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Poema Canciones de Luis Gálvez De Montalvo



Pastora, tus ojos bellos
mi cielo puedo llamallos,
pues en llegando a mirallos,
se me pasa el alma a ellos.

Ojos cuya perfección
desprecia humanos despojos,
los ojos los llamen ojos,
qu´el alma sabe quién son.

Pastora, la fuerza dellos
por espejo hace estimallos,
pues viene junto el mirallos
y el pasarse el alma a ellos.

Muchas cosas dan señal
desta verdad sin recelo:
que tus ojos son del cielo
y su poder celestial.

Pastora, pues solo vellos
fuerza el corazón a amallos,
y la gloria de mirallos,
a pasarse el alma a ellos.



Poema Cura Que En La Vecindad de Luis De Gongora



Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?

El Cura que seglar fue,
Y tan seglar se quedó,
Y aunque órdenes recibió
Hoy tan sin orden se ve,
Pues de sus vecinas sé
Que perdió la continencia,
No le llamen Reverencia,
Que se hace Paternidad.

Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?

Si una y otra es su comadre
De cuantas vecinas vemos,
De hoy más su nombre mudemos
De Cura en el de Compadre:
Y si le llamare Padre
Algún rapaz tiernamente,
La voz de aquel inocente
Misterio encierra y verdad.

Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?

Cura que a su barrio entero
Trata de escandalizallo,
Ya no es Cura, sino gallo
De todo aquel gallinero;
Que enfermó por su dinero
A las más que toca el preste
Ya no es cura, sino peste
Por tan mala cualidad.

Cura que en la vecindad
Vive con desenvoltura,
¿Para qué le llaman cura,
Si es la misma enfermedad?



Poema Cuatro O Seis Desnudos Hombros de Luis De Gongora



Cuatro o seis desnudos hombros
De dos escollos o tres
Hurtan poco sitio al mar,
Y mucho agradable en él.

Cuánto lo sienten las ondas
Batido lo dice el pie,
Que pólvora de las piedras
La agua repetida es.

Modestamente sublime
Ciñe la cumbre un laurel,
Coronando de esperanzas
Al piloto que le ve.

Verdes rayos de una palma,
Si no luciente, cortés,
Norte frondoso, conducen
El derrotado bajel.

Este ameno sitio breve,
De cabra, apenas montés
Profanado, escaló un día
Mal agradecida fe;

Joven, digo, ya esplendor
Del Palacio de su Rey,
El hueco anima de un tronco
Nueve meses habrá o diez,

A quien, si lecho no blando,
Sueño le debe fiel,
Brame el Austro, y de las rocas
Haga lo que del ciprés.

Arrastrando allí eslabones
De su adorado desdén,
Hierbas cultiva no ingratas
En apacible vergel.

¡Oh, cuán bien las solicita
Sudor fácil, y cuán bien
Émulas responden ellas
Del más valiente pincel!

Confusas entre los lirios
Las rosas se dejan ver,
Bosquejando lo admirable
De su hermosura cruel

Tan dulce, tan natural,
Que abejuela alguna vez
Se caló a besar sus labios
En las hojas de un clavel.

Sierpe de cristal, vestida
Escamas de rosicler,
Se escondía ya en las flores
De la imaginada tez,

Cuando velera paloma,
Alado, si no bajel,
Nubes rompiendo de espuma,
En derrota suya un mes,

Le trajo, si no de oliva,
En las hojas de un papel,
Señas de serenidad,
Si el arco de Amor se cree.



Poema Cuantas Al Duero Le He Negado Ausente de Luis De Gongora



Cuantas al Duero le he negado ausente,
Tantas al Betis lágrimas le fío,
Y, de centellas coronado, el río
Fuego tributa al mar de urna ya ardiente.

Volcán desta agua y destas llamas fuente
Es, ingrata señora, el pecho mío;
Los suspiros lo digan que os envío,
Si la selva lo calla, que lo siente.

Cenefas de este Erídano segundo
Cenizas son; igual mi llanto tierno
A la de Faetón loca experiencia.

Arde el río, arde el mar, humea el mundo;
Si del carro del Sol no es mal gobierno,
Lágrimas y suspiros son de ausencia.



