Enrique Viloria Vera



(para Felipe Herrera)

Salmos bizarros
carentes de letras y melodías
le son entonados a un Dios desconocido
que impuso su presencia
por los siglos de los siglos
Sangra su corazón
se vuelve ardiente
un cuchillo común y pendenciero
busca tomar venganza
de aquel mordisco femenino
que desterró por siempre al hombre del paraíso
Un cuerpo sin cara
un Cristo sin rostro
herido y lacerado por la mano del prójimo
restaura decidido
una paz que nace del amor
Tu altar de retablos infinitos
como inmensa paradoja
contiene el sacrificio de pan y vino
de ese que sigue siendo corazón benévolo
nueva y santa alianza encarnada
para redimir al hombre de los hombres

Como calvario del arte
una cruz de madera viva
austera desolada inclinada
libre de ladrones y sanedrines
contiene sólo pies y manos los extremos
de un Dios hecho hombre
de ese terco salvador
cuya identidad buscamos
en el más oscuro rincón
en ese recoveco íntimo y desolado
donde habita lo más genuino de lo humano



Poema Por Fortuna de Enrique Viloria Vera



Si perdiera la vista
¿Qué haría?

¿Será posible verlo todo
a través del recuerdo?

Tus gestos
esos mohines
coquetos y amorosos
que todavía me cautivan
¿Podré reproducirlos
recrearme con ellos
aun sin mis ojos?

¿Qué pasará con tu risa?
esa que además de labios y dientes
canto y melodía
es comisura irrepetible
rictus seductor

Por fortuna
para el sabor de tu cuerpo
para el gusto de tus humores
no necesito de mis ojos



Poema Nostalgia de Enrique Viloria Vera



Tengo nostalgia
de tu aliento
En esta tarde fría
de inviernos impuestos
veranos negados
y primaveras prescritas
certifico
que el olvido
no te acompaña
En esta hora última triste
desearía
que tu cuerpo caliente
este cuerpo sin destino
que impulsado
por tu recuerdo
lanzo al vacío



Poema Maldición de Enrique Viloria Vera



Soñarás siempre
con campos devastados
el invierno
teñirá tus pupilas de tristeza
Pasarás efímero
confuso
por el mundo
como huella
que también
pertenece a otro
De la belleza
no tendrás noticia
anidarán en ti
las ruinas de un amor
destruido por el olvido
De tu infancia
conocerás sólo
una heráldica de ausencias
que te convertirá
en fugitivo y perseguidor
de un recuerdo inaccesible
que yace protegido
en la memoria de tus muertos



Poema Infanterías de Enrique Viloria Vera



Después de tanto decantar
de tanto cernir
vivencias sitios
lugares amigos
los exámenes del colegio la salle
el farol que alumbraba optimista
los estudios realizados al aire libre
en silla de extensión
cuando se comentaba
con amigos que no están
un beso sin saliva
el primer roce de una mano femenina
Puedo sumar también
la ausencia de un padre legendario
que no alcanzó a ser mi héroe
un abuelo siempre amigo
una abuela que nunca
saldrá de mi corazón
De mi madre
es poco y mucho lo que queda
cualquier recuerdo suyo
tiene un toque de infelicidad
un tono de desesperanza
de amores que no pudieron ser

Van quedando
la inagotable chaqueta
la camisa manga larga
la pulcritud el horario
y sobre todo
este maldito sentido de responsabilidad
que me lleva
a levantarme todos los días
para hacer lo que tengo que hacer
como si fuera
el último minuto de mi vida



Poema Fiesta de Enrique Viloria Vera



Se presentó el río
acompañado de invitados inusuales
desconocidos
no venían en son de paz
bebieron
tragaron
dispusieron de todo lo que había
dejándonos
hambrientos sedientos
temerosos de esas fiestas
a las que arriban
sin aviso sin nuestro consentimiento
convidados
de palo de lodo
de piedra



Poema Fe de Enrique Viloria Vera



Dios existe
me lo dicen tus ojos
este amor que es eucaristía
espíritu encarnado
en tu cuerpo de diosa diminuta

Dios existe
lo saboreo en tus besos húmedos
cáliz de salivas
río desbordado de pasiones

Dios existe
lo encuentro entre tus labios
los otros
cuando me aprietas largo
intensamente
y esa muerte momentánea
deseada irresistible
funge de juicio final
de resurrección anticipada
de eternidad posible
localizada
en el mero centro
de tu cuerpo perecedero



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