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Poema Umbral (viii) de Daniel Chirom



Un muro de silencio
cubre las puertas doradas,
cal de la memoria
y sal del desencuentro.
Tu alfabeto hollado por la luna
una plegaria que horada el tiempo.
Bebe
has visto a Saturno en el leprosario
baila
el cielo vacía una blanca taza
sueña
un corazón es una trampa
canta
una sinfonía enloquece.
Esta tierra se desvanece
huye de su sombra
para encontrar una palabra,
un inventario.
¡Canta tu canción, canta!
tu canción de inmensidad en llamas
tu canción de lino blanco
¡canta tu canción
que estamos aquí para escuchar
tu ausencia!.



Poema Umbral (vii) de Daniel Chirom



La infancia
un jardín enloquecido.
Mirra e incienso
tu casa
carmín y fuego
tu reino.
Telares del alba
muerden tu deseo,
la rosa negra
te eleva
entre las brumas
y enciende
las luces del alba.
Oh fronteras irredentas
hacia las playas corres
para bordar las olas
que surcarán los mares.
Un cometa surca el aire
y como Faetón incendia
los papeles viejos
las murallas de nunca
las tumbas del ensueño.
Oh rosa tatuada de la infancia
esplendor súbito del horizonte.



Poema Umbral (vi) de Daniel Chirom



Canta
vuela
baila
bebe el vino
transatlántico.
Sueña
corre
ríe
susurra un arcano
olvidado.
Marinero marinado
juglar de vuelo alto
piloto de tormentas
príncipe destronado.
Estas playas se desnudan
ante tu mirada
estas playas se desvanecen
ante tu magia.
Pan casero
tus oraciones
pan ácimo
tus plegarias.



Poema Umbral (v) de Daniel Chirom



V

—————–(recitativo)—————————–(coro)

Yo soy
el ciervo blanco del mar————————-profano las playas
el viento ácido de los puertos—————–escucho los secretos
el dolmen iluminado—————————–adivino la luna
el dios radiante del diluvio——————— codicio tu sangre
el libro muerto de una noche——————oculto la rueda
el ojo celeste del paraíso———————–miro el humo
la llave roja del templo—————————devoro tu astucia
la serpiente de la higuera———————–custodio tu aliento
los espejos de un castillo en ruinas———resucito en tu sombra
las moiras de un canto floreciente————invoco tu infancia
el gallo de las pléyades————————–confundo tu lengua
el príncipe inerte del miedo———————amparo tus estrellas

¿Quién
encontró el ala rota del buitre ——————el cielo oscurece
fundó el agua en el océano———————el fuego no consume
gritó el nombre que nadie recuerda———-el cuchillo desciende
veló sobre la montaña y el bosque———– el águila no canta
derribó el muro donde dormía el viento —–el vacío no recuerda
dibujó el sol de medianoche——————- el carbón es una espada
llamó a Saturno para invadir los lechos—–el corazón es la intemperie
convocó a la razón para abortar al niño—– el que ama se pierde
comenzó el delirio y encerró el laberinto—-el toro fecunda la ausencia
cruzó el puente y apagó la lámpara?——– el crimen es sueño.

Señor:
te evoco en alta mar para que lleves mi nave
hacia el puerto donde me esperan los secretos que olvidé,
te denuncio a través de la bruma matinal para que levantes
un palacio donde pueda deshilvanar mis desdichas,
te nombro aunque nombrarte me sea prohibido para que
inscribas en mi frente el signo candente de la derrota,
te invoco en mi oficio donde el cisne oculta su cuello
para que nazca un nuevo día en la penumbra blanca de tu ocaso.



Poema Umbral (ix) de Daniel Chirom



Y yo canto al cielo que hay en ti,
ungido de luna;
recuerda en la noche
cuando el mundo rodó al mar,
recuerda en la noche,
recuerda que éramos lo que somos:
carceleros de horas y torres,
hermanos del viento
extranjeros bebedores del rocío,
un ojo hacia el que ascendemos.



Poema Umbral (iv) de Daniel Chirom



IV

Correo del mundo
tu príncipe enjoyado
desvela poemas
en un planeta solitario.
La soledad de la guerra
la soledad del soldado
la soledad del niño
la soledad del hermano
hieren tu vuelo
de jinete solitario.
¿Quién te escucha?
¿Quién te ve?
¿Quién te nombra?
Del Atlántico surge un hada
de París un arcano
de Buenos Aires un enero
de tu prisión un niño iluminado.
Del Sena nace un gorrión
del Río de la Plata un tango
de Montmartre una acuarela
de la Pampa una zamba.
Correo del mundo
tu aeroplano
tu voz unió las voces
de Argentina y de Francia.



Poema Umbral (iii) de Daniel Chirom



III

Cabalga caballero andante
cabalga
entre el vértigo del Sur
y los campos elíseos
entre la Pampa sedienta
y los jardines reales.
Cabalga mi capitán
cabalga
que el día es eterno
y la noche infinita
que el alba es un océano
y el despertar un deceso.
Enciende las velas
el limosnero sangra
enciende las velas
la claridad enceguese
enciende las velas
la oscuridad ilumina.
Trueno
ánfora
relámpago
señuelo.
Apaga las velas
la casa envejece
apaga las velas
Juana arde en la hoguera
apaga las velas
un corazón brama.



Poema Umbral (ii) de Daniel Chirom



II

Vuela
azul
asciende
volatinero
avanza
aéreo.
El aire te precede
la brisa te reclama
las nubes te oyen
el céfiro te acuna
Una ráfaga
sostiene tu aliento
un vendaval
hila tus sueños
una brizna
teje tu sino
un ventarrón
ilumina tu planeta.
Del Oeste al Este
del Este al Oeste
enamorado
sigiloso
iluminado
tomando atajos
criando ensueños
amando lo indomable.
Tus alas
velas del firmamento
tus alas
encomiendas enjoyadas
tus alas
diamantes azules.
Sin tus ansias
el océano que nos separa
sería un erial
un desierto oscuro
una pena incierta.



Poema Umbral (i) de Daniel Chirom



A Antoine Saint-Exupéry

I

Allí aquí

al borde
en el camino
lejos de casa
cerca del cielo
una sombra
el mar
una sombra
costa verde
agua dulce
un sueño
una duermevela
ojos rasgados
ojos pasmados
ojos sedientos
El viento
una encrucijada
el viento
una estela
el viento
aire nuevo
río ancho
río leonado
río furtivo.
Pies descalzos
en la arena
manos abiertas
en el lodo
cuerpos blancos
en un paraíso.
La mirada vuela
la mirada olfatea
la mirada gime.
Tan lejos
y tan cerca
atrás quedó
la catedral
un jardín
los bulevares
la flor de lis
una música.
Ahora el horizonte
se ensancha
los árboles
trepan
las nubes
bajan
el musgo
alborota.
Ahora la tierra
no tiene fin
es el cielo
un disco rojo
una luna menguante
el rocío
un animal solitario
la llanura desbocada.



Poema Sara de Daniel Chirom



Estas ramas
son tus manos
acariciando el cielo
después de cada tormenta.
Y esos dedos son llamas
encendiendo una noche
en la penumbra blanca de tu ocaso.



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