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Poema Casi Una Fantasía de Eugenio Montale



Amanece de nuevo, lo presiento
por el albor de vieja
plata en las paredes:
las ventanas cerradas se vetean de un tenue resplandor.
Vuelve el advenimiento del sol
pero sin las difusas voces,
los acostumbrados estrépitos.

¿Por qué? Pienso en un día encantado
y de las justas de horas demasiado iguales
me resarzo.
Desbordará la fuerza que me inflamaba,
inconsciente mago, desde largo tiempo.
Ahora me asomaré, destruiré altas casas,
despojos viales.
Tendré ante mí un lugar de limpia nieve
mas tan ligero como el paisaje de un tapiz.
Resbalará un destello lento
entre el algodón del cielo.
Selvas y colinas llenas de invisible luz
me harán el elogio de los festivos retornos.

Alegre leeré sobre el blanco
los negros signos de las ramas
como un esencial alfabeto.
Todo el pasado de repente aparecerá delante.
No turbará sonido alguno esta alegría solitaria.
Cruzará el aire posándose sobre una estaca
algún gallito de Marzo.

Versión de: F.Ferrer Lerin



Poema Confesiones Del Acusado de Marco Antonio Valencia Calle



No creí, no reflexioné y no me expuse.

No fui instrumento ni de la paz, ni del amor, pero tampoco de la guerra y el odio.

No dude, ni afirmé, ni negué, ni renegué, ni nada.

Jamás alimenté el alma, y al cuerpo le di cualquier cosa.

Leí lo necesario y sin esfuerzo, y escuché dialogar a la gente con la lluvia, con la luna, con la tierra y sin prestarles atención.

Dormí cuanto pude y jamás saqué una espada para defender los ideales de otro.

El dolor por los pasajes horribles de la gente no melló mi tranquilidad.

Las causas perdidas o los días de gloria me fueron ajenos y descarté ejercer la fe en algo entre mis deberes.

Y para qué negarlo, con esta filosofía fui feliz entre los mortales, sobre la tierra y en vida.



Poema Ciprés de Federico García Lorca



Ciprés.
(Agua estancada.)
Chopo
(Agua cristalina.)
Mimbre.
(Agua profunda.)
Corazón.
(Agua de pupila.)



Poema Cancel de Juan Liscano



Estaba allí, exacto, sin hora,
a toda hora, en el sitio asignado,
existiendo en la existencia pasajera.

¿Dónde está ahora, cuando vencido
el tiempo de tocar corriendo,
deslumbrado por el sol del juego,
acosa el tiempo de escribir su nombre?

?Nombres y cosas pertenecen a países diferentes.
?Nacieron en distintas edades.
?Las cosas fueron primero.
?Hay cosas creadas después.

¿Era la casa tan grande, tan desconocida,
que en ella, al recordar, se perdían
las palabras que estuvieron ligadas a las cosas?
¿Y las cosas permanecían, sin nombre,
manifiestas, persistentes
en la memoria?

Cosas y nombres, sueltos, nublados.
Damos vuelta en la memoria
a términos inmateriales, a formas innominadas,
dueños de un espacio que nos abarca
y nos oculta.



Poema Como Otras Tantas Veces de Yanira Soundy



A los niños y niñas que fueron violados bajo la noche…

Esta noche ha entrado la luz casi dormida, atrapando estrellas y violines.
Ha venido con su boca helada y rendida, con su alma gris templando mis raíces.
Ha venido a tallar el tiempo, con un manojo de violetas, como un sueño sin aurora, pintado de nuevo con cenizas.
Murmura secretos y deja caer sus lágrimas en mi garganta, triturando la angustia hundida entre mis venas.
El viento cruza el resto del cielo, moviendo los platos vacíos. Una miel rota se derrama en los cartones de los niños que duermen abandonados en las calles.
La noche es una puerta abierta…
Hombres de vidrio desgarran los jacintos y descapullan las rosas inocentes.
Un aire frío se cae, se levanta y se consume…
La luz pasa de largo, como otras tantas veces.



Poema Canción De Hadas de Aurelio Arturo



Hadas divinas hadas!
Creer en las hadas
en las rosadas, felices noches estivales,
y también en esas noches extrañas
cuando entre abismos de sombras en el silencio
del silencio
se encuentra de súbito una líquida palabra melodiosa
como una fresca agua recóndita, un agua
de dulce mirada.
¿No creer ya en las hadas?
Pero entonces… Yo creo, ciertamente,
que mi antigua haya era una reina de hadas,
y lo supe cuando en el cielo de su mirada
subían rosas ardientes y cuando su palabra
quemó mi piel sin dejar señales,
y porque en su corpiño, bajo las sedas
le palpitaban palomas blancas.

Ahora el silencio
un silencio duro, sin manantiales,
sin retamas, sin frescura,
un silencio que persiste y se ahonda
aun detrás del estrépito
de las ciudades que se derrumban.
Y las hadas se pudren en los estanques muertos
entre algas y hojas secas
y malezas,
o se han transformado en trajes de seda
abandonados en viejos armarios que se quejan,
trajes que lucieron ciñéndose a la locura de las da
entre luces y músicas.



Poema Como Una Lengua De Vaca de Kyra Galván



Mis almohadas son distintas
como de hotel costeño, humedas y frías.
Mi cama es comoun enorme trigal que me consume.
Todo el cuarto es un bosque de pinos altos
y desde la ventana miro otro bosque.
Por mi pupila alargada y cilíndrica
busco el destello de luz que me falta.
No soy mas que una lengua de vaca
esperando en el refrigerador a que vengan por mí.
Desde aquí sólo puedo ser el carbón, el humo de este incendio.
(No puedo sacar mis ruedas y transitar)
Soy Leda tratando inútilmente
de suducir a un cisne de transistores



Poema Canción de José Luis Piquero



Verla partir y amarla como nunca
Nicolás Guillén

La quise sin querer, sin elegir,
contra mí mismo,
y ahora que se ha ido
saber que está en el mundo no me deja dormir.
Estoy perdido.

Y recorro su calle a ver si hay suerte,
que no me atrevo
a llamarla y me juego
la tarde en encontrarla, qué sé yo, casualmente.
Y no la encuentro.

He de hacer algo, o la pierdo o la amo,
contra mí mismo,
contra cualquier olvido,
que es cobarde el olvido, que me atrevo y la llamo.
Pero se ha ido.



Poema Cuántos Sitios de Javier Payeras



cuántos sitios
llevamos dentro
somos muchas calles
muchas mentiras
muchas horas inútiles
tenemos dioses
dos siglos
y un litigio contra las cosas
hechas
¿acaso hay algo más
siniestro
que la noche llena de pensamientos

LA HORA DE LA RABIA (1999)



Poema Consejo de Fernando Pessoa



Cerca con grandes muros aquél que te sueñas.
Después, donde es visible el jardín
a través del portón de reja adecuada,
pon las flores que sean las más risueñas,
para que te conozcan sólo así.
Donde nadie lo vea no pongas nada.

Haz macizos como los que otros tienen,
donde las miradas puedan entrever
tu jardín tal como se lo vas a mostrar.
Pero donde es tuyo, y nunca lo ve nadie,
deja las flores que vienen del suelo crecer
y deja las hierbas naturales medrar.

Haz de ti mismo un doble ser guardado;
y que nadie, que vea y mire, pueda
saber de ti más de lo que sabe un jardín?
un jardín mostrable y reservado,
por detrás del cual la flor nativa roza
la hierba tan pobre que ni tú la ves…

Traducción: Miguel Ángel Sepúlveda Espinoza



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