Poema Cuando Pitos Flautas de Luis De Gongora



Da bienes Fortuna
que no están escritos:
cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

¡Cuán diversas sendas
Se suelen seguir
En el repartir
Honras y haciendas!
A unos da encomiendas,
A otros sambenitos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

A veces despoja
De choza y apero
Al mayor cabrero,
Y a quien se le antoja;
La cabra más coja
Pare dos cabritos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

Porque en una aldea
Un pobre mancebo
Hurtó sólo un huevo,
Al sol bambolea,
Y otro se pasea
Con cien mil delitos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.



Poema ¿cuál Del Ganges Marfil, O Cuál De Paro de Luis De Gongora



¿Cuál del Ganges marfil, o cuál de Paro
Blanco mármol, cuál ébano luciente,
Cuál ámbar rubio, o cuál oro excelente,
Cuál fina plata, o cuál cristal tan claro,

Cuál tan menudo aljófar, cuál tan caro
Orïental safir, cuál rubí ardiente,
O cuál, en la dichosa edad presente,
Mano tan docta de escultor tan raro

Bulto de ellos formara, aunque hiciera
Ultraje milagroso a la hermosura
Su labor bella, su gentil fatiga,

Que no fuera figura al Sol de cera,
Delante de tus ojos, su figura,
Oh bella Clori, oh dulce mi enemiga?



Poema Cosas, Celalba Mía, He Visto Extrañas de Luis De Gongora



Cosas, Celalba mía, he visto extrañas:
Cascarse nubes, desbocarse vientos,
Altas torres besar sus fundamentos,
Y vomitar la tierra sus entrañas;

Duras puentes romper, cual tiernas cañas;
Arroyos prodigiosos, ríos violentos,
Mal vadeados de los pensamientos,
Y enfrenados peor de las montañas;

Los días de Noé, gentes subidas
En los más altos pinos levantados,
En las robustas hayas más crecidas.

Pastores, perros, chozas y ganados
Sobre las aguas vi, sin forma y vidas,
Y nada temí más que mis cuidados.



Poema Convoca Los Poetas De Andalucía A Que Celebren Al Marqués De Ayamonte de Luis De Gongora



Cisnes de Guadiana, a sus riberas
Llegué, y a vuestra dulce compañía,
Cuya suave métrica armonía
Desata montes y reduce fieras;

No a escuchar vuestras voces lisonjeras,
Sino al segundo ilustrador del día
Consagralle la humilde Musa mía,
Que cantó burlas y eterniza veras,

Al Apolo de España, al de Ayamonte
Culto honor. Si labraren vuestras plumas
Digna corona a su gloriosa frente,

Flores a vuestro estilo dará el monte,
Candor a vuestros versos las espumas
De Helicona darán y de su frente.



Poema Con Diferencia Tal, Con Gracia Tanta de Luis De Gongora



Con diferencia tal, con gracia tanta
Aquel ruiseñor llora, que sospecho
Que tiene otros cien mil dentro del pecho
Que alternan su dolor por su garganta;

Y aun creo que el espíritu levanta
?Como en información de su derecho?
A escribir del cuñado el atroz hecho
En las hojas de aquella verde planta.

Ponga, pues, fin a las querellas que usa
Pues ni quejarse ni mudar estanza
Por pico ni por pluma se le veda,

Y llore sólo aquel que su Medusa
En piedra convirtió, por que no pueda
Ni publicar su mal ni hacer mudanza.



Poema Ciego Que Apuntas Y Atinas de Luis De Gongora



Ciego que apuntas y atinas,
Caduco dios, y rapaz,
Vendado que me has vendido,
Y niño mayor de edad,
Por el alma de tu madre
?Que murió, siendo inmortal,
De envidia de mi señora?,
Que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.

Baste el tiempo mal gastado
Que he seguido a mi pesar
Tus inquïetas banderas,
Forajido capitán.
Perdóname, Amor, aquí,
Pues yo te perdono allá
Cuatro escudos de paciencia,
Diez de ventaja en amar.
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.

Amadores desdichados,
Que seguís milicia tal,
Decidme, ¿qué buena guía
Podéis de un ciego sacar?
De un pájaro ¿qué firmeza?
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano, ¿qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.

Diez años desperdicié,
Los mejores de mi edad,
En ser labrador de Amor
A costa de mi caudal.
Como aré y sembré, cogí;
Aré un alterado mar,
Sembré una estéril arena,
Cogí vergüenza y afán.
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.

Una torre fabriqué
Del viento en la raridad,
Mayor que la de Nembrot,
Y de confusión igual.
Gloria llamaba a la pena,
A la cárcel libertad,
Miel dulce al amargo acíbar,
Principio al fin, bien al mal.
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.



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