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Poema Confusa Exaltación Y Representación De La Dama de Washington Benavides



a Nené

-«Estás igual..» No. -Claro que envejeces;
-horrible fuera: sola y detenida,
mientras brotan y siegan a las mieses,
y el tren se va y el corazón trepida…

«Si universo y si tiempo nos sobrara…»
-Lo dijo Marvell- en un nomeolvides
si «La púdica amada» titubeara…
Ronsard lo reiteró y hoy Benavides.

No temo por la pérdida segura
de aquella perfección, de aquella cara,
porque no es eso lo que al fin perdura.

Old Ezra bien lo supo. Rememoro
su lección (aunque tiemblo al deterioro):
«Si universo y si tiempo nos sobrara»…

De «Poesía» 1959-1962



Poema Canción De Los Lentes de Washington Benavides



El poeta envejece.
No ve la línea,
la delgada silueta
que, antes, veía.
La escritura le baila
una polkita;
se le van los matices,
las golondrinas.
Pero se puso lentes
y oh maravilla
se dibujaron netas
las golondrinas.
Apareció de nuevo,
-la delgadiña-
aquella del romance,
palabra limpia…
Los tipos de su máquina
la tinta china
por más que los limpiaba
no aparecían…
Se arrimaba a la hoja
cuanto podía,
su nariz borroneaba
la letra fina…
Pero se puso lentes
y oh maravilla
volvieron las «corrientes»
las «cristalinas»…
Y releyó a Pessoa
y a Carlos Williams
y anduvo con Sabines
por la cornisa…
Ahora es un «cuatrojos»
es un «lenteja »
pero ve lo que escribe
y lo que piensa.

De «Finisterre» 1986



Poema Confieso de Viviane Nathan



Siento no tener el equipaje
que exigen todas las absurdas circunstancias.
Me excuso por las cien torpezas diarias,
por los errores grandes y chiquitos,
por la bella tontería,
por la cuerda voluntad de mi vergüenza.
Soy aldea pequeña, de diminutos espacios,
selvas y llanuras adornadas
con flores que tiemblan silenciosas.
Soy la dulce respuesta de la pregunta que no nace.



Poema Cuerpo Del Día de Virgilio López Lemus



Creo en la grata mansedumbre de una manzana.
Y si de creer se trata, yo creo
en el día de Dios repartido en el cosmos
como un abanico que se abre
y cuyos rayos son caminos, tumultuosos caminos
por los cuales se despeña el hombre.
Creo en la santísima voluntad de estar
vivo donde estoy, bajo el fatalismo
de haber nacido una vez y dirigirme
hacia la muerte, sitio irreal, inconcebible,
donde es imposible permanecer.
Creo en la soledad del dulce sueño erótico
en la casa rodeada por el sueño y la soledad
en cuyo interior converso con el aire.
Creo en la virgen del retrato, en la madona
rodeada por la fuente, en la estatua
que eres tú, cuerpo del día, en el que creo
con todas las fuerzas de mi vida.



Poema Cadeau Et Hommage de Virgilio López Lemus



A Juana Rosa Pita

Mañanica de diciembre
luminosa y perfumada,
ha llegado Juana Rosa
nacida en esta mañana.
Pastorcillos la anunciaron,
negras cantaron sus nanas,
y chiquillos sobre el Prado
líneas de luz dibujaban.
El sol sali?calentito
sobre toda nuestra Habana
y un Carnaval parecían
el Gran Faro y La Cabaña.
A los Festejos llegaron
Reyes Magos de la Arabia,
Tulipanes hechos hombres
con collar de Santa Juana.
Como si fuera domingo
de fiesta la calle estaba,
y una estrella reluciente
precedi?a las Siete Hadas.
Una vino con su rueca
otra trajo un pentagrama,
la más vieja hacía hilo
y la más joven lo hilaba.
Con la quinta una quintilla
a la lid republicana
decía cosas profundas
que la sexta pregonaba
y la séptima decía:
!Cantemos, nacida es Juana!
Celebraron una misa
tres morenicos de Infanta
asistidos por Cecilia,
la Valdés resucitada.
(Fue una misa muy bonita
llamada de Acción de Gracias.)
Sobre el camino del Monte
se adorn?todo con ramas
unas tomadas de cedros,
otras de ramas de acacia
y las más lindas de todas
eran de hojas de palmas.
Los caballos cabalgaron
todita la madrugada
y al salir el sol el viento
dulces canciones cantaba.
La niña un sol parecía,
!cómo no, si ella es Juana,
de los Padrones nacida,
de la Poesía, una Dama!
Abran las puertas, señores,
!la navidad es de Juana,
la niña Rosa, la niña
Juana Rosa as?llamada!
Vivan los sueños del aire,
viva la tierra cubana,
que viva la niña rosa,
que viva la niña Juana.



