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Poema Confidencias de Pierre Louys



A la siguiente mañana
fui a su casa.
Tímidas amapolas,
las mejillas en brasa.
Y para estar a solas
me hizo entrar a su alcoba, muy ufana.

¡Tenía por preguntarle tantas cosas!
Pero al mirar su cíngulo ceñido
a la altura de las nuevas esposas,
¡por las diosas!
sufrí total olvido
y no osé ni abrazar su cuello erguido.

No ver cambio indiscreto
en su rostro me llenaba de asombro. Todavía
era mi amiga fiel, me parecía.
Pero desde la víspera nupcial, ese secreto
que me llenaba de susto reprimido,
mi amiga habría aprendido.

Súbito, me senté en su regazo;
en redor de su cuello puse el brazo,
y murmuré a su oído
como vivaz epodo,
las preguntas ansiosas.
Entonces ella, con las mejillas juntas, ruborosas,
-entonces ella me lo dijo todo.

De «Las canciones de Bilitis»

Versión de Enrique Uribe White



Poema Canción de Pierre Louys



Cuando lo vi, al regreso,
el rostro entre las manos oculté.
Él me dijo: «No temas, nuestro beso
¿quién, quién lo pudo ver?»

«Nos vio la noche» -díjele- «y la luna;
nos vio el alba, de fijo;
las estrellas, también.
Se miraba en el lago la importuna
y al agua bajo los sauces se lo dijo».

«Lo contó el agua al remo
y el remo, a la barquilla;
y al pescador, la quilla.
Ahí no quedó todo, bien lo temo,
pues, ¡ay! el pescador lo contó a su mujer».

«Si la mujer lo dijo a una comadre,
ya lo sabrá mi madre,
hasta mi hermana,
y la Hélade entera, esta mañana.
Todos, hasta mi padre, ya lo habrán de saber».

De «Las canciones de Bilitis»

Versión de Enrique Uribe White



Poema Cuenta Cómo Sucedió Lo De Enamorarse de Luis López Anglada



Sucedió que aquel año se decía
que los tiempos cambiaban. Cierto era;
aquel año empezó la primavera
cuando apenas enero se moría.

Aquel año la tarde convertía
en campos de pasión la Tierra entera
que, por cazar, el alma fue campera
y la caza le hirió que perseguía.

Sucedió que era invierno, que el destino
preparaba un asombro campesino
de manos blancas y sandalia breve.

Y me encontré en Castilla deslumbrado
con todo el corazón enamorado
como una antorcha en medio de la nieve.



Poema Celebra El Poeta Haber Hablado de Luis López Anglada



POR TELÉFONO CON SU AMADA….

Al hilo de tu voz y asida al hilo
tengo el alma, mi amor, para escucharte.
Viento de muchos álamos comparte
tu voz conmigo y la sostiene en vilo.

Asiento para pájaros y asilo
de enamoradas nubes. Por hablarte
hoy, pasando lo azul de parte a parte,
se atraviesan los cielos con su filo.

Un fresco olor a tierra que se labra
y a manantial con luna se improvisa
para inundar tu voz cuando navegue

la quilla dulce y fiel de tu palabra.
Y un silencio de pájaros avisa
mi muerte, amor, cuando el silencio llegue.



Poema Canto Xxii Voghe Stelle Dell Ossa (fragmento) de Giacomo Leopardi



Bellas estrellas de las tres Marías,
no creía volver a veros nunca
en el jardín de mi padre, centellas,
conversar con vosotras a través
de la ventana aquí donde vivía
de niño y donde vi acabar mis gozos.
¡Cuántas imágenes un tiempo y cuántas
fantasías creáronme en la mente
vuestra apariencia y la de otras estrellas
alrededor de vosotras! Entonces,
cuando en silencio sentado entre plantas
verdes solía pasar una parte
de la noche mirando el cielo, oyendo
el canto de las ramas en el campo
lejos, intermitente la luciérnaga
por los arbustos, a ras del prado, al viento
susurrando en senderos olorosos,
y los cipreses allá en su selva; y bajo
el techo patrio voces alternándose
y los trabajos de la servidumbre
tranquilos. ¡Y qué inmensos pensamientos,
qué sueños dulces me inspiró la vista
de aquel lejano mar, la cordillera
púrpura que de acá se me descubre
y que pensaba atravesar un día,
mundos arcanos me fingía, arcana
felicidad fingíame en la vida!
Ignaro del destino. Y cuántas veces
esta desnuda dolorosa vida
con gusto por la muerte cambiaría.

Versión de Armando Uribe



Poema Canción De La Margarita de John Keats



Con su gran ojo, el sol
no ve lo que yo veo.
La luna, toda plata, orgullosa, pudiera
ocultarse igualmente en una nube.

Y al llegar primavera -¡oh, primavera!-
es la de un rey mi vida.
Echada entre los brotes de la hierba,
acecho a las muchachas bonitas en su paso.

Miro por los lugares donde no osara nadie
y se fijan mis ojos donde nadie los fija,
y si la noche viene,
me cantan los corderos una canción de cuna.

Versión de Màrie Montand



Poema Canción De Folly de John Keats



¡Oh! Me asaltan los más terribles pensamientos.
Cual la de un ruiseñor su voz no sea, acaso,
y no sean sus dientes la perla más preciosa;
sus pestañas, tal vez, que yo sepa, no sean
más largas que la antena menuda de una mosca
de mayo, y en sus manos no tenga ni un hoyuelo,
pero sí muchas pecas. ¡Ah! Una nodriza loca,
porque anduviera pronto la pequeñuela, puede
haber curvado un par de piernas de Diana
y torcido el marfil de una nuca de Juno.

Versión de Màrie Montand



Poema Canción Ii de Victor Hugo



Si nada de mí queréis,
¿por qué os acercáis a mí?
Y si así me enloquecéis,
¿por qué me miráis así?
Si nada de mí queréis,
¿por qué os acercáis a mí?

Si nada intentáis decir,
¿por qué mi mano apretáis?
Del hermoso porvenir,
de la dicha en que soñáis,
si nada intentáis decir,
¿por qué mi mano apretáis?

Si queréis que aquí no esté,
¿por qué pasáis por aquí?
Sois mi afán y sois mi fe;
tiemblo al veros ¡ay de mí!
Si queréis que aquí no esté,
¿por qué pasáis por aquí?

Versión de Salvador Díaz Mirón



Poema Canción de Victor Hugo



Nace el alba y tu puerta está cerrada
Hermosa mía, ¿a qué dormir?
¿Si se despierta la rosa,
no vas a despertar tú?

Mi lindo encanto
escucha ya,
a tu amante que canta
y también llora.

Todo llama a tu puerta bendita.
Dice la aurora: «yo soy el día.»
Dice el pájaro: «yo la armonía.»
Y mi corazón: «yo el amor.»

Mi lindo encanto
escucha ya,
a tu amante que canta
y también llora.

Te adoro, ángel, te amo mujer
Dios que me completó contigo
creó mi amor para tu alma.
Y mis ojos para tu belleza.

Versión de Rafael Pombo



Poema Coleridge, S.t. de Luis Hernández



Te regalo las adormideras/ que crecieron/ Junto al Támesis/
Para Samuel Taylor/ Samuel Taylor Coleridge…

Rodeado de fantasmas
Samuel Taylor Coleridge:
Por qué hiciste tonterías
Algo más esperé de ti:
No esperar más.
Pero fuiste un milagro
De rara belleza
In Xanadú.



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