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Poema Dónde Se Fué Mi Vida de María Monvel



¿Dónde se fué mi vida?

¿Dónde se fué mi vida
cuando se fué mi estrella?

¿Si huyó de mí, quién sabe,
o es que no puedo verla?

¿Es que me cogió el alma
una brutal ceguera?

¿Se ha anulado mi tacto
que palpa sin que se sienta?

¿Mientras estás conmigo
me destroza tu ausencia?

¿Me llamas y me besas
sin que escuche ni sienta?

¿Me oprimes en tus brazos
mientras te sueño muerta?

¿Tú, huirte? ¿Tú dejarme
en soledad inmensa?

¿O es la locura acaso
quién puebla mi conciencia?

¿Es verdad que te llamo
sin alcanzar respuesta?

¿Pido, inútil, tu amparo
mientras alguien me acecha?

¿Grito y tú no respondes?
¿lloro y tú no me besas?

No, tú me abandonas…
¡Yo me he tornado ciega!

Tú no me abandonaste:
fui yo como antes fuera…

Me llamas y no escucha
mi corazón de piedra.

La luz ya no me sirve
para verte con ella.

Mis manos ya no logran
palpar carne tierna.

Ni mis labios alcanzan
el beso que me entregas.

Perdí yo los sentidos
con que te adoré ciega,

y mi alma mutilada
que al no vivir no vuela,

me ha dejado una vida
que no alcanza a tu estrella …

¡No penetra tu grito
tras la muralla eterna!

Si lograra tu cielo,
o bien tu noche negra …

No quiero aire, si no es
ese tu aire de seda.

Quiero cortarte rosas:
las que en tus prados crezcan.

Quiero la noche obscura
en donde tu alma duerma

Quiero tus mares hondos
o bien tu obscura piedra.
Quiero un hueco en la almohada
donde está tu cabeza.

¡Quiero ese cielo azul
donde acaso te encuentras!…

¡Reza dulce rosarios
con tus manos de seda!.

¡Dale a Dios tu sonrisa
para que a ti me vuelva,

y a tu hermana la Virgen,
acércate, hechicera !…

¡Qué me dé lo que tienes,
que me dé lo que tengas:

la vida en donde yazgas,
la muerte, si estás muerta!.



Poema Disparo de María Eugenia Caseiro



Cuando pongo el dedo en el gatillo
el agua se detiene
olvido responder tantas preguntas
el gallo se desprende del reloj
se saltan todos los muelles del piano
y la voz
se dispara de gargantas.

Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema Del Tiempo Aquel de María Eugenia Caseiro



Recorto pedazos de paisaje
en el tiempo preciso
para darles
esa emoción del ave
de alegre corola que aleteaba
perdida en el tronco de aquel árbol
cuajado de majaguas
este juego de volver?

Y la serena compostura
de esos pájaros de ayer
posados en el agua
perfectas criaturas
que soñaron
sus vuelos de hoy
en la temprana
luz que los aroma
cautivos del tiempo aquel.
Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema Dedos de María Eugenia Caseiro



Tus dedos lanzan oscuros sin ley
sobre las horas, granos de sal
colmenas y alfileres. ¡Galgos!
correr correr correr?
dioses como piñas dulces sin templo
vuelan juegan saben.

Chambelanes como delirios
magistralmente
tus dedos, mis dedos, nuestros
funden lingotes de animales
cautivos de ti. Tus pies, tus manos
tocan pista; cal, estrellas rojas con agujas.

Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema De Profecías Y Puertas de María Eugenia Caseiro



Soy araña feliz sobre la tela
en el ir y venir de las agujas
hasta sentirme olvidada
de las flor mistificada y de los parques.
Que no me engulla el sol y el agua
para luego segarme.
Soy feliz cuando las puertas
se convierten en perros guardianes
y me siento protegida de la lluvia.

Es mejor cerrar los ojos
que no sepan del color, ni los oídos escuchen
la facundia de las viejas cotorras.
Que las paredes aprendan
a amoldarse al silencio de la piedra,
que el maleficio no llegue
porque hay muertos que suelen repetirse
y nada hay de extraordinario
en que otro día sin suerte
dejen de una vez la puerta abierta
te arrebaten de nuevo el mismo muerto
y se te vaya dos veces, o tres, o cien
¿quién sabe cuántas veces?

Soy feliz cuando las puertas no permiten
que salgan los de adentro
cuando los que aún no llegan
se pierden sin saber si han de llegar
porque hay muertos que suelen repetirse
y nada hay de extraordinario en que se te vaya de nuevo
¿quién sabe cuántas veces?

Nada sé de colocar alfombras
para dar la bienvenida a los extraños;
que se vayan con sus risas de cristal partido,
con sus cofres de badana
y sus cajitas de música
Que se vallan
muy lejos de mis puertas
que saben guarecer de la inútil profecía.

¡Olvídense de mí!
viejos doctores de los presentimientos
Quiero ser feliz convertida en araña.

Déjenme a solas custodiada por mis puertas
porque hay muertos que suelen repetirse
y ya no quiero ver pasar
una y otra vez el mismo féretro.

Contacto con María Eugenia Caseiro: buhowriter@hotmail.com



Poema Del Río de María De Los Reyes Fuentes



El río es como un brazo de justicia
con su sentencia al fin: el tránsito, el ejemplo.