Poema Canción Del Demasiado Amor de Vinícius De Moraes



Quiero llorar porque te amé demasiado,
quiero morir porque me diste la vida,
ay, amor mío, ¿será que nunca he de tener paz?
Será que todo lo que hay en mí
sólo quiere decir saudade…
Y ya ni sé lo que va a ser de mí,
todo me dice que amar será mi fin…
Qué desespero trae el amor,
yo que no sabía lo que era el amor,
ahora lo sé porque no soy feliz.

Traducción: Carmen Gloria Rodríguez y Vania Torres



Poema Contigo de Vilma Vargas



No olvidaré tu rostro,
nunca
ni el mundo inconsistente.

Los habitantes
mezquinos; y tú pálido,
y eso es todo.

Como hoy,
así silbaban aquellos viejos usureros,
pero tu viste dos veces
la Tierra,
el sitio donde amarnos
exactos,
concluidos
como una mano abierta.



Poema Cansancio de Victoriano Cremer



A tu embate me rindo. Ya no lucho
por conseguir tu beso. Estoy cansado,
y a través de la carne luminosa
he conseguido ver. Saber de ti.

Tú, tan remota, tan alejada siempre
del caudal de esta sangre, te has entrado
como un viento en las venas y tu furia
desordenó la gracia de mis trigos.

Me llegan las palabras, de ti misma,
y en ti, cuajada, queda la mirada.
Soy un ajeno mármol que rechaza
tus calientes caricias de pantera.

Perseguías girar en mis hogueras,
azotarte en mis llamas, reclinarte
sumisa entre mis cardos violentos,
mientras la sangre choca y se devela.

Pero ya no es posible. Estoy cansado;
seco como una estrella. Ya no lucho.
Sonrío, contemplando hombres de sueño,
buscándote en callejas temerarias.



Poema Canto Total A España de Victoriano Cremer



Más que verte, sentirte en las entrañas
y asistir al galope de tu voz en mis venas,
y rehogar el alma en tu aceite y tu lumbre
mientras los dientes mascan tu resollar de tierra.

Pero no basta tu nombre, aunque me azote
como un bosque de espadas violentas;
ni tu aliento abrasado, aunque derrumbe
mis tristes huesos de arena.

Que tu nombre, o tu aliento, o tu mirada
caminos son que al corazón te llegan;
partes crujientes de tu ser más hondo,
sosegados perfiles que te muestran.

(Así el redondo son, lejano y tímido,
no es la campana misma, ni la fiesta;
sino tu voz tan sólo,
su musical presencia).

Te necesito a ti España, toda;
cuarzo gigante, macizo bosque o piedra;
cielo total de corazones
en pena.

Te necesito España
unánime y entera
como el clamor del viento
sobre la mar inmensa.

No España tuya o mía.
¡España nuestra!
Geografía íntegra, trasvasada en halago
de materna entereza.

Porque todos son hijos de tu carne y tu sangre,
sueños de tu vigilia, cuchillos de tu vela…



Poema Canción Serena de Victoriano Cremer



Un día puro, alegre, libre quiero.
Fray Luis de León

No me dejéis así:
Sorbido por la tierra
hondísima y vibrante como el clamor penúltimo;
con este olor maduro de soles y horizontes
abriéndome en el pecho un surco luminoso.

No es que el cuerpo me suene a cristal derramado
ni que diez corazones me alanceen las yemas,
ni que cielos redondos agolpen sus rebaños
a mis ojos mastines, ladradores de cimas.

Es que un mar fugitivo rinde velas y senos
y pétalos y espumas en la gozosa playa
donde el rumor se atreve a mancillar la sombra.
¡Y se me ciegan labios y gritos y pupilas!

Es que siento que el aire es de carne dulcísima
y la luz sólo luz. Que el contorno me huye
a bandadas blanquísimas de palomas y lirios
y me abandonan manos y dientes y melenas.

¡No! ¡No me dejéis así! Moriría desnudo
sin sentirme morir.

Y mi pobre vestido, con su sangre caliente,
se hundiría, esperando mi imposible retorno.



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