poemas vida obra c

Poema Camino de Alfredo Lavergne



Mientras buscamos
Un nombre al arte que dará garantías
A esta guerra.
Mientras se desvanece nuestro continente.
Sueño
En esta tierra y en este barco.
Que como yo
No saben adónde vamos.



Poema Cañal En Flor de Alfredo Espino



Eran mares los cañales
que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).

El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda…

Los vientos-niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos…

Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel…

Y que triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas…
¡Vierten lagrimas de miel!



Poema Control De La Natalidad de Alfonso Quijada Urias



Te dijo que me suben unas ganas de acostarme contigo;
por eso me llego con Strindberg
hasta la tienda de la niña sofi, bebo algunas cervezas y
me olvido de todo;
un hijo más acabaría con nosotros, te lo aseguro;
me quedo en la mesa de siempre pensando en el poema
que escribiré o en el dinero
que hace falta.
Hoy vino un viejo pidió cerveza con jamón, me puso
en la nariz un rollo de billetes
y terminó puteando comunistas.
Siempre ocurre lo mismo. Entonces ojeo mi Strindberg
y disimulo no mirar ni pensar nada o en nadie. Pago
las cuatro o seis cervezas,
afuera hace una noche linda.
En casa me esperan los viejos libros, y tú entre las
sábanas más dormida
que nunca. Un hijo más acabaría con nosotros, te lo
aseguro.



Poema Cielo de Leonard Cohen



Los grandes pasan
pasan sin tocarse
pasan sin mirarse
cada uno sumido en el gozo
cada uno en su fuego
No tienen necesidad
el uno del otro
tienen la más profunda de las necesidades
Los grandes pasan

Registrados en algún cielo múltiple
grabados en alguna risa sin fin
pasan
como estrellas de diferentes estaciones
como meteoros de diferentes siglos

Fuego inalterado
por el fuego que pasa
risa inatacada
por el confort
se pasan los unos a los otros
sin tocarse sin mirarse
necesitando saber tan sólo
que los grandes pasan

* *



Poema Creación de Alfonso Gumucio Dagron



El hombre es una creación de Dios,
un animal que sufre
que recuerda en un parque,
alimenta palomas huecas,
lleva la mano al bolsillo pelusa
confirma con las yemas
una mancha de cera
una carta amarga y el frío oscuro
del metal con el que desafiará a Dios
creación del hombre.



Poema Casilla De Blas de Alfonso Canales



Entrada ya la noche,
empapado el desmonte por la lluvia reciente,
trepábamos por él, y el mismo ramo
vencido de mimosas nos despeinaba. Luego,
siempre, en silencio, hacíamos
en el repecho un alto, y te miraba,
enamorada cómplice, mientras tomaba aliento
(¿necesitaba aliento entonces yo?) y fingía
actitudes seguras. Revelaban las cosas,
desasidos los ojos de la luz, los detalles
precisos, y la puerta de pino marchitado
gritaba levemente. Entrábamos. El suelo
era terrizo y sin mullir, y nunca
era adoptado de improviso para
aquello que veníamos
a hacer. Se demoraba nuestra entrega a su duro
(¿pero había dureza en algún sitio entonces?)
regazo. Nos amábamos,
nos abrazábamos de pie, ajustaban
con frenesí los cuerpos las esperas
vencidas, como si de muy distantes
extremos nos hubiéramos lanzado
al encuentro. Encendíamos un fósforo
más tarde, y nos hacíamos los nuevos
en la reconstruida situación.

Las paredes
de tablas ripias siempre nos mostraban
las mismas vetas grises, los idénticos
nudos vaciados, las usuales lágrimas
de orín: cuerpo de BIas. ¿Quién había sido
aquel BIas que entregaba sus despojos,
su piel de ofidio puesto
a la moda de estío, a unos amantes
secretos? Ya murió. Pero vivíamos
por él ahora en su barraca hecha
a fuerza de morir. Y había gemidos
de goznes oxidados, saltos súbitos
de su leña secándose, palabras
de su antiguo contorno que asentían
a nuestro susurrado
decir.

BIas era un guarda
(¿a quién guardaba BIas?) de noche (¿de qué
noche?) a quien un mal día
se le acabó el trabajo. No pensemos
más en BIas.

Sobre el suelo de los pasos
de BIas pusimos telas y papeles,
caricias y manjares raros. Edificamos
sobre el suelo de BIas la retorcida
torre que somos hoy. Sobre la muerte
de BIas se han levantado nuestros hijos
de hoy: y cuando no se nos parecen,
cuando se ausentan de nosotros, bullen
en otras casas que improvisan, pienso
que tal vez sean los hijos
de aquel buen BIas que nos dejó la suya.



Poema Casa De Piel de Alfonso Canales



Igual que en esas series
de cajas chinas, donde va el espacio
acotándose más y más, ciñéndose
a una cuadrada almendra de vacío
en la que todo es íntimo y sensible
a la añorada percepción, el cielo
y el suelo, la ciudad, el edificio,
la planta, el cuarto, el lecho, son tabiques,
progresivos contornos de una carne,
última estancia del saber.

No estamos
juntos, sino trabados, como maclas
de pirita (sistema irregular)
que sueñan con que vientres
y labios se acomoden,
hasta formar el más perfecto sitio
de una desesperada situación.

¿Nunca logran
los amantes, los diestros
en el más hondo menester, su dicha
completa? Siglos llevan pretendiéndola,
y ahora estoy seguro
de que podré, comendador de mármol,
traspasar tu pared, ya trabajada
por dientes y por uñas.

El aguardo
se torna situación: axila, muslo,
senos, vientre, confluyen
en la encantada grieta donde el tiempo se hace
eternidad. Y sigo
ahondando en ti, buscando en ti la cifra
de todo. Y me arrodillo,
y me alzo. Gesticulo
como un torpe feliz que encuentra oro
y lo admira lucir de gloria, y quiere
regarlo con su sangre,
para que luzca más prohibido.

¿Es ésta
la habitación del hombre? En ella gasto
mis años de verdor. El ostensible
vacío luz se hace. Nace el mundo
de nuevo. Ya probado
el fruto está: seremos como dioses.



Poema Cuerpo O Sonido de Alfonso Calderon



Toda a los labios son estrellas
en este antiguo amor,
en este gastado roce silencioso;
y las cabelleras quisieran ser bosques
o corazones implorando rostros

Todavía hay horizonte en el goce de unos ojos
y no escapan lunas ni mareas
al golpe sombrío de unas voces.

Todavía los cuerpos se aman en silencio…



Poema Cuarto Solo de Alejandra Pizarnik



Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.



Poema Cruza El Mar Rojo de Juan Cobos Wilkins



Cruza el mar rojo
el primer verso
y augura ya mi edén,
este iniciado
camino en soledad
que me profetizaba
-Escritura o Paraíso-
mi elección.

De «Escritura o paraíso» 1998



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