Y en todos los rincones de la tierra
brotan los ríos y los hombres, que fluyen, y discurren,
que abocan en su mar tan sentenciado,
definitiva fuente donde hundirse
con el desgarramiento de la huida.
Que el hombre, como el río, es un curso, una fuga,
un arrepentimiento, que primero avasalla
y se agazapa a veces, pero sigue adelante,
en la inútil carrera del minuto a minuto.

Los hombres o los ríos, disparados,
van hacia la constancia de un camino
que les lime las rocas
y les haga contornos de dulzura.
Se desvían sus fuerzas
y hacen marca distinta a la soñada,
la que pudo haber sido pero que se resiste
y allí en la resistencia abandonamos,
o golpeamos mucho,
como pasión segura de todas las razones,
o se deja lamida,
con nuestro gusto, así, para que sepa
al testimonio fiel de última instancia.

Y el río es como un trámite vigente,
y un hombre es como un río,
de la raíz del tiempo al polen más alado,
de raíz de raíces, de la sorpresa al mar.

Hay ríos muy pequeños y sin lucha,
que llevan la paciencia de enarbolar silencios
sin leyenda o razón que atribuirse.
Y hay ríos que son grandes,
como este que discurre a mi costado
y que lo sé común a tanta entraña,
con brazos extendidos de ambición o de ensueño,
con ansias de domar a las hirientes peñas,
con virtud de caricia si por el tierno valle,
bebiéndose el tesoro de toda Andalucía,
trazando la gran rúbrica por este Sur de España,
mientras que salta el aire de una sierra a otra sierra
pero él sigue y persigue por su fluida columna
que busca la sentencia del Océano,
la meta irremediable
de donde han de brotar, ay sí, las nuevas aguas,
porque el río delata su parecido al hombre,
Y se hace la justicia de su curso,
su curso por la tierra, por la historia,
y no hay mutilación que nos lo niegue.



Poema Dos Mil Años Después de María Cristina Orantes



A las puertas de un siglo,
dos mil años después de los milagros
seguimos repitiendo las parábolas
y por el mismo camino, seguimos caminando.
dos mil años después hemos probado todo:
peeling, liposucción, bisturí mágico
que retrocede el tiempo sobre la piel
y la carroña que por dentro llevamos?
nadie ha inventado la cura milagrosa
para limpiar las manos de aquel que vende muerte
vestida de etiqueta en papelitos blancos.
Y el verdadero Dorian que vive en nuestro pecho
se sigue alimentando…
Conocimos la luna y fuimos más allá
pero aún no sabemos de donde es que venimos
ni para donde vamos.
Dos mil años después seguimos como entonces
Esperando…



Poema De El Señor De La Muralla de María Antonieta Flores



J) De cómo una dama consciente
entrega sus riquezas y joyas a quien
recorre los campos de guerra
empuñando la aniquilación.

Señor de la Muralla
portadora
alta sobre toda cabeza
imploro un poco de tu fértil riego
Mira este rostro de ágata
promesa de sabias noches
la tolerancia de mis suaves pies
Recíbeme
dame la fuerza
la metamorfosis y la destrucción
Alójame
Hazme engendro de toda noche
Cuervo o ciervo de laderas
Soy cántico de antepasados
un nuevo hechizo
fragmento del cuarzo de los relojes
la de los signos y vientos favorables
el astrolabio
Fela fela
es tu orden
simple promesa del tiempo

O) Se cuenta cómo después de bodas
y celebraciones, la cumplida esposa,
nunca olvidada por el Señor, da el
paso de rigor.

Aguardo
lúcida
el amanecer
Si uno cree en cada palabra
Si se ansió y gozó la tenue caricia de un tirano
Si se debe dejar que el aire escape
vuelta ceniza hasta que la hoguera se detenga
hasta la purificación
si así y sólo de ese modo
uno mira al espejo
agota un traje de lino puro
brazaletes y cadenas en los tobillos
todo suspendido
quieto
rico en sombras
las miradas de mis muertos
aplico una última gota de nardo
sueltos los cabellos
Al fin
dislumbro la claridad
frasco mínimo de veneno
Me ve sucumbir
mi frialdad convulsa
las palabras no dichas ni pensadas
el desorden
mi mano arrastrando las sedas
Su pronta furia
Su desnudez brillante no logra detenerme
Sólo diviso el terror de sus manos



Poema De Bienes Destituidas de Margarita Hickey



De bienes destituidas,
víctimas del pundonor,
censuradas con amor,
y sin él desatendidas;
sin cariño pretendidas,
por apetito buscadas,
conseguidas, ultrajadas;
sin aplausos la virtud,
sin lauros la juventud,
y en la vejez despreciadas.



Poema De Todas Las Que Soy de Márgara Russotto



De todas las que soy
poco prefiero
la abeja industriosa en su trajín,
o la cigarra aplastada en el verano,
tampoco aquella cebra distraída en las alturas
que tan diversas de mí
siempre andan.

De todas una sola me acongoja:
la salvaje
atravesando el lodo,
la extraviada oveja
la alocada y perdida de ti.

A esa junto al fuego acariciara
y con manta seca le agrigara el frío.
Por esa sola de rodillas te diría:
¡Basta, Señor!

Abandona tu enojo
que nada has entendido, mi Señor,
mi inalcanzable
mi iracundo
patriarca.



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